El PSOE antisanchista acude al reencuentro de González y Guerra
Era el gran evento político de la semana. Prácticamente, el del mes, con permiso de Alberto Núñez Feijóo, teniendo en cuenta que hay poca capacidad de sorpresa en su debate de investidura de la semana que viene. Hacía 30 años que Felipe González y Alfonso Guerra no compartían una mesa en público y había mucho interés para verles y escucharles.
Este miércoles les unía la presentación del libro de Guerra La rosa y las espinas. Más en plena tormenta política en el partido que representa el socialismo que ellos refundaron tras Suresnes.
La puerta del número 21 de la calle Prado de Madrid, sede del Ateneo, era desde media tarde un hervidero. Un tumulto de cámaras y micros de televisión, de fotógrafos y periodistas en búsqueda de un titular jugoso que a la entrada nadie de los que ha hablado se ha prestado a dar.
Hoy, los protagonistas eran Alfonso Guerra y Felipe González y ha habido que esperar a su intervención en el auditorio para escucharles. El autor del libro, el gran protagonista de la jornada, ha sido largamente aplaudido a su entrada. Una ovación a Alfonso Guerra que no habrá gustado a más de uno en Nueva York, dónde se encuentra de viaje oficial el presidente en funciones Pedro Sánchez.
Tampoco ha gustado en Ferraz y en La Moncloa la presencia de algunos de los asistentes. Especialmente de un presidente autonómico del PSOE, el único con mayoría absoluta, el manchego Emiliano García-Page, y el senador y secretario general de los socialistas aragoneses Javier Lambán.
Muchos otros cargos actuales de la formación liderada por Sánchez también han seguido la intervención de ambos ex dirigentes. Pero, desde sus despachos del Congreso. Por streaming. Era el comentario más habitual de este miércoles sin sesión parlamentaria en el parlamento: «Yo no me lo pierdo», le comentaba un diputado del PSOE al otro. Pero les habían prohibido poner los pies en el Ateneo.
Con Alfonso Guerra y Felipe González
Alfonso Guerra y Felipe González han logrado reunir en una misma sala a personalidades tan distintas como dirigentes del PSOE actual, ex dirigentes, expulsados, ex diputados del PP, figuras de la nobleza y de la sociedad civil. Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha y Javier Lambán, secretario general del PSOE de Aragón, han sido las dos caras más reconocibles del PSOE de hoy.
Ambos se han sentado cerca de los ex ministros José Luis Corcuera y José Barrionuevo, el ex presidente del Senado, Juan José Laborda, los ex presidentes autonómicos Javier Fernández, José Rodríguez de la Borbolla y Juan Carlos Rodríguez Ibarra, el ex diputado del PP Adolfo Suárez Illana y ex líder de los socialistas vascos recién expulsado del partido Nicolás Redondo. También se han dado cita el Padre Ángel y Cayetana Martínez de Irujo, duquesa de Montoro.
El castellano-manchego Page, en su línea de meter el dedo en el ojo del sanchismo, aunque sólo en sus declaraciones públicas, ha aconsejado al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, que escuche las opiniones de Felipe González y Alfonso Guerra porque fueron quienes protagonizaron «el mayor éxito» electoral de la izquierda.
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