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Sánchez defiende en la ONU su plan mordaza como «una batalla de la democracia por su supervivencia»

Sánchez comparece en la Asamblea General de Naciones Unidas, en Nueva York

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha defendido este miércoles en una intervención ante la Asamblea General de la ONU, en Nueva York (Estados Unidos), su autodenominado plan de regeneración democrática –un conjunto de normas para amordazar a los medios críticos– como «una batalla de la democracia por su supervivencia».

El jefe del Ejecutivo ha hecho referencia a una «agenda reaccionaria global» ante la que «derechos que se creían consolidados, hoy son cuestionados o incluso revertidos». «La democracia no puede aspirar a ganar esta batalla con una mano atada a la espalda», ha abundado el líder socialista en la ciudad estadounidense.

Sánchez ha opinado que la democracia «se enfrenta a gente sin escrúpulos, activistas de la mentira, de los bulos, del odio», asegurando que están «dispuestos a partir en dos la sociedad para imponer su agenda reaccionaria».

Ante todo ello, el presidente del Gobierno ha subrayado la importancia de «levantar un escudo que proteja las instituciones democráticas de quienes buscan socavar deliberadamente a las mismas», en clara alusión a su autodenominado plan para la regeneración democrática. «Ya no basta con proclamar la superioridad moral de la democracia; es necesario reconocer errores», ha ahondado el jefe del Ejecutivo español.

El líder socialista ha subrayado la importancia de reforzar «la transparencia y la rendición de cuenta» de los sistemas democráticos, dos de las medidas que impondrá con su ley mordaza contra los medios críticos. Y ha incidido en la necesidad de acercar la democracia a la ciudadanía para que lo sientan como «algo propio y vivo».

El proyecto de Sánchez se presentó como si se tratase de un plan de regeneración democrática. Sin embargo, aboga por intentar silenciar a aquellos medios que informen sobre los casos de corrupción que acechan al Ejecutivo o al entorno familiar del presidente. Y es que, este plan se empezó a gestar una vez que se conoció que la mujer del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, estaba imputada por tráfico de influencias y de corrupción en los negocios. Hasta ese momento, el Gobierno nunca expresó la necesidad de un plan para de defensa de la democracia, como ahora intenta presentarlo.

Condena al régimen venezolano

Sánchez también se ha referido a la situación en Venezuela tras el fraude electoral de Nicolás Maduro. El presidente del Gobierno ha condenado cualquier detención o amenaza contra líderes políticos y ha defendido el respeto a la voluntad del pueblo venezolano, así como la verificación de los resultados electorales.

A pesar de estas afirmaciones, el Gobierno que lidera Sánchez toleró que el presidente electo de Venezuela, Edmundo González, fuera coaccionado y amenazado por la vicepresidenta del régimen, Delcy Rodríguez, y su hermano Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional venezolana, en la residencia del embajador español en Caracas, Ramón Santos. Todo ello en presencia del diplomático, tal y como evidencian las imágenes difundidas por el propio chavismo.

Sánchez ha omitido esta situación en su discurso en la ONU. En su lugar, se ha limitado a mostrar su preocupación por los tiempos que se están viviendo en Venezuela tras las elecciones del 28 de julio. A su vez, ha reiterado el «compromiso inquebrantable de España con la democracia y con la defensa de los derechos humanos».

El jefe del Gobierno español ha insistido en «el respeto de la voluntad del pueblo venezolano con un recuento de los resultados electorales en condiciones de total transparencia y verificación». «Estoy convencido de que necesitamos más espacios comunes de diálogo», ha subrayado.