Inda: «Los mafiosos intentos de matar civilmente a la juez del 8-M demuestran que aquí hay chicha»

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Eduardo Inda destaca que los virulentos ataques de los que está siendo objeto la juez Carmen Rodríguez-Medel, que investiga la causa del 8-M, llegan al punto de ser insoportables. El intento de «matar civilmente» a la titular del Juzgado de Instrucción número 51 de Madrid demuestran que en esta causa «hay chicha».

Recuerda Inda que «fuimos muy pocos los que avisamos a priori que el 8-M era un riesgo para la salud humana. Que, parafraseando en sentido contrario a la vicepresidenta Calvo, les iba la vida en ello». Indicios, como señala el director de OKDIARIO no faltaban. «En China llevaban confinados dos meses, la OMS había advertido hacía dos semanas que estábamos ante una pandemia, el puto virus avanzaba a velocidades supersónicas», recuerda Inda, que reprocha la actuación del Gobierno socialpodemita «al que no se le ocurrió mejor cosa que forzar la máquina para llegar como fuera al 8-M. Era el capricho de Irena Montera y de su machista compañero… y por supuesto que hubo 8-M». De nada sirvieron las advertencias de los funcionarios de la Delegación del Gobierno, de los expertos y, sobre todo y por encima de todo, del sentido común.

El 25 de marzo, Eduardo Inda hizo un vídeo premonitorio bajo el título ‘Forzar el 8-M provocando decenas de miles de contagios no puede quedar impune’.  «Y el tiempo, desgraciadamente, me ha dado la razón», asegura Eduardo Inda. «El número de contagios –continúa– se disparó un 3.000% a raíz de esa bomba biológica que fue, la por otra parte, legalísima marcha feminista. Las cifras no me las invento, tampoco son la cuenta de la vieja, resultan simple y llanamente de las insobornables estadísticas. Porque satisfacer el caprichito de Irena Montera no sólo obligó a autorizar el 8-M sino toda suerte de actos de masas en toda España, desde partidos de fútbol hasta cientos de manifestaciones, pasando por el acto de Vox en Vistalegre».

No cabe duda de que metieron la pata porque no escucharon ninguna de las señales de aviso, que venían de muy diversos sitios como explica Inda: «Se lo avisaron los funcionarios. Los médicos de la Delegación del Gobierno en Madrid dieron la voz de alarma y la OMS y la UE llevaban casi un mes advirtiendo al inútil de Simón de la inconveniencia de permitir concentraciones». Pero para Eduardo Inda «la prueba del nueve de que tenían mala conciencia es que desde el Gobierno Civil madrileño se hicieron decenas de llamadas a la desesperada a los organizadores del 8-M y otros actos de masas para que los desconvocasen. Pero ya era demasiado tarde».

El caldo de cultivo para favorecer, como se ha visto, la virulenta expansión del Covid-19 estaba servido. «Y para determinar que aquello fue un Vietnam biológico no hace falta ser doctor en la materia por Harvard», señala Eduardo Inda. «Basta comprobar que en un universo tan pequeño como el de las ministras y aledaños, resultaron infectadas Carmen Calvo, Carolina Darias, Irena Montera, Begoña Gómez, la madre de Pedro Sánchez y, por extensión, el suegro. De 10 ó 12 vips, la mitad se contagiaron in situ», recuerda el director de OKDIARIO.

«Que el tema les preocupa lo demuestran los ataques más propios de un dóberman que están sufriendo a manos de políticos socialpodemitas y periodistas de cámara la instructora del caso, Carmen Rodríguez-Medel, y la Policía Judicial de la Guardia Civil. Se lanzan sobre ella como hienas, como si no hubiera un mañana», detalla Inda que también señala que todos estos ataques son inútiles: «Van dados porque esta juez no se casa con nadie. Abrió juicio oral a la ladronzuela Cristina Cifuentes, pidió procesar a Casado por su máster y que no lo dude nadie que si ve chicha, empurará a quien haga falta. Mal que les pese a los rabiosos Marlaska, Sánchez e Iglesias. Porque el Estado de Derecho aún no es en España un maravilloso recuerdo del pasado».

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