Sánchez ordena cerrar filas con Montero para que Podemos no tumbe a Marlaska por Melilla

Pedro Sánchez
Pedro Sánchez
Joan Guirado

Silencio sepulcral. Pedro Sánchez no quiere que nadie, en el PSOE, alce la voz contra la ministra de Igualdad, Irene Montero, pese a la chapuza de la ley del sólo sí es sí. La razón no es otra que no dar motivos a Podemos para cargar contra el ministro del Interior Fernando Grande-Marlaska por las imágenes de la valla de Melilla. El jefe del Ejecutivo trata de contener el cabreo que hay en las filas socialistas por la ley de Igualdad con el fin de no poner en riego a Marlaska.

Las órdenes del secretario general del PSOE y presidente de Gobierno son claras y concisas. Sánchez ha optado por el repliegue. Únicamente las palabras de la diputada de Vox Carla Toscano contra Montero, el otro día en el hemiciclo, han provocado que el jefe del Ejecutivo saliera en defensa de su ministra. Hasta entonces se había limitado a defender la norma, aprobada de forma colegiada. “Ha sido una bendición para mitigar el incendio” señalan. Aunque “ha impulsado a una Montero que estaba en horas bajas».

“Cabeza fría”, ha pedido Pedro Sánchez al PSOE y a sus ministros. “No dar argumentos para la bronca y el incendio con los socios” básicamente. No es tanto por convicción propia como por necesidad. Pura supervivencia del autor del Manual de Resistencia. Entrar al trapo contra Montero significa que “ellos carguen contra Marlaska”. Y no se lo puede permitir de ninguna de las maneras. La situación es delicada.

En Moncloa admiten que “estamos en un callejón sin salida”. Y que “la agonía va a ser permanente”. “Pero hay que convivir con ella, hay que aprender a gestionarla” subrayan. En el entorno de Sánchez sostienen que “hemos visto como el que mueve los hilos en Podemos sigue siendo Pablo Iglesias y es imprevisible”. Nadie se atreve a vaticinar por dónde puede salir.

En el equipo del presidente también dan por asegurada “la ruptura de Unidas Podemos”. “Irene pretende ser candidata contra Yolanda [Díaz]” consideran. Y “ahí hay que ser inteligentes” porque “con la división de ese espacio político se complica mucho la posibilidad de reeditar el Gobierno de coalición progresista”. Por eso “hay que ir a una política de riesgos mínimos”.

Aunque Pedro Sánchez ha defendido esta semana a Irene Montero, tras las críticas de Vox, lo cierto es que espera que se vaya quemando sola. En Moncloa están pendientes de un “mea culpa” por parte de la ministra de Igualdad , tras el movimiento del PSOE frenando a ERC para reformar la malversación, una contrapartida que el presidente estaba dispuesto a entregar a los morados a cambio de una asunción de responsabilidades por parte de Montero que permita una reforma exprés y quirúrgica del texto normativo. Para evitar más excarcelaciones y rebajas de condena.

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