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Inocencio Arias: «Ahora hay mucha mierda para Franco y maquillaje purificador para los etarras»

El diplomático Inocencio Arias
El diplomático Inocencio Arias. @Penguin
María Villardón

Diplomático. Inocencio Arias (Albox, 1940), como siempre divertido y bien vestido, ha escrito Esta España nuestra: Mentiras, la nueva Guerra Fría y el tahúr de Moncloa (Plaza & Janés), un título que no habla de melodías, pero con el que sí homenajea a la canción de Cecilia, hija del que fuera uno de sus jefes en Argelia.

Sus palabras dejan vislumbrar incomprensión al mirar a una España que parece haber perdido la cordura. No comprende que Pedro Sánchez siga en Moncloa cuando ha hecho todo lo que decía que no haría y cree que en «el reino zapateril y sanchista»  el dinero público no para de despilfarrarse «con ministerios que deberían ser direcciones generales».

Con Podemos, explica, hemos conocido la ley del embudo. «Lo que ellos hacen, acosando a un político de derechas, es jarabe democrático, cuando se lo hacen a ellos es algo canallesco», apunta. ¿Y VOX? «No va a bajar, Sánchez no para de darle votos. No acabo de entender la razón por la que hay que hacerle un cordón sanitario a los de Santiago Abascal y no a Bildu y los separatistas. Es surrealista» .

¿Qué es lo que más le duele a usted de esta España nuestra?

Desde un punto de vista global, sin duda, el problema catalán. Es una zona de España en la que se desacata la ley a capricho de los separatistas y Sánchez mira para otra parte y sigue firmándoles letras. Dentro de poco nos dará otra sorpresa concediéndoles algo que es, desde luego, no sólo anticonstitucional sino algo que también contribuirá a medio plazo a la ruptura de España. Y lo dramático de todo ello, además, es que los socialistas actuales no quieren verlo, tragan con lo que sea con tal de que no gobierne la derecha. Este silencio y estas tragaderas tendremos que recordáselo a la izquierda el día de mañana.

¿Y lo qué más le hace feliz?

Feliz… Rafa Nadal, el Real Madrid cuando gana jugando bien, un buen concierto y, la verdad, a esta edad te hace muy feliz ir a revisión y que el especialista te diga: «Hay un índice que está un poco subido, pero no pasa nada, lo observaremos y beba mucho agua».

Pongamos, Sr. Arias, que usted tiene la oportunidad de formar un Gobierno en la España actual. ¿Con quiénes contaría? ¿Algo tecnócrata y no ideológico funcionaría?

Debería funcionar. Ahora estamos lamentablemente en momentos de cuotas, parece que hasta la señora Colau tiene una, y en época de ahorro se crean ministerios que deberían ser direcciones generales. Es decir, el pesebre avanza. Los gobiernos españoles despilfarran el dinero público y los del reinado zapateril o sanchista  aún más. Las cuotas aplicadas con rigidez son abominables e injustas. Hay mujeres que no se sientan en un tribunal, en un coloquio, etc. cuando hay una mayoría clara de hombres en el mismo. Dentro de poco seremos los hombres los que protestaremos y no nos sentaremos por la obsesión de favorecer a las mujeres. Ahora la discriminacion positiva con la mujer entra en hasta en la Ley del cine. «Mi ministerio asegura que  nuestra diplomacia va a ser sobre todo feminista», dicen. Precioso. Ahora añadirán resiliente y transversal, imagino, que queda más bonito.

¿En qué momento, en política y gobierno, está permitida una mentira? No sé si la podemos llamar piadosa, la verdad.

Si mientes, aparte de ser deshonesto, tarde o temprano te pillan. No me gusta nada. Con todo, hoy tenemos mentirosos espectaculares que han triunfado como Trump, Johnson y Sánchez, el trío occidental del embuste. Sin olvidar a Putin en el otro lado, por supuesto. Lo increíble es que no les ha ido mal. Trump  cayó por la pandemia, no por sus falsedades, mientras que el nuestro es un campeón de la falacia y sigue en Moncloa. Uno de derechas, con la mitad de sus tergiversaciones como la tesis fake, el anuncio de que no haría pactos con Bildu o Podemos, permitir la manifestación del 8M sabiendo que había pandemia, escamotear la cifra de muertos o hablar de rebelión y cambiar de idea cuando necesita los votos de los indepes habría scraches cada vez que saliera. Probablemente habría tenido que dimitir.

