GOBIERNO DE ESPAÑA

Malestar en el PSOE con Sánchez por dejarles en manos del PP para reformar ahora la Ley Montero

Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo.
Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo
Joan Guirado

Modificar la ley del sólo sí es sí de la mano del PP «es el mal menor». Es el mensaje que en las últimas horas está transmitiendo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a sus colaboradores más cercanos con el fin de calmar los ánimos en el PSOE. Hay una profunda división en el Partido Socialista sobre cómo actuar para impedir que la norma siga rebajando condenas a los delincuentes sexuales. Fiarlo todo a los populares, como ha ordenado Sánchez, no gusta a todos los ministros y dirigentes de su partido. Hay quien acusa al secretario general de «pensar sólo en él» y no en los candidatos a las municipales y autonómicas.

Por eso, en las últimas horas, repiten una suerte de argumentario para que todos empiecen a asumir que el apoyo de los de Alberto Núñez Feijóo para modificar la ley es la opción que parece más viable a día de hoy ante el rechazo persistente de Podemos y de la ministra de Igualdad, Irene Montero. La vicesecretaria del PSOE, María Jesús Montero, y el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños -ungidos ahora como negociadores-, son los responsables de trasladar a los suyos la necesidad de depender esta vez del PP. Moncloa, tal como avanzó este jueves OKDIARIO, no negociará con Génova. Pero sí aceptará sus votos, facilitando así una foto nueva en la política española cuyo desenlace es imprevisible.

«Somos conscientes de que el pacto de coalición quedará tocado», reconocen fuentes cercanas al presidente, de viaje en Bruselas, si finalmente el PP tiene que salvar al PSOE en la votación por la ruptura de la disciplina de voto. Pero «llegados a este punto, tenemos que anteponer la seguridad jurídica y la seguridad de miles de mujeres a la estabilidad del Gobierno», añaden. Han tenido que pasar más de cuatro meses y registrarse más de 400 condenas rebajadas para que Sánchez haya llegado a esta conclusión. A pocos meses de las elecciones municipales y autonómicas y con unos sondeos que evidencian a Ferraz que la chapuza de la ley Montero les estaba restando apoyos de forma «alarmante».

En Moncloa admiten «preocupación» por cómo deben gestionar los tiempos hasta la votación de la Proposición de Ley del PSOE -que debería producirse antes de acabar el mes de febrero-. «Hay partido», aseguran, para que la propuesta de modificación de los socialistas salga adelante con los apoyos de sus socios tradicionales o con los de la principal formación de la oposición. «Nosotros hemos hecho nuestro trabajo, ahora corresponde al resto de grupos ser coherentes y responsables», señalan. De acabar modificando la ley con el Partido Popular, y pese a reconocer que eso supondrá «un antes y un después» en la relación con Podemos, Sánchez pide a los suyos «no querer ver más allá de lo que hay». Es su manera de calmar el malestar que han expresado ya algunos en privado por la debilidad del Ejecutivo.

Con este último mensaje el secretario general del PSOE quiere alejar cualquier intuición de una vuelta al bipartidismo o a la gran coalición. Más aún a las puertas de una cita electoral y con Alberto Núñez Feijóo pidiendo a los socialistas respetar la lista más votada. «Nosotros no vamos a negociar nada con el PP, únicamente aceptaremos sus votos para poner a las mujeres por delante, algo que no siempre han hecho ellos», subrayan. En los mensajes que Moncloa transmite a sus cargos en las últimas horas, de cara a preparar el terreno para la futura votación de la Proposición de Ley, el entorno de Sánchez quiere dejar muy claro que ellos no van a suplicar la ayuda de nadie. Que debe formar parte del juego de «la responsabilidad de cada grupo».

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