Torra cita a Bob Kennedy, cuyo hermano envió al ejército a sofocar una rebelión contra el Supremo

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Podría haberle escrito el discurso su peor enemigo. Durante su alocución navideña, el presidente de la Generalitat Quim Torra ha citado en dos ocasiones al senador Robert Kennedy para justificar que debe seguir adelante el golpe de Estado independentista.

No podía haber sido más desafortunado. El presidente John F. Kennedy y su hermano no dudaron en enviar el Ejército al Estado de Mississippi en 1962, cuando el gobernador Ross Barnett se negó a acatar la sentencia del Tribunal Supremo que había declarado inconstitucional la segregación racial.

Es decir, el gobernador Ross Barnett se declaró en rebeldía frente a la máxima corte de Justicia del país, al igual que hizo el Govern de Carles Puigdemont al negarse a acatar las resoluciones del Tribunal Constitucional que prohibían el referéndum ilegal de independencia del 1-O. La respuesta lógica de los Kennedy fue enviar al Ejército para imponer el cumplimiento de la Ley.

Fue entonces cuando el presidente John F. Kennedy pronunció su célebre discurso en el que advirtió: «Los estadounidenses son libres de estar en desacuerdo con la ley, pero no de desobedecerla. En un gobierno de leyes y no de hombres, ningún hombre, por muy prominente o poderoso que sea, y ninguna turba por más rebelde o turbulenta que sea, tiene derecho a desafiar a un tribunal de justicia”.

Barnett era un supremacista, como Torra

“Si este país llegara al punto en que cualquier hombre o grupo de hombres por la fuerza o la amenaza de la fuerza pudiera desafiar los mandamientos de nuestra corte y nuestra Constitución», añadió, «entonces ninguna ley estaría libre de duda, ningún juez estaría seguro de su mandato, y ningún ciudadano estaría a salvo de sus vecinos”.

El discurso de Kennedy es el mejor alegato para mandar a la cárcel a Puigdemont, Junqueras y el resto de golpistas que pretendieron colocarse por encima de la Ley. También el presidente Quim Torra ha anunciado que no acatará la sentencia del Tribunal Supremo si los golpistas del 1-O son condenados: como hizo el gobernador de Mississippi, el Govern de la Generalitat se coloca por encima de la Ley y exige impunidad para los delitos cometidos por Oriol Junqueras y el resto de procesados.

La Corte Suprema de Estados Unidos había dictado en 1959 una sentencia que abolía la segregación racial en las escuelas públicas, por considerarla inconstitucional. El joven James H. Meredith se acogió a esta sentencia y en septiembre de 1962 se convirtió en el primer estudiante negro matriculado en la Universidad de Mississippi. Sin embargo, como Quim Torra, el gobernador demócrata Ross Barnett era un supremacista.

Barnett se negó a acatar la sentencia del Supremo y prohibió a Meredith entrar en la Universidad. El gobernador se vio respaldado por los cientos de agitadores racistas que acudieron a manifestarse al campus de la Universidad frente al estudiante negro que defendía su derecho a no ser discriminado.

El entonces fiscal general del Estado Robert Kennedy envió al Estado a medio millar de alguaciles, como funcionarios federales de Justicia, para proteger a Meredith. Y como el gobernador Barnett  seguía en rebeldía, finalmente el presidente John F. Kennedy envió a miles de soldados de la Policía Militar e intervino la Guardia Nacional del Estado de Mississippi para ponerla a sus órdenes (es decir, aplicó el equivalente al artículo 155). Los disturbios se saldaron con cuatro muertos y decenas de heridos.

El patinazo de Quim Torra citando a Bobby Kennedy no es muy distinto del que dio el autodenominado «ministro de Asuntos Exteriores» de la Generalitat Raül Romeva antes de entrar en prisión.

El ‘patinazo’ de Raül Romeva

En septiembre de 2016, Romeva viajó a Washington y se fotografió a los pies de la estatua del presidente Abraham Lincoln. Luego colgó la foto en las redes sociales con el siguiente mensaje: “The best way to predict the future is to create it” (“La mejor forma de predecir el futuro es crearlo”).

Romeva olvidaba un pequeño detalle: el «unionista» Lincoln no dudó en enviar al Ejército y declarar una guerra civil, en la que murieron más de un millón de norteamericanos, cuando once Estados del sur se declararan independientes de EE.UU. y se agruparan en los Estados Confederados de América liderados por Jefferson Davis. Y precisamente por ello, hoy es honrado como uno de los padres de la libertad en Estados Unidos.

 

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