Defensa enviará a Ucrania los Leopard en desuso: el coste de reparar cada uno es de un millón
La ministra de Defensa, Margarita Robles, ha apuntado este jueves que ya trabaja con la industria para determinar cuáles de los Leopard 2A4 que llevan años en desuso y están almacenados en Zaragoza son recuperables para su puesta a punto y su envío a Ucrania. Robles ha anunciado que este mismo jueves está convocada por el ministro de Defensa alemán a asistir a una primera reunión junto a otros seis países.
Finalmente, esta ha sido la opción elegida, la que se barajó desde un primer momento, pese a no ser la única: Moncloa también contemplaba enviar a Ucrania los Leopard que defienden Ceuta y Melilla, pero el Ejército había avisado de que retirarlos sería desguarnecer ambas ciudades en una frontera caliente. Pero los carros que España enviará son algunas de las unidades del Leopard 2A4 que se encuentran almacenadas en unas instalaciones militares de Zaragoza, hibernando desde 2012. Las mismas cuyo estado de conservación definió la propia Margarita Robles definió como «lamentable». Sin embargo, pese a que muchas de las unidades están inservibles, algunas pueden ser puestas a punto en los talleres especializados del Ejército de Tierra en Madrid. El problema está en el coste: de tiempo, pues se calcula alrededor de tres meses para ponerlos en marcha; de dinero, ya que se estima que cada unidad debería recibir una inversión superior al millón de euros; y de capital humano, ya que requeriría una ingente cantidad de mecánicos y personal especializado que dejarían de dedicarse a otras reparaciones, retrayendo la operatividad de las fuerzas acorazadas españolas.
El envío de Leopard a Ucrania es una apuesta de la OTAN más estratégica y política que bélica, aunque puede suponer una escalada en el conflicto, porque Putin puede interpretar que la OTAN ha entrado en la guerra, y, por tanto, se consideraría con derecho a atacar a países miembros de la Alianza Atlántica.
Pero el envío de los carros Leopard esconde serios problemas e inconvenientes. En primer lugar, su diversidad de modelos entre los ejércitos europeos, con especificaciones, manejo e incluso piezas de repuesto diferentes, lo que convertirá ese futuro batallón acorazado ucraniano en un caos logístico. Y el segundo problema es uno de los más importantes y difíciles de sortear: para que sean efectivos en el campo de batalla y no sean fácilmente liquidados por las armas contracarro rusas deberán estar acompañados de apoyo aéreo, prácticamente inexistente en estos momentos por la parte ucraniana.
Por lo que se refiere al envío de las unidades, en la reunión de este jueves convocada por Alemania se empezará a negociar cuál puede ser la aportación de cada país y también el entrenamiento requerido para el uso de los carros de combate, para el que ayer el ministro ucraniano solicitó ayuda a Robles en una carta. En esta línea, ha subrayado que el envío de estos tanques conlleva una responsabilidad: «No se trata de decir, sin más, ‘ahora enviamos’ (…). Hace falta un entrenamiento serio, detallado» para que se puedan llevar a cabo su «mantenimiento» y su «complicado y difícil» control, ha argumentado.
Para ello, la ministra ha explicado que España mantendrá la «coordinación» con todos los «aliados por la paz» y la «absoluta discreción» que ha mostrado «desde el principio» de la invasión rusa por «respeto» a la «ciudadanía ucraniana que está siendo vilmente masacrada por Putin».