Temor en el PSC a que el acuerdo de Sánchez con ERC pueda perjudicarle electoralmente
En el PSC, como en ERC, descartan por completo la reedición de un nuevo tripartito con los comunes


Temor en el PSC por los pactos de Pedro Sánchez con el separatismo. Con la mirada puesta en las próximas elecciones catalanas, previstas para el 14 de febrero, al partido que lidera Miquel Iceta le asusta que puedan ser los grandes damnificados de esa estrategia marcada por Moncloa y Ferraz. Sin embargo, a diferencia de otros barones territoriales, que se han manifestado en contra, el catalán ha optado por el silencio. El acuerdo para la aprobación de los Presupuestos que han suscrito el Gobierno y ERC, aseguran, puede perjudicarles en las urnas.
La sombra de un nuevo tripartito entre los socialistas, los comunes y los independentistas, planea sobre el ambiente desde hace meses. Algo que vaticinan los socios de los separatistas, JxCAT, y los principales rivales del PSC por el voto constitucionalista, Cs y el PP. En ERC, sin embargo, lo dan completamente por descartado. «No vamos a pactar nada con nuestros carceleros», avisan. Es por eso que el pacto de Sánchez con los de Oriol Junqueras, para las cuentas públicas, alimenta aún más esa teoría del pacto postelectoral de Iceta con los independentistas. El miedo, en el PSC, es el uso electoral que se le pueda dar por parte de sus principales competidores, Ciudadanos. «Podría ser letal», resumen.
Aunque ha habido acercamientos en algunas cuestiones a lo largo de los últimos años, incluso los socialistas se ofrecieron para aprobar los Presupuestos de Quim Torra, la relación entre el PSC y ERC a nivel autonómico es más bien mala, algo que contrasta radicalmente con la que tienen en el Congreso de los Diputados. De ahí que desde ambas formaciones se dé prácticamente por descartada una coalición de gobierno para dirigir la Generalitat conjuntamente. Otra cosa, admiten, es que se pueda apoyar una investidura de unos u otros si la aritmética parlamentaria no deja otra opción posible.
La estrategia de los socialistas catalanes en la próxima campaña electoral no variará mucho de la que abanderaron en 2017. La propuesta de un referéndum para una reforma constitucional y la aprobación de un nuevo Estatuto en Cataluña y la defensa de un modelo de hacienda federal que dote de más recursos propios al gobierno autonómico, para la gestión de las competencias que tiene y de paso para dar más aire a las cuentas catalanas para el gasto sin control en la televisión pública o en embajadas en el exterior, centrarán sus principales reivindicaciones de una campaña que volverá a ser intensa.
El PSC, fuera de foco
Si durante la negociación de la investidura, hace un año, el PSC jugó un papel clave, con el ahora ministro de Sanidad, Salvador Illa, defendiendo los intereses de los socialistas catalanes durante las negociaciones entre el PSOE y ERC, lo cierto es que con el paso de los meses su capacidad de incidencia en esa relación es más bien escasa. Illa, que entró en el Gobierno para cuidar precisamente las relaciones con Cataluña, «está sobrepasado» por la gestión del coronavirus, aseguran en su entorno. De esta forma, hoy, Gabriel Rufián y Pere Aragonès hablan directamente con Adriana Lastra, Carmen Calvo y Pedro Sánchez. Y aunque se mantiene a Illa e Iceta al corriente, a menudo, se enteran de las cosas cuando ya están cerradas.
Iceta, candidato
Finalmente, a falta del aval de los militantes en las Primarias, Miquel Iceta será el candidato del PSC a la Presidencia de la Generalitat en las próximas elecciones. Se cierra así la puerta a la posibilidad de que fuera el ministro de Sanidad, Salvador Illa, el presidenciable de los socialistas, la opción preferida por Pedro Sánchez. Aunque desde Ferraz se llegó a encargar una encuesta sobre las posibilidades electorales de uno y otro, dejando a Illa en mejor posición que Iceta, Sánchez no ha logrado imponerse ante una de las pocas federaciones que tienen autonomía propia.
Desde el minuto uno, cuando el secretario general del PSOE tanteó a su ministro, este le dejó claro que no rivalizaría con su principal valedor en la Secretaría de Organización del PSC y en el Gobierno. Illa sólo estaba dispuesto a aceptar liderar la candidatura de los socialistas catalanes a la Presidencia de la Generalitat si, antes, había una renuncia del actual líder del PSC, algo que nunca pareció una opción realista. Ante la voluntad de Iceta de volver a intentarlo, el ministro de Sanidad le dejó claro tanto a él como a Sánchez que no quería abandonar el Ejecutivo para encabezar la candidatura el 14 de febrero. Una baza que, en su entorno, dicen se guarda para las próximas elecciones en Cataluña, cuando Iceta ya esté completamente amortizado.