El PSOE ya planifica una foto pública con Puigdemont para «normalizar las relaciones»
El PSOE y Junts pelean ahora por dónde debe producirse la primera foto pública de la negociación
El PSOE ya planifica la foto pública de la negociación con Puigdemont, imagen que blanqueará bajo el argumento de «normalizar las relaciones». La instantánea encumbrará al golpista fugado, confirmándolo públicamente como nuevo interlocutor político válido o incluso relator del próximo gobierno de coalición, al mismo tiempo que Puigdemont, con sus exigencias independentistas, está dificultando el acuerdo final para la investidura de Sánchez. El dirigente separatista insiste en no renunciar a la unilateralidad. Esta foto se tomará en Bélgica, país en el que reside Carles Puigdemont y que prácticamente nunca abandona poco por miedo a ser detenido. Y la idea que maneja Ferraz es que esa imagen se produzca en breve, de forma casi inminente.
El lugar de esta primera reunión pública -ya que nadie se atreve a descartar por completo contactos previos, con la sospecha de un viaje a París-, a la que acudirá el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, es a día de hoy la principal incógnita. Puigdemont quiere que sea en Waterloo. En la Casa de la República, exactamente. Un gesto que permitiría al ex president catalán vender que han ido a rendirle pleitesía. Pero tal vez por eso el PSOE descarta que la foto con Puigdemont sea ahí. Se inclinan por cualquier otro lugar, preferiblemente de Bruselas o incluso de Francia.
Por ahora es el número dos de Carles Puigdemont en Bélgica, Toni Comín, el que más interlocución tiene tanto con el PSOE como con Sumar. También el abogado y persona de la máxima confianza del fundador de Junts, Gonzalo Boye, pese a que éste no ostenta ninguna responsabilidad en el partido separatista. Ambos, Comín y Boye, están preparando el terreno para la entrada triunfal en escena de Puigdemont. Para el momento de la foto, y también para cerrar los flecos de la negociación que, admiten, «aún conllevará algunas tensiones más».
Esa imagen, precisamente, es a día de hoy el quid de la cuestión. Puigdemont y Oriol Junqueras quieren la misma foto con el PSOE. La primera estampando la firma, sobre un documento que recoja prácticamente las mismas peticiones, para así poder vender ante el electorado separatista que han sido ellos los que han logrado aquello que, durante muchos años, el propio Sánchez negó y dijo que era imposible e inconstitucional -en el caso de la amnistía que el PSOE no someterá a referéndum de las bases-.
Por parte de Junts nadie le va a disputar a Puigdemont la posibilidad de ser él quién rubrique el acuerdo. «Ni tan siquiera una egocéntrica Laura Borràs», bromean en el entorno del ex president. Y eso que la líder de Junts, que no es partidaria de investir a Sánchez, lleva mucho tiempo en silencio por obligación, dicen que «está ansiosa de micro». Pero en ERC no está nada claro que ese protagonismo lo pueda tener Junqueras en solitario. Con Pere Aragonés queriendo repetir como presidenciable, el líder de ERC tiene que lidiar internamente para volver a competir con Carles Puigdemont.
Llamada de Sánchez a Puigdemont
En paralelo a ese primer encuentro público entre Santos Cerdán y Carles Puigdemont, el deshielo se prevé también desde el propio Palacio de La Moncloa. Como ya hizo con Oriol Junqueras semanas atrás, Pedro Sánchez «no tiene inconveniente» en descolgar el teléfono y llamar a Puigdemont. De hecho, fuentes cercanas al jefe del Ejecutivo dan casi por seguro que eso ocurrirá. Pero será cuando el acuerdo final esté ya listo para rematarse.
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