La historia detrás de la fotografía más viral del Día del Trabajador
El 1 de mayo, día del trabajador, nos trae muchos iconos. Uno de los más conocidos es la foto de los trabajadores en el rascacielos.
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Detrás de la fotografía más impactante y famosa que conmemora el Día del Trabajador, se esconde una historia fascinante que pone en evidencia la realidad laboral en los Estados Unidos después de crack económico. La instantánea, capturada bajo el lente del fotógrafo Charles C. Ebbets, muestra a 11 hombres sentados sobre una viga en lo alto de un rascacielos, sin ningún tipo de sujeción, a la hora del almuerzo.
Lo realmente sorprendente de esta fotografía no sólo es la calidad del negativo y la composición en sí, sino las condiciones difíciles en la que fue tomada. El peligro al que se exponían los obreros por estar sentados a 250 metros de altura, la falta de seguridad y las precarias condiciones de trabajo de la época, fue lo que convirtió a esta fotografía la más viral e icónica de la historia. Analizamos a continuación algunos detalles más de esta icónica foto.
“Almuerzo en lo alto de rascacielos”: especulaciones y misterios
A lo largo de los años, la fotografía “Almuerzo en lo alto de rascacielos” ha sido objeto de todo tipo de especulaciones y misterios. De hecho, los expertos sospechaban que no se trataba de una fotografía real. Sin embargo, se pudo comprobar que sí lo era, puesto que fue capturada durante la construcción del edificio GE en el Rockefeller Center en 1932.
En un principio, se pensó que había sido capturada por Lewis Hine en el Empire State Building cuando lo estaban construyendo, en 1932. Pero todo parece indicar que fue Charles Ebbets quien había capturado la imagen como parte de una campaña publicitaria para los rascacielos del complejo, llamada Vértigo, el 20 de septiembre de ese mismo año.
La emblemática fotografía fue publicada por primera vez en el New York Herald-Tribune el 2 de octubre de 1932, en el suplemento dominical del diario, sin la firma del autor. Desde luego, nadie se imaginó que se convertiría en una de las fotografías más virales del Día del Trabajador.
El reflejo de la Gran Recesión
La fotografía, capturada en plena Gran Recesión, simbolizaba la «resistencia americana y la ambición en una época que necesitaba ambas». La caída de la bolsa de valores en 1929, llevó a la nación estadounidense a atravesar por una crisis económica catastrófica, pero a pesar de ello, en los años 30 la ciudad de Nueva York comenzó a erigirse como un símbolo de sueños, ambición y poderío de este país.
Debido al impulso de grandes fortunas, rascacielos como el Rockefeller Center (un conjunto de 14 edificios) y el Empire State, entre otros, se levantaron también como una fuente de empleo. En aquel entonces, uno de cada diez neoyorkinos se encontraba sin empleo y quienes trabajaban lo hacían a cambio de una paga miserable y bajo condiciones sumamente duras y exigentes.
Se estima que fallecieron más de 400 obreros, en su mayoría inmigrantes, en menos de 10 años. Por tanto, esta fotografía con fines publicitarios también representaba de alguna manera las precarias condiciones de trabajo en esos años.
También se comprobó que, por cada 10 pisos construidos entre cada rascacielos, moría como menos un trabajador. De hecho, los trabajadores tenían «No morimos, nos matan.» A pesar de ello, el problema de desempleo era tan crítico que, según cuentan, justo debajo de los que subían a esos grandes edificios había cientos de obreros desocupados a la espera de que alguno cayera para ocupar su lugar.
¿Cómo se capturó esta emblemática y viral fotografía?
A pesar de que aún existen dudas acerca de si realmente fue Charles C. Ebbet el autor de esta fotografía, lo cierto es que, fuese quien fuese, tuvo que enfrentarse a serios riesgos para capturarla, al igual que los obreros que la protagonizaron. Basta con mirar la foto para darse cuenta. Pero, ¿cómo se tomaría la fotografía en aquellos tiempos en los que no había drones ni dispositivos tecnológicos parecidos?
Lo más probable que es el fotógrafo tuvo que llevar en la espalda, las placas de vidrio para la cámara envueltas en una funda de cuero. Esto significaba que debía cambiarlas mientras se encontraba sobre una viga de acero a cientos de metros de altura.
La toma se hizo en el piso 69 del edificio RCA, a 240 metros de altura, cuando estaba a punto de culminar su construcción. A pesar de que la fotografía parecía implicar un gran peligro para los trabajadores, la verdad es que no era tan arriesgada como se pensaba, ya que unos metros más abajo había un piso completamente terminado. Este detalle no se aprecia en la foto y no todo el mundo lo sabe.
Otro de los secretos desvelados de esta fotografía es que no fue precisamente espontánea, pues el verdadero propósito era promocionar propiedades inmobiliarias, mostrando a los trabajadores en su tiempo libre, como si almorzaran cada día con las vistas más hermosas de la ciudad. En cualquiera de los casos, ha quedado como una de las fotos más emblemáticas de la historia.
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