ELECCIONES 28M

Marlaska aumenta la presencia de policía secreta en los mítines de Sánchez para evitar infiltrados

secretas Sánchez
Joan Guirado

El Ministerio del Interior, bajo las órdenes del socialista Fernando Grande-Marlaska, ha ordenado un reforzamiento policial en los mítines del PSOE. Esto supone una mayor presencia de agentes, tanto de la Policía como de la Guardia Civil-en función de la provincia o localidad donde se celebre el acto-, con el fin de evitar la entrada de infiltrados. De hecho, como han captado las cámaras de OKDIARIO, los funcionarios se sitúan discretamente en la puerta para vigilar uno a uno los que acuden. Previamente, ya han pasado un control de seguridad privada con más agentes policiales de refuerzo.

Este aumento de los agentes, tanto uniformados como de la Policía secreta, coincide con un auge del desencanto con las políticas de Sánchez y en consecuencia con protestas de los ciudadanos. Nunca antes se había ejercido un control tan férreo de un acto privado de interés público. De hecho, a diferencia de lo que ocurre ahora, anteriormente los mítines eran espacios de puertas completamente abiertas con el fin de que cuanta más gente asistiera, mejor. En las últimas semanas, tal como ha publicado este periódico, incluso se obliga a los ciudadanos a registrarse a través de un formulario que no es público para tener un control previo de los asistentes.

Siete escoltas vigilan al público desde un extremo del mitin en la Universidad de Alicante.
Siete escoltas vigilan al público desde un extremo del mitin en la Universidad de Alicante.

Los policías, asistidos por seguridad privada que a priori costea el PSOE, se encargan de identificar a posibles alborotadores, una circunstancia que pudieron comprobar también en directo las cámaras de OKDIARIO durante un mitin celebrado en Alicante, días antes del arranque de la campaña electoral. Tres agentes de paisano se abalanzaron sobre cuatro jóvenes estudiantes de la misma universidad donde se celebraba el acto cuando se disponían a ir a escuchar a Pedro Sánchez tras acabar las clases. Los agentes de la Policía los apartaron de la cola, cuando ya estaban prácticamente dentro, y se los llevaron para identificarles. Cuando comprobaron que no tenían antecedentes ni relación con ningún grupo activista, les dijeron que podían acceder, aunque ya se había cerrado el aforo.

En Palma -aunque este periódico no vio ninguna identificación- la forma de actuar de los agentes, en este caso de la Guardia Civil, fue la de apostarse discretamente detrás de la puerta e ir mirando uno a uno a los asistentes. Unos metros más atrás se comprobaba que no portasen encima banderas que no fueran del PSOE, botellas de agua con tapón de plástico o cualquier elemento que pudieran llegar a lanzar desde la distancia contra Sánchez. En todos los casos, este reforzamiento policial, que se suma al propio dispositivo de los escoltas de La Moncloa y los demás cargos presentes y al de agentes uniformados en los exteriores, se realiza con funcionarios de las comisarias de las localidades donde se celebran los mítines. Una forma de proceder que destaca, debido a que nunca antes había habido tantos controles ni seguridad para acudir a un acto electoral.

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