España

Federico Trillo: «En Torre Pacheco más de un tercio de los inmigrantes se quedó en el paro y no se integra»

En El Foco, Federico Trillo habla como jurista, como ciudadano y como hombre de Estado, pero cuando la conversación gira hacia su tierra, Torre Pacheco, el tono se vuelve aún más grave. La inmigración, dice, ha sido mal gestionada durante décadas. Y añade, sin rodeos: «Con la llegada de Polaris World y otros complejos urbanísticos y hoteleros, llegaron también decenas de inmigrantes, cuando esos proyectos se pararon, se quedaron sin posibilidad de trabajar. Más de un tercio se quedó en el paro. Y no se integran».

Pocos se atreven a verbalizarlo así. Pero lo que denuncia Trillo no es un prejuicio, es una herida abierta en uno de los municipios con mayor porcentaje de población extranjera de toda España. Según datos oficiales, el 31 % de los habitantes de Torre Pacheco son extranjeros, en su mayoría no comunitarios. Más del 60 % de los contratos en el sector agrícola los ocupan personas migrantes. Y sin embargo, el desempleo y la precariedad golpean con especial virulencia a quienes no tienen papeles. Como cuenta Federico Trillo, muchos llegaron empujados por la burbuja inmobiliaria que Polaris World prometió en la región, y cuando estalló, se quedaron atrapados entre la invisibilidad legal y el rechazo social.

En las últimas semanas, grupos ultras han atacado a jóvenes magrebíes en las calles del municipio. «Nos insultan, nos persiguen, nos culpan de todo», decía hace unos días un chico nacido en España de padres marroquíes, a los medios. «A sus ojos, seguimos siendo moros». La fractura es profunda. Y el Estado, advierte Trillo, no ha sabido ni prevenir ni integrar. Se cometieron errores estructurales, y se siguen cometiendo. No habla desde el prejuicio, sino desde la convicción de que un modelo de inmigración sin control, sin papeles y sin integración, sólo puede producir exclusión y tensión social.

El análisis de Trillo va más allá de lo local. Apunta a Bruselas. «La Unión Europea nunca ha tenido una política migratoria común¡», denuncia. Y en efecto, desde la caída de la Operación Tritón hasta la fragmentación actual entre misiones como Themis o Sophia, la UE ha actuado más como una suma de improvisaciones que como un bloque coordinado. En ese vacío, han proliferado las mafias. Barcos nodriza organizan rutas clandestinas desde el norte de África. Y, según Trillo, «las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado reciben órdenes de no abordar esas embarcaciones». No es una teoría conspirativa, sino una acusación directa: «El primer error —dice— es permitir el tráfico ilegal de seres humanos. Si toleras eso, todo lo demás es hipocresía».

Lo que subyace es un mal mayor. En esta entrevista, Trillo lanza una frase que concentra su diagnóstico de España: «Pedro Sánchez hace lo que hace porque el sistema está pensado para gestores decentes». Y con la misma lógica, insinúa que el modelo migratorio está diseñado para circunstancias ideales que hace tiempo que no existen. Ni en Torre Pacheco ni en Europa.

Señala que lo urgente es cortar el tráfico, blindar el control de fronteras, imponer reglas claras y replantear la política migratoria desde el realismo, no desde el buenismo ni el electoralismo. ¿Se puede todavía integrar a quien lleva años viviendo al margen? Esa es la gran pregunta. Trillo no da recetas fáciles, pero deja claro que sin control, no hay futuro posible.

Mientras tanto, en Torre Pacheco la tensión crece. Los datos económicos reflejan la importancia de la inmigración para el motor agrario de la región, pero en los barrios, la sensación es otra. Hay dos comunidades viviendo en paralelo, sin apenas puntos de contacto.