Diferencias y parecidos entre los discursos de investidura de Sánchez y Rajoy

Pedro Sánchez
Mariano Rajoy y Pedro Sánchez se reúnen en el Congreso. (Foto: EFE)

El discurso de investidura que Mariano Rajoy ha pronunciado este martes es el segundo que se lee en la Cámara en poco menos de seis meses. Tenemos que remontarnos al 1 de marzo, cuando el entonces candidato propuesto por el Rey, Pedro Sánchez, apeló a los diputados con el objetivo -después fallido- de ser investido presidente del Gobierno.

Dos intervenciones separadas por casi medio año, y por grandes diferencias en el tono empleado por uno y otro candidato al referirse al otro. Así, donde el discurso de Sánchez estuvo plagado de dardos y referencias negativas tanto hacia el líder de los populares como hacia su gestión al frente del Gobierno, Rajoy ha preferido apelar a la responsabilidad de los socialistas, a los que ha ofrecido hasta siete pactos de Estado. No obstante, el candidato de los populares dejaba una reflexión que, si bien no mencionaba directamente a los socialistas, les aludía claramente al preguntarse si «alguien aquí está pensando en nuevas elecciones».

Sánchez empezaba su discurso en marzo atacando directamente a Rajoy por su negativa a aceptar el encargo del Rey de intentar formar gobierno, ya que “ocurre así porque la primera fuerza política declinó la responsabilidad que el Jefe del Estado le había encomendado”. A partir de ahí, el líder socialista pasó a criticar duramente lo que calificó de «fracaso de la política económica y laboral» de los populares.

En cuanto a Rajoy, el presidente en funciones ha evitado criticar al PSOE, y ha intentado ofrecer una imagen conciliadora a fin de atraer a los socialistas a las grandes reformas que, a su juicio, necesita el país. En concreto, les ha invitado a unirse a una reforma del sistema de financiación autonómico, y ha propuesto grandes pactos de Estado abiertos a todos los partidos en torno a temas como las pensiones, educación o empleo, entre otros.

Otro de esos grandes temas por el que Rajoy ha pasado de puntillas es la corrupción, que ha ocupado apenas dos minutos de su discurso. Para el presidente en funciones, “la corrupción se persigue más que nunca y los castigos son los más elevados que se hayan conocido”. En cuanto a Sánchez, dedicó apenas una página de su discurso a tratar el asunto.

La intervención de Sánchez el pasado marzo estuvo marcada por las llamadas al diálogo, dirigidas en concreto a Podemos, para que se sumase a su pacto con Ciudadanos. En una situación muy similar a la que afronta ahora Rajoy, Sánchez decía entonces que «encastillarnos en nuestras posiciones no puede ser una alternativa». Curiosamente, esa actitud de «encastillamiento» es lo que ahora le reprocha el PP, que le pide la abstención de sus diputados para poder desbloquear el país.

Coinciden en empleo y unidad de España

Cuesta encontrar puntos en común entre las intervenciones del candidato popular y el socialista, pero un asunto en el que ambos discursos han coincidido es en situar al paro como el principal problema que afronta un eventual gobierno. Rajoy ha insistido este martes en que el empleo ha sido «siempre» su máxima preocupación y prioridad y ha recordado que al inicio de la legislatura se destruían diariamente 1.400 empleos mientras que hoy, cada día, encuentran trabajo 1.600 españoles. Por su parte, Sánchez también habló del desempleo como el mayor problema de los españoles, aunque prefirió centrarse en atacar las políticas de su antecesor al respecto.

El otro gran asunto que han destacado los dos candidatos es el desafío independentista en Cataluña, y aunque difieren en la solución ambos coinciden en que la defensa de la integridad territorial de nuestro país es primordial. Aunque hasta ahí llegan las coincidencias, porque donde Sánchez propuso una reforma de la Constitución hacia un modelo federal, el líder de los populares descarta la conveniencia de reformar el texto constitucional: «Ni queremos ni nos conviene cambiarla, porque juntos estamos mejor, porque la unidad garantiza además la igualdad y la solidaridad entre españoles», ha señalado en su discurso de investidura, en el que ha dedicado varios minutos a hablar del debate catalán, «una amenaza explícita» contra la unidad territorial de España, «contra la igualdad de los españoles y contra su convivencia».

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