MONCLOA

Sánchez no amagó ni presentó su dimisión el miércoles: «Nunca pensó en tirar la toalla»

"Sánchez tuvo claro como dice en la carta que tenía que parar y reflexionar sin llegar jamás al punto de tirar la toalla"

La decisión de Pedro Sánchez, en directo: comparecencia y posible dimisión

Sánchez dimisión
Roberto Pérez
  • Roberto Pérez
  • Periodista y licenciado en Ciencias Políticas. Especialista en sector público, economía política y presupuestaria, e instituciones político-administrativas. Trabajó para Agencia Efe y Cope, ejerció durante más de 20 años en ABC -etapa que incluyó el ejercicio temporal de la corresponsalía de Nueva York- y actualmente es subdirector de OKDIARIO.

Pedro Sánchez podría estar viviendo sus últimos momentos como presidente del Gobierno. Su futuro político a estas horas es una incógnita. ¿Le convencieron de que no se vaya aquel miércoles en el que presentó la carta culpando a la derecha de «una operación de acoso y derribo» para intentar hacerle «desfallecer en lo político»? Fuentes de toda solvencia de Moncloa afirman a OKDIARIO que «jamás llegó al punto de amagar ni presentar su dimisión». «Sánchez tuvo claro, como dice en la carta, que tenía que parar y reflexionar sin llegar jamás al punto de tirar la toalla».

Es más, fuentes del PSOE afirman a OKDIARIO que ese modus operandi​ no responde a Pedro Sánchez: «Lo que él busca, como ya hizo en 2017, es la aprobación de los demás». El Sánchez del Manual de Resistencia y experto en golpes de efecto para perpetuarse en el poder sorprendió a todos pasadas las 19:00 horas con una carta en la que amagaba con la dimisión. «Es un plebiscito, o conmigo, o contra mí», declaraba a este periódico una persona que trabajó durante años codo a codo con él. La carta la escribió él mismo de su puño y letra.

Y antes de colgarla en sus redes sociales, en su cuenta personal para que nadie le pudiera reprochar como a Isabel Díaz Ayuso el uso de las instituciones públicas, la leyeron una o dos personas: las mismas que conocían su decisión. Lo hicieron sólo minutos antes de su insólito anuncio.

El hermetismo de Sánchez sorprendió también a su núcleo duro, que se sintió traicionado por esta maniobra infantil de su líder -«una chiquillada», como dijo un socialista muy enfadado- propia de un malevo de telenovela. La explicación que dan en el PSOE es que Sánchez quiso aislarse de su entorno para no tener que atender las plegarias de ningún spin doctor monclovita, mirándose en el espejo de aquel Joaquín Almunia que decidió dimitir como secretario general del PSOE dando un portazo tras el descalabro electoral de marzo del año 2000.

A algunos ministros socialistas y al número tres del partido, Santos Cerdán, Pedro Sánchez les convocó en Moncloa a última hora del día para explicarles su decisión de estudiar una dimisión y los caminos que se pueden abrir en los próximos días. A Yolanda Díaz ni tan siquiera le respondió el mensaje que ella le envió al poco de publicar la carta. Buena muestra de la mala relación que hay a día de hoy con su vicepresidenta, algo que suma en su cansancio. Y eso que Sánchez es de los de responder rápidamente al WhatsApp. Con quien sí habló por teléfono tras el anuncio bomba fue con José Luis Rodríguez Zapatero.

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