En definitiva, en la diplomacia la mentira tampoco resulta. Debes escabullirte antes que afirmar algo falaz. Pero se miente, claro, piense en EEUU en la reciente jugada que le hizo a Francia con los submarinos australianos.

A usted, ¿le gusta VOX como aliado de Gobierno tras unas futuras elecciones generales? Se trata de una formación que parece consolidarse votación a votación.

No lo sé. Creo que VOX no va a bajar. Sánchez le da votos cuando hace concesiones a Bildu o a los separatistas. Lo noto en todas partes. Lo que no acabo de entender es la razón por la que hay que hacerle un cordón sanitario a VOX y no a los que sostienen a Sánchez en el Gobierno. Es un poco surrealista y muy cínico que Sánchez y sus numerosos corifeos tengan el cuajo de excomulgar a VOX cuando el socialista se ha metido en la cama con los tres citados. Para mí, entender que VOX es fascista y los otros tres puros y muy presentables demócratas es más difícil que el misterio de la Encarnación. Es incomprensible. Y el PP no sabe rebatir esto.

¿Y Podemos? ¿Qué es lo mejor y lo peor que nos trajo?

Podemos trajo un aire nuevo y esperanzador, me gustaban sus proclamas sobre la corrupción y la transparencia. Sin embargo, cuando vi en la Puerta del Sol, en la concentración de la que surgió, muchos letreros diciendo que la soberanía no estaba en las Cortes, sino en esa plaza ya olfateé un tufillo fascista. De izquierdas, pero fascista. Luego vi que Iglesias sostenía que la caída del muro de Berlín había sido una mala noticia para todo el mundo. Inefable afirmación y muy reveladora.

Más tarde hemos constatado que son tenaces practicantes de la ley del embudo. Lo que ellos hacen, acosando a un político de derechas, es jarabe democrático, cuando se lo hacen a ellos es algo canallesco. Por ejemplo, uno tiene una beca presencial y se larga a Madrid, otro no asegura a su asistente, etc, etc, etc. Estos últimos son pecadillos frecuentes entre los españoles, pero contra los que ellos habrían vociferado si lo hace la derecha. Lo de la asesora niñera es ya de aurora boreal, ya que recordemos que Irene Montero había proclamado que «colocar a amigos en puestos de responsabilidad, simplemente por eso, por ser amigos, puede ser algo legal, pero no deja de ser corrupción».

Hay un capítulo en el que usted, haciendo ficción, naturalmente, habla de qué hubiera podido suceder si tras la Guerra Civil hubiera ganado la izquierda y lo pinta crudo, no mucho mejor que en una dictadura como la que España tuvo durante 40 años, ¿no es así?

Creer que el Frente Popular no habría fusilado o encarcelado a miles si triunfaba en la guerra es una ingenuidad. ¿Quién fue el autor de Paracuellos? El Frente Popular. Por ello, con ese antecedente no se podía esperar mucha clemencia de un Frente Popular ganador de la contienda. España habría tenido un Gobierno comunista mucho más sometido a la Unión Soviética (URSS) de lo que Franco pudo estar mucho más tarde a los yanquis y las penalidades económicas. También la censura y la falta de libertad. Ya lo dijo el poco sospechoso Chaves González: «Quien gane la guerra reprimirá». La memoria democrática trata de tapar las tropelías de la izquierda, pero las hubo y muchas. Pensemos en Largo Caballero.

Por favor, cuénteme una anécdota divertida digna de recordar mientras ha trabajado de diplomático. No quiero que estemos toda la charla a cara de perro.

(Reímos) No sabía que estábamos a cara de perro.

Bueno, más bien hablando sólo de problemas y cosas que nos pueden desagradar. Así que, por eso, algo divertido.

Así a bote pronto, por ejemplo, recuerdo que cuando el Rey Juan Carlos I había traído la democracia y parado el golpe de Estado en España, un Jefe de Estado africano le escribió una carta diciendo que como digno hijo (sic) de Franco estaba realizando una gran labor haciendo prosperar al país.

