Crisis del coronavirus

Los policías que vuelven de Canarias se tienen que pagar los PCR para proteger a sus familias

Pese al fallecimiento de un agente perteneciente a las UIP de Málaga y el contagio de uno de sus compañeros Interior no ha cambiado en nada su protocolo y continúa usando la misma prueba de antígenos que dio falsos negativos a final de año.

Los policías que vuelven de Canarias se tienen que pagar los PCR para proteger a sus familias
Policías llegados de servicios en Canarias se pagan sus propias pruebas PCR porque Interior sigue usando los test de antígenos.
Alfonso Egea
  • Alfonso Egea
  • Jefe de Investigación en OKDIARIO. Anteriormente fui responsable de la sección de Actualidad y Sucesos en Espejo Público, en Atresmedia. He publicado cuatro libros y actualmente colaboro en programas de televisión en Mediaset y en Telemadrid. Agradecido por tener el reconocimiento de la Policía Nacional de Madrid y la medalla al mérito de la Guardia Civil.

Ya se temían lo peor hace 15 días aproximadamente, cuando un grupo de 80 agentes del Cuerpo Nacional de Policía se preparaban para relevar a una dotación similar de compañeros en Canarias en la rutina impuesta por el Ministerio del Interior de mandar cada dos semanas a agentes de la UIP de diferentes provincias de España a Canarias. Los que están allí siempre se acaban comunicando con los que van a ir a continuación y los del último turno se aseguraron de llevar sus propias mascarillas FPP2 y gafas de protección entre otros elementos porque los que estaban trabajando en el muelle de Arguineguín y en el campamento de Barranco Seco ya les habían dicho que allí les darían mascarillas quirúrgicas, gel y las gracias. La estrategia para prevenir el contagio del Covid en la Policía sigue siendo deficitaria, sobre todo en según qué destinos, y algunos agentes han dicho basta por su bien pero sobre todo por el de sus familias.

Y es que algo ha cambiado en el último relevo policial. Los agentes destinados a Canarias y llegados desde unidades del sur de la Península no han limitado su trabajo al control y custodia de inmigrantes ilegales, que pese a suponer un peligro de contagio en potencia no deja de ser ya una actividad habitual y por lo tanto aprendida. De hecho, denuncias como la revelada en este periódico semanas atrás en las que los agentes se quejaban de tener que exponerse a situaciones de riesgo que no les correspondía, como traslados en autobuses a campamentos y hoteles, ya se resolvieron y su labor allí ha sido un poco más segura a medida que han ido pasando los días. Pero eso ha sido así hasta los primeros días del mes de enero de este año, momento en el que la situación en Gran Canaria sobre todo se ha vuelto un poco más complicada, digan lo que digan algunos políticos de la zona.

Intervenciones policiales complicadas

2021 ha comenzado con una ruptura de parte de la paz social de algunas zonas de Gran Canaria. Los vecinos de determinadas zonas se han revelado hasta el extremo de llegar a cometer presuntos delitos de amenazas a inmigrantes ilegales que ya persigue Fiscalía. Por un lado, las autoridades locales recurren a los medios de comunicación para denunciar que se está generando una sensación de alarma inexistente, pero por otro se sacan docenas de policías más a la calle a patrullar, los vecinos se manifiestan y los agentes que iban a custodiar a los inmigrantes recién llegados acaban siendo dotación de apoyo en los disturbios entre vecinos e inmigrantes. Una de las unidades recién regresada a la Península salvó literalmente a un grupo de inmigrantes ilegales de ser linchados, tuvo que detener a otro grupo que protagonizó altercados en un supermercado y también sofocaron una reyerta entre dos grupos de inmigrantes. Está claro que la comisión de servicio de dos semanas en Canarias ha cambiado y ya no se limita a vigilar la entrada de un muelle o de un campamento. ¿Ha hecho eso cambiar el protocolo de protección anti Covid del Ministerio del Interior? No.

El proceso se ha repetido, y los agentes que regresan de Canarias lo hacen en vuelo regular, se dirigen a sus respectivas comisarías y de ahí no salen sin una prueba de antígenos negativa. A la cúpula policial esto le parece suficiente, pero a los policías afectados por esta situación no. Está demasiado vivo el recuerdo de la muerte de Antonio Martín, quien perdió la vida apenas 72 horas después de dar negativo en esa misma prueba de antígenos. Uno de sus compañeros se enteró de que él también era positivo a miles de kilómetros de Málaga, en su tierra natal, donde fue a descansar unos días con familia. Una docena de ellos tuvo que pasar por el médico para descartar ser positivo.

Pero como de nada sirvió aquello alguno de los agentes que han regresado ahora de Canarias se han visto obligados a tomar sus propias medidas de protección, por ellos y por sus familias. Pese a seguir pidiendo pruebas PCR Interior no las hace, así que alguno ha optado por mantenerse alejado de su propia familia, mujer e hijos, en su propia casa, llevar siempre mascarilla en su domicilio y no usar el mismo baño hasta conseguir una cita para una PCR que se ha pagado de su bolsillo para descartar ser un falso negativo en Covid como le pasó a Antonio. No todos han podido hacer lo mismo, o simplemente no han querido. Solo el paso de los días dirá si alguno de ellos pudo contagiarse por Covid en el último relevo.

Lo último en España

Últimas noticias