Día de la Constitución

Sánchez ‘celebra’ el Día de la Constitución entregando la legislatura a 4 socios que quieren liquidarla

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Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Pedro Sánchez llega al Día de la Constitución sosteniendo su legislatura en el apoyo volátil de socios que ambicionan, precisamente, liquidarla. La reciente aprobación de los Presupuestos Generales en el Congreso ha confirmado la disposición del líder socialista de entregarse por completo a las demandas de quienes quieren romper el Estado. Empezando por Bildu y los partidos separatistas. Sánchez acude este año a los actos del 6 de diciembre arropado por aliados que su socio, Pablo Iglesias, ha encumbrado a la «dirección del Estado» y celebrando el «patriotismo» de proetarras e independentistas.

El jefe del Ejecutivo ha visto avalada su intención de acabar la legislatura gracias al balón de oxígeno de las cuentas públicas, que deberán ahora pasar por el Senado -un mero trámite- y regresar a la Cámara baja para su ratificación definitiva.

El Gobierno ha contado con el apoyo de 11 partidos para sacar adelante esos Presupuestos, que suman un total de 188 escaños. Además de Podemos, ERC, Bildu, Más País, Compromís, PdeCAT, PNV, Nueva Canarias, PRC y Teruel Existe. En contra ha tenido a PP, Vox, Ciudadanos, JxCAT, Coalición Canaria, UPN, BNG, Foro Asturias y CUP.

Podemos y el «candado del 78»

En mayor o menor grado, seis de los partidos que apoyan a Sánchez han cuestionado abiertamente la Constitución. Los hay que pretenden reformarla casi por completo y otros que, directamente, quieren suprimirla.

En 2014, un «emergente» Pablo Iglesias sentaba en su primer discurso como secretario general de Podemos las bases de la nueva formación. Entre los propósitos de quien hoy es vicepresidente del Gobierno de España estaba iniciar «un proceso constituyente para abrir el candado del 78». Es decir, no modificar la Constitución, sino crear una nueva. 

En dicha intervención, clarificadora, Iglesias presentaba a Podemos como «una alternativa frente a un régimen que se derrumba», en alusión al pacto constitucional y apostaba por extender el «derecho de decidir» de los ciudadanos a todos los ámbitos, desde el económico al territorial.  Un propósito para el que creó incluso una secretaría propia, de Proceso Constituyente y Programa, al frente de la cual puso a Juan Carlos Monedero.

En el camino, Iglesias ha ido maquillando aquellas ambiciones. Ahora apuesta por una reforma para eliminar aforamientos, blindar derechos sociales, eliminar la inviolabilidad del Rey o modificar el modelo territorial. Todo ello, a través de un referéndum, que permitiría a Podemos ampliar los cambios en la Carta Magna.

Durante el debate de Presupuestos en el Congreso, el líder podemita llegó a asegurar que ERC o Bildu «comprenden mucho mejor el espíritu social de la Constitución» que la «bancada de la derecha».

«Tumbar el régimen»

ERC que, con PDeCAT y Junts per Catalunya -también convertidos en socios presupuestarios- pasó por encima de la Constitución para llevar a cabo un referéndum ilegal sobre la independencia de Cataluña. Bildu, formación que no ha condenado la violencia etarra y que sueña con la «república vasca», como el propio Arnaldo Otegi ha advertido en la negociación con el Gobierno.

El partido proetarra no ha ocultado sus intenciones, digeridas sin aparente problema por Sánchez, y ha avisado sin ambages, y por si quedaba duda, de que la principal razón para apoyar los Presupuestos del socialista es «tumbar definitivamente el régimen».

Otros socios de Sánchez también han cuestionado la Constitución. Desde Compromís, por ejemplo, se la calificó de «texto baldío y obsoleto». El apoyo a la Carta Magna genera, no obstante, tensiones en la formación valenciana que tiene entre sus propuestas modificar el Título II «para que la figura del jefe de Estado sea decidida por los ciudadanos».

Por su parte, el PNV también ha censurado el principio mismo de la Constitución, la unidad de España, en su defensa del «derecho a decidir». Los peneuvistas critican las «imposiciones» territoriales, al tiempo que recurren a la Carta Magna para blindar sus privilegios y «singularidades». Consideran, incluso, que no sería ni siquiera necesaria una reforma constitucional para acoger la posibilidad de celebrar un referéndum de ruptura.

Maestro de los argumentos inéditos, Sánchez ha encontrado también uno para responder a quienes le critican su acuerdos. «El PSOE se siente comprometido con el pacto constitucional en todos los sentidos», aseguró sin ruborizarse hace unos días. «La Constitución ampara derechos sociales amplios que queremos hacer efectivos y reconoce y ampara la pluralidad nacional en las que creemos», prosiguió en su defensa.

Con igual determinación, felicitó esta semana a ERC y Bildu por haber «arrimado el hombro» en las votaciones presupuestarias.

«El Congreso da luz verde a los Presupuestos Generales del Estado, los Presupuestos más renovadores y sociales para responder a la peor crisis en un siglo. España dice adiós a otro tiempo y avanza decidida a un futuro de progreso. Gracias a todos los que han arrimado el hombro para sacar al país adelante», escribió el socialista en la red social Twitter.

Mientras, el Gobierno prosigue con nuevos acercamientos de presos etarras y prepara la reforma del delito de sedición para sacar a los separatistas de la cárcel.

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