Ayuntamiento de Madrid

El PSOE exige a Almeida pañales para los caballos de la Policía para evitar sus heces en el Retiro

Pese a esta exigencia, los propios socialistas reconocen que Madrid no es un lugar donde abunden estos animales

Reyes Maroto.
Reyes Maroto.

Ni la vivienda, ni el empleo, ni la inversión internacional. La mayor preocupación del PSOE madrileño son las heces de los caballos. Los socialistas exigen al alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida, que ataje el problema de los desechos que estos animales depositan en el Parque del Retiro, a pesar de que los únicos equinos que pasan por allí -y de forma esporádica-son los de la Policía Nacional, que depende del ministro Fernando Grande-Marlaska. La solución a este problema la aportan los propios socialistas: poner pañales a los caballos para que no generen «mala imagen» al famoso parque madrileño.

Los socialistas liderados en la capital por Reyes Maroto han registrado una proposición en la Junta Municipal del Distrito de Retiro para atajar la «contaminación generada por los desechos de los animales». Su iniciativa se centra principalmente en las heces de los caballos ya que, según el PSOE madrileño, estos desechos suponen mucho estiércol. «Los desechos de los caballos suponen mucho estiércol, de hecho de media un caballo de 500 kilogramos defeca entre 4 y 13 veces al día, produciendo de 15,5 a 22,5 kilos de heces y orina al día, lo que suma 8 toneladas al año, es decir, no son un problema menor», reza la citada propuesta a la que ha tenido acceso OKDIARIO.

Sin embargo, y pese a que niegan que sea un «problema menor», los propios socialistas reconocen que Madrid no es un lugar donde abunden estos animales. «En la actualidad, es verdad que en la ciudad no se ven circulando a muchos caballos, pero el Parque del Retiro es uno de los puntos en los que se encuentran», asegura el partido de Reyes Maroto. Los equinos a los que se refiere esta propuesta son los que de manera muy esporádica utilizan las patrullas de la Policía Nacional, que depende del Ministerio del Interior, y que prestan sus servicios de vigilancia en el parque.

Así, para evitar que los caballos defequen en el Retiro, el partido de Reyes Maroto propone que patrullen con pañales. «Instar a los organismos competentes en esta materia a estudiar la posibilidad de impulsar a que los propietarios o responsables de estos animales usen algún sistema de retención (pañal) que eviten que las heces del caballo caigan al suelo», recoge la propuesta de los socialistas, con el fin de evitar la «mala imagen» del Parque del Retiro por los excrementos de caballo.

Los caballos de la Policía Nacional

Desde hace casi dos siglos, los caballos de la policía han sido una presencia habitual en calles, avenidas y parques de diversas ciudades españolas. La historia de la Unidad de Caballería se remonta a 1825, cuando, según la Policía Nacional, se creó el regimiento de los Celadores Reales con el propósito de combatir los robos y mantener el orden público. A lo largo del tiempo, esta unidad ha evolucionado para ajustarse a las necesidades de cada época, superando reestructuraciones y cambios en sus funciones. En la actualidad, forma parte esencial de la Comisaría General de Seguridad Ciudadana y opera en ciudades como Madrid, Sevilla y Valencia.

Aunque a primera vista patrullar a caballo podría parecer una cuestión estética o anecdótica, su función es mucho más que eso. Estos animales son aliados clave en labores de vigilancia y control, especialmente en áreas de difícil acceso, como parques, jardines o playas, donde los vehículos convencionales no pueden llegar con facilidad.

La altura que proporcionan los caballos ofrece una ventaja estratégica a los agentes, permitiéndoles tener una visión privilegiada en eventos masivos, manifestaciones o encuentros deportivos. Además, su presencia impone respeto y ejerce un efecto disuasorio natural, generando una sensación de seguridad entre la ciudadanía y facilitando la comunicación entre la policía y el público. El trabajo de la Caballería no se limita a la vigilancia diaria. También participan en misiones más especializadas, como la localización de personas desaparecidas, la asistencia en desastres naturales y la protección de figuras públicas. Su capacidad de adaptación los convierte en una herramienta esencial en situaciones que requieren precisión y versatilidad.

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