Santos compra votos para su paz en Colombia: «Voten Sí en el plebiscito yo les daré inversiones»

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Juan Manuel Santos, presidente de Colombia, en Barranquilla.

Fin de semana de campaña electoral en Colombia. A una semana de la solemne firma en Cartagena de Indias del acuerdo alcanzado entre el Gobierno y los narcoterroristas de las autodenominadas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), los líderes de una y otra facción, el presidente Juan Manuel Santos y el terrorista Iván Márquez, han tomado el micrófono este sábado y domingo para cantar las glorias del texto consensuado entre ambos. Y, mientras las calles de Colombia se llenaban de partidarios del NO en el plebiscito del próximo 2 de octubre, el terrorista aseguraba que «todo va viento en popa» para ellos y el presidente de la República ofrecía sin ambages «inversiones a cambio de votos» en Barranquilla.

Juan Manuel Santos dedicó el fin de semana a su campaña electoral para el plebiscito con el que ha convocado a todos los colombianos a que decidan con su voto si están de acuerdo o no con el contenido de los acuerdos. Más allá de que, paradójicamente, una campaña electoral nunca se ha mostrado como el mejor escenario para explicar un programa de gobierno o el contenido de un acuerdo que se somete a votación, el presidente colombiano tampoco se está empeñando mucho en ello. Al contrario, dedica sus intervenciones públicas a vender el mensaje fuerza de «si quieres la paz, vota SÍ» y, sobre todo, el de «si quieres inversiones en tu departamento, te conviene que gane esa paz».

Así, este sábado a Juan Manuel Santos se le calentó la boca y pronunció de manera explícita el mensaje implícito que inspira todas sus intervenciones desde que, incluso antes de llegar a un acuerdo definitivo con los terroristas afirmó que «si no se apoya este pacto, me llevaría a tener que subir los impuestos a todos los colombianos». Así, en un discurso que pretendía llevar por derroteros románticos, un sonriente Santos dijo: «En la vida personal el amor se demuestra de diferentes formas; pero en la vida política, el amor se demuestra hacia acá con votos y hacia allá, con presupuestos e inversiones».

Barranquilla es conocida por ser la capita de una de las zonas más prósperas e industrializadas de Colombia, donde sin embargo más del 30% de sus casi dos millones de pobladores se declara «pobre» y hay casi un 20% de subempleo además de un 10% de paro.

Con razón, los partidarios del NO, los ex presidente Andrés Pastrana y Álvaro Uribe –ambos negociaron con las FARC en su momento y ambos rompieron las conversaciones para evitar «ceder al chantaje que sometiera a la democracia»–, acusan al presidente Santos de forzar la destitución del Procurador General de Colombia, Alejandro Ordóñez, hace un par de semanas, quien le exigía atenerse a la Constitución. Ordóñez, tercera autoridad del Estado hasta su caída por una controvertida sentencia del Consejo de Estado que consideraba inconstitucional su reelección en 2013 amparándose en un artículo introducido en la Carta Magna en 2015planteaba dudas sobre el uso de fondos públicos en la campaña por el SÍ e incluso se preguntaba si la pregunta del plebiscito era legal. Santos a eso sólo tuvo una respuesta: «Yo soy el presidente y el presidente hace lo que se le da la gana».

Una fiesta de la Décima Conferencia de las FARC

A la extorsión dialéctica del presidente se unió la poco menos que celebración de bodas en que se convirtió la Décima Conferencia de los terroristas de las FARC en el Caguán. El jefe terrorista ha inaugurado la Décima Conferencia Nacional Guerrillera reúne a 29 miembros del Estado Mayor Central de las FARC asegurando que «todo marcha viento en popa». En su nueva condición –aún no oficial– de ciudadanos de pleno derecho con libertad de movimientos, miembros del grupo armado, el mayor cartel del narcotráfico del mundo, se acercaron desde toda Colombia al Caguán, tradicional bastión insurgente en el sureste del país.

La insistencia de los narcoguerrilleros en el asesinato, la extorsión y el secuestro durante cinco décadas han dejado un saldo de al menos ocho millones de víctimas, incluidos 260.000 muertos, en enfrentamientos entre guerrillas, paramilitares y agentes del Estado.

«Estamos sintiendo un respaldo muy fuerte a todo el trabajo que hemos realizado en La Habana», afirmó Iván Márquez, otro de los líderes de las FARC, visiblemente satisfecho con el encuentro que se realizará hasta el próximo viernes en el remoto paraje El Diamante, en los verdes y calurosos Llanos del Yarí.

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