España
Pablo Hasél

La insurrección podemita por el delincuente Hasél pone en jaque a la Policía: 100 algaradas hoy en España

La insurrección callejera generada a raíz de la detención del rapero Pablo Hasél, condenado por enaltecer a ETA (es su cuarta pena de cárcel), no se ha acabado con las imágenes registradas este martes en toda Cataluña. La extrema izquierda, alentada por las declaraciones de dirigentes -y ministros- de Podemos en defensa del rapero, busca extender las algaradas a toda España a través de más de un centenar de convocatorias para este miércoles. Incluidas una veintena de capitales de provincia. La que más preocupa en términos de seguridad es la prevista para las siete de la tarde en la Puerta del Sol de Madrid. La Policía Nacional vigila muy de cerca estas citas, alertada por el nivel de violencia desatado por los radicales en Cataluña el primer día de las protestas, en el que llegaron a asaltar y destrozar una comisaría. En estos momentos las convocatorias se evalúan como una «amenaza seria y creíble contra la seguridad», aseguran a OKDIARIO fuentes policiales.

La mayoría de las convocatorias para esta tarde se esperan en Cataluña, con hasta ahora un total de 88 marchas en municipios de toda la geografía catalana. Pero también se han extendido a ciudades como La Coruña, Alicante, Badajoz, Alcalá de Henares, Burgos, Cáceres, Ciudad Real, Santiago de Compostela, Granada, Huesca, Guadalajara, Las Palmas, Lugo, Mérida, Vigo, Orense, Pontevedra, Sevilla, Segovia, Toledo y Zaragoza.

Pero de todas ellas, la que más preocupa en estos momentos a las fuerzas del orden es la que está prevista en la Puerta del Sol de Madrid a las siete de la tarde. «Salvo la de Alcalá, es la única en la Comunidad de Madrid y creemos que puede ser de asistencia masiva», advierten fuentes policiales a OKDIARIO, considerando que la cita va a ser un reclamo para todos los movimientos de extrema izquierda, antifascistas y antisistema de la región.

Mapa de las convocatorias.

Asalto a una comisaría

Las escenas de violencia vividas en tarde-noche del martes en Cataluña no auguran nada bueno para la nueva jornada de manifestaciones por la liberación de Pablo Hasél. Especialmente preocupantes son, explican estas fuentes, las imágenes del asalto a la comisaría de los Mossos en Vic (Barcelona).

Allí, parapetados incluso bajo mesas, permanecieron los pocos agentes que se encontraban en ese momento de retén mientras sus compañeros de seguridad ciudadana habían salido de las instalaciones para sumarse al operativo contra la violencia callejera. Aprovechando que en ese momento no había apenas seguridad, una turba de violentos la emprendió a pedradas primero, y a patadas después, contra la comisaría.

«No había pasado nunca»

El resultado del asalto: cristales y puertas rotas, vehículos destrozados y una sensación de imprevisión e indefensión total. En primer lugar, explican, porque las convocatorias en favor de Hasél estaban previstas desde 24 horas antes y no se produjo ningún refuerzo de seguridad en las comisarías. Tampoco se reforzaron las plantillas, obligando a muchos agentes ‘regulares’ de seguridad ciudadana a actuar como miembros antidisturbios. «En algunos lugares los ARRO (los antidisturbios de las Áreas Regionales de Recursos Operativos) tuvieron que dejar cascos y escudos a compañeros para hacer frente a la situación», aseguran agentes de los Mossos.

«Hay mucho malestar. Lo de Vic no había pasado nunca y los pilló como los pilló. No les han quemado la comisaría de milagro. La gente está muy harta. Hay una sensación de que estamos muy solos», lamentan fuentes de Mossos a OKDIARIO.

Las cuatro condenas de Hasél

La condena por la que Hasél ha sido ingresado en prisión en la cuarta que recibe con pena de cárcel. En este caso, la Fiscalía no ha suspendido la pena de 9 meses de prisión porque ya era reincidente: en 2015 ya había sido condenado a 2 años de cárcel por el mismo delito, enaltecer el terrorismo de ETA, Grapo, Al Qaeda y otras facciones.

Además, Hasél tienen otras dos condenas de prisión que aún no se han ejecutado porque están en fase de recurso. Una de seis meses por agredir a un periodista de TV3 durante una rueda de prensa en el rectorado de la Universidad de Lérida (donde se atrincheró el pasado lunes para no ser detenido), y otra de dos años por agredir al testigo de un juicio cuya declaración exculpó a un Guardia Urbano por una actuación