España

El ‘no es no’ se convirtió en un ‘sí es sí’

  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Del ‘no es no’, el lema que resume todo el periplo de Pedro Sánchez, al ‘sí es sí’, su renovado mensaje de campaña. La victoria del político madrileño se sintetiza en dos claves: el rechazo a apoyar la investidura de Mariano Rajoy y una insistente apelación a la militancia. Sánchez resurge con un PSOE totalmente escorado a la izquierda extrema y con un único adversario en el punto de mira: el Partido Popular.

Desde su dimisión tras el convulso Comité Federal del 1 de octubre, el político madrileño no ha cesado en insistir en el «error» que fue la abstensión. Una decisión de la que reiteradamente ha culpado a la Gestora socialista.

Contra la dirección provisional del PSOE ha dirigido todos sus ataques y suspicacias: además de por facilitar con el voto un Ejecutivo del PP, por dilatar en su opinión la convocatoria del congreso, o por maniobrar para ponerle trabas a su candidatura, imponiendo las normas de las primarias.

En su lugar, la Gestora no ha sabido explicar la abstención a Rajoy por «responsabilidad» y para salir de la parálisis institucional, como se reconocía en los últimos días entre la dirección.

El ‘voto oculto’

Los resultados de las votaciones son rotundos y evidencian también el papel del ‘voto oculto’, un factor que ya señalaban en días anteriores los miembros de su equipo: el trasvase de apoyos de Susana Díaz a Sánchez en las primarias, en comparación con las cifras de los avales. En estas últimas, la presidenta de la Junta de Andalucía logró imponerse con una diferencia ajustada-6000 más.

Prueba de lo que en círculos ‘susanistas’ se califica ya de «traición» es que Díaz ha recabado menos votos que avales y de que Sánchez se ha impuesto a ella por nueve puntos, una notable ventaja, y con una movilización sin precedentes entre la militancia socialista.

Mantener el ‘enfado’ de la militancia

Un logro, este último, nada desdeñable. Sánchez ha conseguido alimentar el enfado de la militancia durante los casi ocho meses desde su dimisión, con una activa campaña en las redes sociales. En este tiempo, ha surgido toda una «estructura paralela» de plataformas en su apoyo, de las que se ha servido para mantener cohesionada a la militancia frente al ‘aparato’.

Con inteligencia, Sánchez ha creado el relato sobre la separación entre la cúpula y sus bases, quizás más ficticio que real. Y ese mensaje ha calado más que la llamada insistente a la unidad en un PSOE totalmente fracturado. Los militantes han votado a un candidato-protesta y han apostado por la ruptura, dejando ver que el partido ya tendrá tiempo para recomponerse, porque lo inmediato es reiterarse en el rechazo a Rajoy.

El mensaje nacionalista

La victoria de Sánchez es contundente en territorios que habían tratado de trasladar un mensaje de «neutralidad», como Cataluña, con un desequilibrio de 70 puntos en favor del nuevo secretario general.

Un dato que bien podría atribuirse al discurso nacionalista que el aspirante ha desplegado en su campaña: en su programa, apuesta por definir España como Estado plurinacional mediante una reforma del artículo 2 de la Constitución, intocable según la Declaración de Granada, la guía de todos los socialistas.