Moncloa trabaja en la reunión Sánchez-Puigdemont en Bruselas el 31 de enero con la amnistía ya aprobada

Fuentes socialistas y de Junts confirman a OKDIARIO que ya está prácticamente todo acordado

También se baraja para el encuentro de Sánchez y Puigdemont la fecha de 2 de febrero

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Joan Guirado

Con la amnistía previsiblemente ya aprobada en primera vuelta en el Congreso, con un pleno que el PSOE espera celebrar el martes 30 de enero, un día después, el miércoles 31, se podría producir en Bruselas la que será la reunión de la foto política del año con Pedro Sánchez y Carles Puigdemont como protagonistas. Fuentes socialistas y de Junts confirman a OKDIARIO que ya está prácticamente todo acordado y en Moncloa trabajan con las agendas abiertas «y en permanente contacto» para que el encuentro se produzca ese día.

Con la fecha ya prácticamente definida, falta por saber el lugar -que está generando algunas tensiones-. Además del 31 de enero, también se baraja para el encuentro el 2 de febrero, un día después del Consejo Europeo por el que Sánchez viajará a la capital comunitaria.

En Bruselas será seguro. Falta ver en qué sitio de la capital belga. Pues la opción del Parlamento Europeo, como cuando Yolanda Díaz se reunió con Puigdemont, parece descartada para esta reunión con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Al ser un jefe de Gobierno, hay un protocolo a seguir en su visita, que dejaría en una posición incómoda a la presidenta de la Eurocámara, Roberta Metzola.

La opción de Waterloo, dicen en Moncloa, está «descartadísima». Y reunirse en una embajada de otro país, sostienen fuentes de ambos partidos, también parece prácticamente imposible. Por la implicación de otro Estado en una reunión que el PSOE pretende rebajar al máximo a un encuentro entre dos líderes de dos partidos políticos nacionales. Aunque en este momento Carles Puigdemont no lo es, si bien actúa de facto como tal y Pedro Sánchez lo sabe. El presidente es consciente de que la estabilidad de su Gobierno depende de él. La Embajada de España o la Representación española ante la UE tampoco pueden ser, ya que el ex president debería ser detenido.

Sánchez, que hasta hace poco negaba esta posible reunión con Puigdemont aireada por Junts, siempre había manifestado que se encontaría con el prófugo Puigdemont una vez estuviera aprobada la Ley de Amnistía. Técnicamente, el miércoles 31, a falta de que se convoque un pleno para el martes 30, lo estaría. Fuentes de la Mesa señalan que la posibilidad de que se celebre pleno ese día es «del 90%». Otra cosa es que luego le quede un largo recorrido en el Senado por la voluntad del PP de dilatar los plazos. Pero la mayoría a favor de la norma de olvido penal en el Congreso no pone en peligro su aprobación.

Con eso, sobre la mesa, pues, la reunión Sánchez-Puigdemont el 31 de enero sería posible. Aprovechando el viaje que el jefe del Ejecutivo realizará a Bruselas para participar en el Consejo Europeo el día 1 de enero. No es extraño que Sánchez viaje a la capital comunitaria la noche anterior. Fuentes gubernamentales consultadas por este periódico señalan además que «hacerlo todo de golpe ahora tiene más sentido que no a las puertas de la campaña electoral de las europeas». Y es que si el presidente se espera hasta la aprobación definitiva podría caer en campaña con Puigdemont como candidato.

Pedro Sánchez también explicó, durante una conversación informal con periodistas durante la copa de Navidad en Moncloa, que además de con Puigdemont, se reunirá con el ex vicepresidente de la Generalitat y líder de ERC, Oriol Junqueras. Indultado por su Gobierno y beneficiario de la amnistía que se está tramitando. Con este movimiento, el líder socialista pretende quitar relevancia al encuentro fuera de España con el prófugo.

Reunión Sánchez-Puigdemont larga

La voluntad de ambos, tanto de Sánchez y de Puigdemont, es que la reunión sea «productiva». «Sin líneas rojas» que hasta ahora el PSOE ha puesto a menudo y se ha acabado saltando, como con las enmiendas a la Ley de Amnistía en lo relativo al terrorismo. El encuentro, añaden, «no será un mero trámite, un formalismo». La idea con la que trabajan los gabinetes de ambos es que sea «larga y permita ahondar en la relación entre el PSOE y Junts». Abriendo un nuevo canal de interlocución que Puigdemont ha reclamado a menudo para dejar claro quién manda.

En su momento, el jefe del Ejecutivo llegó a decir que Puigdemont ya no pintaba nada. Ahora lo rehabilita y le confiere más poder que a alguno de sus ministros, pese a que no tenga cartera.

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