Soraya retiene el CNI y suma Administraciones Territoriales y Cospedal asume Defensa y sigue de 2 del PP

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La vicepresidenta del Gobierno en funciones, Soraya Sáenz de Santamaría (Foto: Efe)

La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, revalida su cargo y gana poder sumando Administraciones Territoriales. Además, la vallisoletana retiene el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) que seguirá bajo su cargo, a pesar de que históricamente siempre ha dependido de la cartera de Defensa. Por otra parte, María Dolores de Cospedal será la nueva ministra de Defensa y revalida la confianza como ‘número dos’ del jefe del Ejecutivo. Cospedal podría permanecer al frente de la Secretaría General del PP hasta febrero que tendrá lugar el Congreso Nacional del partido.

Sáenz de Santamaría, la ministra ‘todo terreno’

«Todo terreno», como algunos llaman a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría que revalida su cargo y asume un cometido muy importante de cara a esta nueva legislatura: lidiar con el desafío independentista en Cataluña. Así, Sáenz de Santamaría asumirá los asuntos para las Administraciones Territoriales pero a cambio pierde la Portavocía del Gobierno.

A Sáenz de Santamaría la llaman ‘vicetodo’ precisamente por su labor de apagar todos los fuegos que le asignan. La crisis del ébola, de los refugiados, los efectos del Brexit, la tragedia de GermanWings y ahora el desafío independentista han sido algunas de sus tareas que ha sabido resolver y otras todavía pendientes como el diálogo con Cataluña justo cuando desde la Generalitat dan por hecho que habrá referéndum «sí o sí» en el 2017.

Rajoy anunció hace unas semanas que estaba dispuesto a tener gestos con los catalanes siempre y cuando sus autoridades cumplan la ley. Precisamente, de leyes sabe un rato Sáenz de Santamaría ‘número uno’ como abogada del Estado en su promoción. La vicepresidenta conoce bien las materias de política territorial, lo que le llevó a ser secretaria ejecutiva de Política Autonómica y Local del PP. En su carrera política ha estado siempre cerca de Rajoy, con el que empezó a trabajar como asesora jurídica en el año 2000.

Posteriormente fue portavoz del PP en el Congreso en la legislatura 2008-2011, hasta que tras ganar las elecciones generales, dirigió el equipo de traspaso de poderes y asumió la vicepresidencia y el Ministerio de la Presidencia, con las competencias sobre los servicios de inteligencia, antes incluidos en Defensa. De esta manera, Rajoy refuerza el protagonismo de su actual vicepresidenta, en un Ejecutivo que, como el de 2011, sólo tiene una Vicepresidencia y 13 ministros, además del presidente del Gobierno.

Sáenz de Santamaría gana poder aunque pierde la portavocía. Fuentes del PP aseguran que se ha buscado un Gobierno «equilibrado» manteniendo a afines de la vicepresidenta como Cristóbal Montoro que seguirá al frente de Hacienda y Fátima Báñez que revalida la cartera de Empleo. A estos apoyos se suman nuevas incorporaciones también cercanas a Sáenz de Santamaría como son Álvaro Nadal (Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital) e Íñigo de la Serna (Ministerio de Fomento).

Cospedal mantiene la confianza de Rajoy

María Dolores de Cospedal mantiene la confianza de Mariano Rajoy como número dos del PP. La abogada podría no dejar su cargo al frente de la Secretaría General del partido hasta febrero que se celebra el Congreso Nacional del PP. En su entorno defienden que es posible que se mantenga, porque otros secretarios generales fueron también ministros al mismo tiempo. Así ocurrió con Francisco Álvarez Cascos y Javier Arenas.

Cospedal estaba dispuesta a ser ministra y así lo hizo saber a su círculo más cercano. También quería igualar en poder y responsabilidades a la vicepresidenta Sáenz de Santamaría. Tal y como han quedado los ministerios podría decirse que Rajoy ha equilibrado la balanza de poder entre sus cercanos manteniendo las finanzas a cargo de los que han sido sus valedores en Bruselas y en España, Luis de Guindos y Cristóbal Montoro. 

Cospedal gana poder al frente de Defensa. Ante este equilibrio buscado, la ministra de Defensa también gana adeptos en el Gobierno como son Juan Ignacio Zoido (Ministerio del Interior); Íñigo Méndez de Vigo (Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y Portavoz del Gobierno) y Dolors Montserrat (Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad).

Cercanos a Rajoy defienden a Cospedal asegurando que ha sido ella la que ha sabido sacar el partido adelante desde Génova cuando los casos de corrupción en el partido lo empañaron todo. Con la trama Gürtel y el caso Bárcenas, la secretaria general asumió un duro papel que le llevó incluso a enfrentarse en los tribunales con el ex tesorero.

Fue un periodo de mucho desgaste sobre todo para ella, muy criticada en la oposición pero también desde algunos sectores del PP, en un momento en el que también hubo distanciamiento entre el partido y el Ejecutivo. Pero además, en su comunidad, Cospedal aplicó las recetas de ajuste para controlar las cuentas públicas.

En su haber está la reducción récord del déficit, pero en su contra una gestión que fue muy cuestionada en lo social, una reforma de la ley electoral muy conflictiva o acusaciones de manipulación en la televisión pública regional. En sus peores previsiones, Cospedal pensaba gobernar de nuevo Castilla-La Mancha con el apoyo de Ciudadanos, pero en mayo del año pasado las urnas la dejaron a un escaño de la mayoría absoluta y sin posibilidad de acuerdo -C’s no obtuvo representación-. Un pacto de los socialistas y Podemos le arrebató el Gobierno regional.

Tras aquellos comicios, en los que el PP perdió buena parte de su poder territorial en toda España, Rajoy mantuvo a Cospedal como «número dos», pero llenó la cúpula del partido de caras nuevas en su remodelación de junio de 2015. La secretaria general se dedicó de pleno al partido y a las campañas de las dos elecciones generales, aunque no estaba sola en estos quehaceres: el jefe de gabinete de la Moncloa, Jorge Moragas, fue director de las dos campañas, y el vicesecretario de Organización, Fernando Martínez Maillo, también tuvo mucho que ver en su diseño.

Está por ver si la nueva ministra de Defensa mantiene su cargo en el PP o es relevada en el próximo congreso del partido, que se celebrará, previsiblemente, a comienzos de 2017. Muchos dicen que ella quiere seguir, y que se siente con fuerza y con ganas para continuar llevando las riendas del PP aunque ahora también sea ministra. Que eso ocurra dependerá de Mariano Rajoy.

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