El Tribunal Constitucional venezolano señala a Monedero y sus «tomas falsas»
Señorías, ¡me he cansado! ¿Por qué tanta falsedad? ¿Por qué tanta hipocresía en el mundo de la política? Monedero, émulo de Chávez y su ‘Aló Presidente’, pretende hacernos creer que sus videoblogs en Público son frescos e improvisados. «Al igual que hacía Chávez también, él también usa un guión, una hoja de ruta de las ideas que pretenden inocular a la población», me dicen mis amigos de la oposición venezolana. Y no me lo creí hasta que comprobé este tweet, borrado el 15 de marzo, que se le escapó al político defenestrado por sus manejos con sociedades limitadas.
Monedero no es fresco, Monedero no improvisa, Monedero falsea y, ni siquiera, es capaz de mantener un discurso sin el guión que él mismo preparaba para el dictador latinoamericano.
Señorías, el pueblo está cansado de sus mentiras populistas, aunque he de reconocer que también hastiado de políticas arcaicas de despacho de roble, con aire de puro habano y vaso de coñac en la mesa. Por eso yo, esta vez, depositaré mi papeleta, cruzando los dedos y encomendándome a mis compañeros del Olimpo, a Albert Rivera. Al menos él se atreve a decirnos quién es y qué piensa. ¿Por qué no se atreve Pablo Iglesias a decirnos la verdad? ¿Por qué reniega de su pasado comunista? ¿Por qué nos intenta engañar con su neosocialismo? ¿Por qué esconde a Monedero y su pasado como padre del populismo venezolano? ¿Por qué no citan a Chávez como a Marx? ¿Por qué? Porque su hoja de ruta es, precisamente, esta: entrar con las urnas para imponernos su criterio, como hizo Chávez en Venezuela.
Por eso he levantado el teléfono, para hablar con el otro lado del mundo. Y en ese país se han reído de mí, cuando les he preguntado sobre Monedero e Iglesias: «Pero si esos son los que pintaron la hoja de ruta de Chávez. El Monedero ése es el padre del socialismo bolivariano y no al revés. Mírate la sentencia del Tribunal Constitucional de mi país, número N° 07-872», me escriben desde Venezuela. Lo compruebo y, mis fuentes, una vez más, tienen razón. El 17 de junio de 2007, el intelectual venezolano Enrique Guillén demandó a Hugo Rafael Chávez Frías por engañar al pueblo venezolano.
Señalaba en su escrito a la Sala Constitucional del Tribunal Supremo Venezolano, que “el liderazgo de Hugo Chávez Frías, no estaba asociado directamente al movimiento socialista (…) y no figuraba un discurso socialista apoyado en el pensamiento de Karl Marx, como ahora sucede con el Socialismo del Siglo XXI o Socialismo Bolivariano”.
Los propios demandantes, engañados por el sistema bolivariano, entendían que para cambiar la Constitución del aquél país y derrocar el capitalismo, anular la propiedad privada y masacrar al pueblo con impuestos debía celebrar un “referendo popular, para someter a consideración la adopción del Socialismo Bolivariano”. En la demanda se indicaba que “la implantación de hecho” de esas políticas que ahora preconiza PODEMOS, “ha enrarecido el clima en la vida cotidiana del venezolano, la pugna de los sectores en contradicción ha llenado de incertidumbre y desasosiego la vida del ciudadano común, que no conoce con certeza los alcances de la reforma política, y sus consecuencias en su vida práctica”.
Una de las pruebas que los demandantes usaron contra Chavez fue “el artículo del periódico El Universal, con el titular: ‘Ni Marx ni menos’, en el cual se describe el artículo de opinión redactado por Juan Carlos Monedero” apoyando las reformas contra el pueblo de Hugo Chávez.
El dictador marxista, avalado por Maduro, reescribió la Constitución, cambió las instituciones, redujo el discurso a lo material, deconstruyó, como Ferrán Adrià la tortilla, a los medios de comunicación y sometió al pueblo venezolano. Eso es lo que hace el populismo latinoamericano que quiere implantar Podemos en España y Monedero con su falso Aló Presidente. El país que votó a Chávez en el año 1998 era una nación esperanzada por el sentimiento de la necesidad de un mesías que les ayudase a salir de la opresión. Pero el elegido les traicionó. Primero cuando intentó convertirse, como la espada de Simón Bolívar, en un símbolo nacional y, más, tarde con la aplicación del ‘Socialismo del Siglo XXI’.
Venezuela recurrió a Chávez, como dicen los demandantes ante el Tribunal Constitucional, por la crisis a la que llevó al pueblo venezolano las antiguas políticas. Pero Chávez remató al pueblo y, hoy, hasta las líneas aéreas se marchan de Venezuela. Que no pase lo mismo en España. Algo que, obviamente pasará, si nos gobierna el socialismo bolivariano podemita. Porque Monedero pretende llegar al poder y convertir a nuestro país en una sucursal venezolana