La gestora busca “normalizar” la relación con el PSC sobre la base del rechazo al “derecho a decidir”

Miquel Iceta
Miquel Iceta. (Foto: EFE)
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

La gestora del PSOE está dispuesta a aprovechar los dos próximos meses para recomponer las desgastadas relaciones con el PSC.

Es el plazo que, este lunes, se fijaron el presidente de la actual dirección socialista, Javier Fernández, y el primer secretario regional, Miquel Iceta, para abordar en una comisión de trabajo las grandes distancias que actualmente separan a Madrid de su partido hermano en la Comunidad Autónoma catalana.

En la antesala, y para evitar nuevas fricciones, la dirección socialista decidía este jueves dejar en suspenso las sanciones a los diputados catalanes que votaron ‘no’ en la investidura de Mariano Rajoy. La decisión se interpreta como un gesto claro para no obstaculizar las próximas conversaciones. De hecho, los propios críticos admiten la delicadeza de la gestora con Meritxell Batet, a la que apartan de la dirección del Grupo parlamentario, pero le mantienen su puesto como adjunta vacante hasta que concluyan los acuerdos.

La propia Batet formará parte del equipo negociador por parte del PSC, en el que también se incluye el secretario de Organización, Salvador Illa y Antonio Balmón, mientras que por parte del PSOE, participarán Elena Valenciano, el extremeño Francisco Fuentes y Mario Jiménez, el actual portavoz de la gestora.

Fuentes socialistas apuntan a que la decisión de dejar en suspenso estas decisiones tiene la “voluntad de seguir caminando juntos” y negociar con “sinceridad” un protocolo conjunto y con puntos comunes, “sin dudas de interpretación”.

La gestora trabaja en las bases del proyecto que pondrá sobre la mesa del PSC y que fijará los nuevos términos de la relación. Ese debate abordará, por ejemplo, algunas de las cuestiones programáticas de alcance que en los últimos tiempos han evidenciado la profunda división que existe entre los dos partidos hermanos, como el “derecho a decidir” y la definición de Cataluña como «nación», ambas rechazadas por la gestora.

El asunto genera controversias, más aún después de que el propio Iceta insistiese en la fórmula de un referéndum, aun en contra de las directrices de Ferraz. El documento de la ponencia marco del congreso del PSC, celebrado a principios de mes, eliminó no obstante esas referencias, y también la posibilidad de recurrir a la “vía canadiense” que contempla que, en caso de que fracase la reforma constitucional, se promoverá un referéndum de independencia, como sí recogía el borrador inicial.

El pacto con Colau, otra fricción

La citada ponencia sí recoge en cambio otra cuestión polémica, que el PSC buscará la “más estrecha colaboración posible entre las fuerzas de izquierda”, lo que implicaría una alianza con la confluencia de izquierdas radical que prepara la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. El asunto, que se abordará también en esas conversaciones, genera un evidente rechazo en la dirección de Madrid, donde se busca marcar al máximo las distancias con el partido de Pablo Iglesias.

La base de esas negociaciones será que las decisiones de este tipo tendrán que ser compartidas, apuntan fuentes de la gestora. Y aunque la ruptura queda descartada, los trabajos serán sin duda arduos para tratar de reconstruir los vínculos, más mermados si cabe desde la abstención que aupó a Mariano Rajoy a la Presidencia del Gobierno.

El ex presidente de Castilla-La Mancha, José María Barreda, fue explícito en la reunión del grupo socialista, este martes, al reclamar “inteligencia” en los próximos trabajos. Fue más allá y pidió además que no se rompiese la unión entre el PSC y el PSOE, consciente de que ello sólo serviría para dar alas a las formaciones independentistas.

Comité Federal en enero

El documento de conclusiones que cierre los trabajos de esa Comisión habrá de ser aprobado en distintos órganos, aún por determinar. En el PSC será previsiblemente su congreso. Y también es más que probable que el PSOE aborde la cuestión en un próximo Comité Federal, que algunas fuentes socialistas sitúan en enero.

En la gestora se ha enfriado la posibilidad de optar por medidas drásticas, como apartar a los catalanes de los órganos de dirección, la Ejecutiva o el Comité Federal, como sí se planteó en pleno debate sobre la investidura del candidato del PP. Ello implicaría que los militantes y delegados catalanes no elegirían al secretario general.

La cuestión es de enorme relevancia ya que, por ejemplo, en el Comité Federal del pasado 23 de octubre que decidió la abstención ante Mariano Rajoy, esta opción ganó por 59% a 41%. Todos los diputados catalanes votaron en contra.

Sin embargo, fuentes de la actual dirección se admiten partidarias de que el PSC sí participe en la elección del candidato a la Presidencia del Gobierno. Resultaría «incoherente», señalan, que en ello no tenga voz la segunda mayor federación del partido tras Andalucía.

Todo dependerá, en cualquier caso, de cómo se vayan desarrollando los trabajos de los próximos meses y la disposición de alcanzar acuerdos. Pero si no es así, y el PSC opta por reivindicar la autonomía de sus decisiones al margen de la dirección, el PSOE se reserva la posibilidad de llevar al Comité Federal la expulsión de los catalanes de la dirección.

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