Ministerio de Defensa

Una militar denuncia que el Ejército no la ha protegido de su agresor sexual

Pese a la orden de alejamiento, fue obligada a entregar sus partes de baja en el mismo destino donde ocurrió la agresión

La denunciante se encuentra de baja psicológica desde el pasado mes de enero

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Rosalina Moreno

Una militar, a la que OKDIARIO identifica con el nombre ficticio de María Redondo para salvaguardar su anonimato, denuncia que el Ejército no la ha protegido de su agresor sexual, ya que pese a tener éste una orden de alejamiento de 300 metros, «tardaron una semana en cambiarlo de puesto de trabajo» y pese a ser mandado a otro edificio de la base, se vio obligada a conincidir con él allí.

Según explica, después de obtener la orden de alejamiento, la situación se agravó al obligarla a entregar sus partes de baja en el mismo destino donde ocurrió la agresión, generándole esto «estrés y miedo», dándose, además, la circunstancia de encontrárselo una vez allí, cara a cara, por lo que la medida de alejamiento no fue cumplida.

Además, critica que en diversas ocasiones solicitó que se le cambiara de centro para realizar sus revisiones, su petición le fue «denegada». Por todo ello, afirma que en su caso, «no se han activado los protocolos de la Unidad de Protección de Acoso (UPA)».

Finalmente, el supuesto agresor sexual fue cambiado de comisionado a otra unidad, «pero porque él había solicitado este cambio tiempo atrás», antes de la presunta agresión, dice la militar.

La denunciante se encuentra de baja psicológica desde el pasado mes de enero. Ante el «calvario» vivido, María Redondo ha decidido dar el paso de denunciar públicamente los hechos. 

En el audio que acompaña esta información, la denunciante tiene la voz distorsionada porque prefiere no revelar su identidad por miedo a represalias.

El caso, al detalle

«Los hechos ocurrieron entre agosto y diciembre de 2024″, en la Armada, presuntamente a manos de su mando directo. Según explica la denunciante a OKDIARIO, “comenzó con tocamientos y comentarios obscenos de índole sexual».

«Siguieron con una encerrona que me hizo en el baño, donde intentó besarme y comenzó a frotar su miembro en mi parte trasera», relata. Tras ello, el presunto agresor le pidió que no lo contara a nadie lo sucedido, que quedara entre ellos, de acuerdo al relato de la denunciante.

Y «en diciembre de 2024, durante una guardia, me arrancó la ropa, comenzó a hacerme tocamientos y en una de esas me introdujo su dedo en la vagina,  provocándome un daño horrible». Todo ello sin consentimiento.

Aquel mismo mes, la militar presentó una denuncia contra el presunto agresor ante la Policía Nacional y en paralelo puso en conocimiento de su unidad. El juicio está señalado para el próximo lunes. En la denuncia solicitó la medida cautelar de alejamiento y de comunicación, que le fue concedida por la juzgadora de primera instancia. 

«Minimización» de los hechos

Afirma que al denunciar el incidente en su unidad, la respuesta de sus superiores fue, a su juicio, «deficiente, caracterizada por indiferencia, minimización de los hechos y una preocupante inacción». 

Además, señala que cuando denunció los hechos ante su unidad, le preguntaron si quería presentar la denuncia por lo militar o por lo civil, comunicó que por las dos vías, pero se ha encontrado con que no fue presentada por lo militar. «La militar la tiene que presentar el mando y eso no llegó nunca», afirma. Finalmente, la denuncia civil fue derivada a lo militar.

Esta militar espera que recaiga sobre el supuesto agresor sexual todo el peso de la ley. También reclama al Ejército que la proteja, así como a las compañeras que sufran esta lacra. 

De nada sirve que en los discursos por el Día de las Fuerzas Armadas los responsables se deshagan en halagos a sus miembros si luego cuando son víctimas de hechos de los que han de ser protegidos, les dejan en la estacada, como denuncia esta marinera.

ATME reclama explicaciones a Defensa

La denunciante cuenta con el respaldo de la Asociación de Tropa y Marinería Española (ATME), de la que es socia.

Desde ATME han reclamado a Defensa que “clarifique el motivo por el que presuntamente los protocolos no han funcionado», ya que esta marinera que ha transmitido los hechos a través de su escala de mando «no ha recibido la protección adecuada que marcan los protocolos de la UPA», según declara a OKDIARIO Marco Antonio Gómez, presidente de la asociación.

«La labor del Ministerio de Defensa y de los ejércitos no puede limitarse sólo a publicar protocolos y guías, sino que deben asegurarse que se cumplen escrupulosamente en su totalidad y que los militares conocen debidamente su forma de aplicación», subraya el presidente de ATME. Y advierte que «no estamos ante un caso aislado», sino que presuntamente los protocolos han fallado en más.

«Lo que tiene que hacer el Ministerio de Defensa no es solamente legislar, sino tener unidades de apoyo específicas y que las mismas estén dotadas de los cursos y de la capacitación profesional adecuada».

«Que esto no sea coger a un capitán o a un brigada y ponerlo ahí, sino que éstos reciban la formación adecuada para atender a las víctimas. Y si esto no se está produciendo, el Ejército tiene que poner los medios necesarios para que estos cuadros de mando tengan la formación adecuada para asistir a las víctimas», sentencia.

Según informa el presidente de ATME, «en las Fuerzas Armadas que cuando una compañera o compañero pone en conocimiento del mando unos hechos, éstos suelen quitarle importancia, minimizándolos, para evitar que su unidad esté en la picota en los medios y para que no den parte». «El parte verbal no va a ningún sitio, los partes hay que hacerlos por escrito», precisa, destacando que ese paso es el que pretenden evitar.

La asociación ha enviado un escrito al Ministerio con una serie de preguntas: «¿Considera la Armada que el protocolo de acoso sexual se cumplió acorde a la normativa vigente en este caso? En caso de incumplimiento de la norma, ¿qué medidas se tomarán para evitar que situaciones similares se repitan? ¿Considera la Armada que el tiempo dedicado en sus centros de formación a la divulgación de los protocolos de acoso sexual y profesional  es el adecuado y suficiente?».

Además, ha puesto en conocimiento de los partidos políticos estos «hechos tan graves y preocupantes» de presuntos fallos en los protocolos que están sucediendo en las Fuerzas Armadas, muchos de ellos integrantes de la Comisión de Defensa para que pongan coto a esta situación.

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