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Giro radical a la Historia de España: un nuevo estudio cuestiona las creencias sobre la invasión árabe

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Yacimiento arqueológico de Motilla del Azuer en Daimiel. Foto: Gobierno de Castilla-La Mancha en Wikimedia Commons

Durante décadas, la narración histórica sostuvo la creencia de que la invasión de la península ibérica por grupos con ascendencia esteparia fue un evento marcado por la violencia y la sustitución de poblaciones locales.

Sin embargo, un reciente estudio conjunto de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) y la Universidad de Murcia (UM) está cuestionando esta idea ampliamente aceptada. Así, lo que descubrieron abre la puerta a nuevas interpretaciones sobre las dinámicas sociales y demográficas de esa época.

La violenta invasión de la península: ¿mito o realidad?

Basado en dataciones de radiocarbono y en el análisis de restos humanos, este estudio sugiere que las transformaciones sociales en la península ibérica durante la transición de la Edad del Cobre a la Edad del Bronce podrían tener un origen mucho más diverso de lo que se pensaba.

El estudio, publicado en el Journal of Archaeological Science: Reports, plantea que la idea de una «invasión masiva y violenta» de grupos esteparios no está respaldada por evidencias contundentes. Los investigadores analizaron restos humanos y datos radiocarbónicos de más de una decena de yacimientos en el sureste de España. Dos hallazgos principales destacan:

  • Cambio en los patrones de enterramiento: entre 2550 y 2400 a.C., hubo un aumento significativo de las personas enterradas en sepulturas comunales, seguido de un notable descenso entre 2300 y 2250 a.C.
  • Transición a enterramientos individuales: esta transformación coincide con el surgimiento de la cultura de El Argar, caracterizada por un sistema de sepulturas dobles o individuales.

Según Rafael Micó, profesor de la UAB, los datos apuntan a que la población local del sureste de Iberia ya era muy reducida antes de la llegada de los grupos con ascendencia esteparia. «El contacto entre ambos grupos se dio en un contexto de comunidades locales debilitadas, lo que facilita un escenario de integración más que de conquista», afirma el investigador.

¿Qué ocurrió realmente en la península ibérica?

El trabajo también destaca que las causas de los cambios sociales en esta etapa histórica no se pueden reducir exclusivamente a una «invasión externa». Cristina Rihuete Herrada, profesora de la UAB, subraya que las investigaciones arqueogenéticas han encontrado poca evidencia de un «sesgo masculino» en los grupos esteparios de la península.

Esto cuestiona la teoría de que los hombres locales fueran eliminados o desplazados de manera sistemática por los invasores.

En su lugar, los investigadores sugieren que factores como el cambio climático o la propagación de enfermedades pudieron haber desempeñado un papel más importante. «Las transformaciones observadas podrían haber sido el resultado de un proceso de integración social en comunidades ya debilitadas», explica Rihuete Herrada.

Qué es El Argar y su papel en la supuesta invasión de la península

El equipo también destaca la importancia de la cultura de El Argar, que emergió a principios de la Edad del Bronce. Cabe racordar que El Argar es un yacimiento arqueológico situado en el municipio de Antas, Almería.

Según Miguel Valério, investigador de la UAB, «la transición hacia la sociedad argárica no fue un evento abrupto, sino la culminación de dinámicas sociales y demográficas que se habían desarrollado durante siglos».

Este proceso incluyó:

  • Desaparición progresiva de asentamientos grandes: las comunidades se concentraron en espacios más pequeños y menos densamente poblados.
  • Cambios en las estructuras funerarias: las tumbas comunales de la Edad del Cobre fueron reemplazadas por sepulturas individuales, un símbolo de las nuevas estructuras sociales.

El equipo subraya que estos cambios no implican necesariamente un conflicto violento entre poblaciones genéticamente distintas. «La violencia era un elemento presente en la vida social de la época, pero no hay evidencias de un conflicto generalizado», añade Valério.

Los estudios arqueogenéticos, claves en esta investigación

Los investigadores también han incorporado datos de estudios arqueogenéticos previos para reforzar sus conclusiones. Camila Oliart, otra de las autoras, indica que «los modelos tradicionales que asumen una conquista violenta no tienen suficiente respaldo genético».

Además, los datos sugieren que la ascendencia esteparia se integró de manera progresiva en las comunidades locales.

Para concluir, Oliart explica que este enfoque permite replantear la narrativa histórica: «No se puede hablar de una eliminación masiva de la población masculina local ni de una élite masculina esteparia dominante. Es un escenario mucho más complejo».

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