Diciembre de 2017: “La investidura no se puede hacer en la cárcel”
Diciembre de 2017: Puigdemont se sentía presidente a pesar de estar fugado de la justicia. Habían pasado las elecciones autonómicas y reclamaba un pacto al Estado para concurrir a la investidura.
Quería volver sin consecuencias penales para seguir mandando en el Parlament. Por ello dijo aquello de que “la investidura no se podía hacer ni en Bruselas ni en la cárcel”.
Un discurso que cambiaría de manera radical con el paso de los meses cuando se diera cuenta de que el Gobierno no accedería a su chantaje. Con el tiempo, Puigdemont y sus palabras se demostrarían tan volubles como la fatua república catalana.
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