Jordi Pujol hijo no deja de trapichear ni en prisión: le pillan comerciando con tarjetas telefónicas
Jordi Pujol Ferrusola acaba de ver reducidos sus privilegios en prisión. La causa: que le acaban de pillar trapicheando con tarjetas telefónicas dentro de la cárcel.
Jordi Pujol hijo empezó con ganas de portarse bien en prisión. El deporte ocupaba buena parte de su tiempo libre dentro primero en el centro penitenciario de Zuera y más tarde en Soto del Real. De hecho, no tardó en apoyarse en sus datos de buen comportamiento para reclamar un traslado a la prisión catalana de Quatre Camins, una sede mucho más cercana al resto de su familia imputada.
Sin embargo, le han durado poco las ganas de comportarse según las pautas de buena conducta de la prisión. Fuentes internas de Soto del Real han confirmado a OKDIARIO que ha sido cazado vendiendo entre los presos tarjetas telefónicas de las que utilizan para poder ponerse en contacto con sus familiares o amigos.
La respuesta de los funcionarios de prisiones ha sido, obviamente, la establecido en el reglamento de régimen interno: retirar privilegios de los que disponen todos los reclusos que se portan bien y que les permiten tener una estancia más agradable en la cárcel.
Jordi Pujol Jr. entró en prisión por orden del juez de la Audiencia Nacional José de la Mata, que confirmó la prisión provisional incondicional con fianza para el primogénito del ex presidente de la Generalitat catalana. El instructor del caso Pujol, que investiga el origen del patrimonio de la familia del ex presidente autonómico, desestimó en su momento el primer recurso de reforma interpuesto por el representante legal de Pujol junior contra el auto de prisión dictado el 25 de abril, que le metió en la cárcel de Zuera (Zaragoza).
Hay que recordar que el juez ha considerado que siguen existiendo «elementos que permiten deducir la existencia de patrones de comportamiento, pautas de actuación, instrumentos y herramientas empleados para generar, ocultar y blanquear activos» empleados por Pujol Ferrusola para manejar su fortuna.
La detección del trapicheo se convertirá en un pequeño obstáculo a partir de ahora para que el mayor de los Pujol puede obtener otros privilegios o, incluso, el deseado traslado a una prisión en Barcelona.
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