Se ve que estaba enterado, sí. ¿Cuándo deja usted de lado la diplomacia y pasa a la acción? ¿Cuándo no sirve de nada ser diplomático? No sé si con la edad el carácter se suaviza o, por el contrario, uno es cada día menos paciente desde el punto de vista de la diplomacia.

Mientras estás en activo, aunque tengas años actúas y te manifiestas con cautela. La jubilación es una liberación. ¿Podría yo titular un capítulo hace años bajo el epígrafe de ‘Trump y Sánchez, mentirosos paralelos’? Aquí, si yo estuviese aún en la diplomacia, me habrían cesado y en EEUU declarado persona non grata. Ahora soy menos paciente a la hora de hablar, menos indulgente con la falsedad.

¿Por qué cree que la izquierda española trata de usar a menudo eufemismos como «se fueron» cuando se trata de personas asesinadas por ETA? ¿Es el lenguaje una trampa en la que caemos de manera habitual?

Los políticos, de ambos lados, son aficionados al camuflaje verbal. El Gobierno actual sanchinflea aún más. Se evade con palabras huecas para no contestar. Obsesionarse con restregarnos todo lo de Franco de hace sesenta años y pasar rápidamente pagina con los crímenes de ETA. «Hay que comprender que hubiera posturas diferentes», se dice, y es el colmo de la doblez habiendo aún 330 asesinatos sin aclarar que fueron cometidos hace mucho menos tiempo. Mucha mierda para Franco y maquillaje purificador para los etarras. Así vivimos.

Ucrania, Rusia. ¿Qué opinión le merece Putin? ¿Cree acaso que todo el Este sigue siendo la URSS o cómo?

Putin, aún con agravios, alguno admisible, no entiende que Ucrania no esté dentro de Rusia o dominada por ella. No lo admite, aunque su Gobierno firmó un memorándum reconociendo la integridad de Ucrania y lo viola porque ya le ha dado dos bocados al país. Ahora monta unas maniobras militares que como mínimo asustan a Ucrania, la desestabilizan y la empobrece. Putin está obsesionado con dividir y desprestigiar a las democracias europeas, de ahí los ciberataques en las elecciones, incluidas las americanas y las españolas en la cuestión catalana.

Resulta aparente que el Gobierno de España no tiene demasiada voz en esta crisis ruso-ucraniana, imagino que vio aquella imagen de Pedro Sánchez vestido con camisa rosa y hablando por dos teléfonos a la vez, ¿verdad? Más tarde, Biden ni siquiera convocó al jefe del Ejecutivo, ¿qué percepción tuvo de aquello?

Es normal que no lo convocara, trató con los grandes y con Polonia que es fronteriza. Ahí no hubo ningún desaire. Sánchez no es grande, nosotros tampoco. La malo es que él y sus fontaneros se empeñan en demostrar que es un estadista con el que cuentan los importantes. No hay que indignarse, lo ninguneó Biden no llamándolo por teléfono, pero en el tema de Ucrania nuestro presidente es un comparsa que quiere simular que, sin ser George Clooney, es un actor que cuenta. No lo es, no hay que ofenderse.

¿A qué le tiene miedo, Sr. Arias en este momento y que las personas sin su experiencia internacional no podemos atisbar?

Yo creo que Occidente no va a intervenir en Ucrania aunque Putin ataque. En el horizonte hay una nube preocupante por la rivalidad de EEUU y China. Por otra parte, me irrita que aún haya hambre en el mundo o analfabetismo y que las mujeres sean aún tratadas humillantemente como en Afganistán y otros sitios. Es indignante, ¡y en el S. XXI!

¿Una figura española que esté sobrevalorada? Hay muchas personas por las que de manera generalizada es admirada, aunque uno no encuentre explicación. Cuénteme.

Quizás Zapatero, aunque también tiene detractores. Fue autor de una media docena de frases ridículas clamorosas, inició la polarización del país con el lanzamiento de una Ley de Memoria Histórica tendenciosa, blanquea a Nicolás Maduro de forma servil, un régimen apestoso responsable de la ejecución de decenas de personas y del éxodo de millones, en los acontecimientos internacionales estaba incómodo, con lo que quedábamos como catetos, etc. En fin, no es el único mediocre y divisorio, pero encuentro curioso que se le llame estadista, dominador de los tiempos, visionario, etc… Ahí está sobrevalorado.

@MaríaVillardón

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