Torra apuesta por la «vía eslovena» que supuso una guerra con más de 60 muertos y cientos de heridos
El presidente de la Generalitat, Quim Torra, ya no oculta que entre sus fantasías incluye provocar una guerra civil con decenas de muertos para hacer efectiva la independencia de Cataluña. Torra proclamó el jueves que la Constitución española «nunca será reformada por la vía federal o confederal. La única forma de que Cataluña avance es seguir la vía eslovena: la libertad».
Y este sábado, durante la presentación del Consell de la República en Bruselas, ha vuelto a insistir: «Los catalanes hemos perdido el miedo. No hay marcha atrás en el camino a la libertad. Los eslovenos decidieron tirar adelante con todas las consecuencias. Hagamos como ellos y estemos dispuestos a todo para ser libres».
Aunque Torra no explica la letra pequeña, lo que hicieron los eslovenos para obtener la independencia fue provocar una guerra que duró diez días, con 62 muertos, más de 300 heridos y 5.000 prisioneros. El presidente de la Generalitat declara abiertamente que ya no descarta este escenario para hacer efectiva su «república».
#President @QuimTorraiPla: “La Constitució mai serà reformada per la via federal o confederal. L’única manera que Catalunya avanci és seguir la via eslovena: la llibertat”
— Govern. Generalitat (@govern) December 6, 2018
Pero el presidente de la Generalitat oculta algunas diferencias evidentes. Eslovenia declaró su independencia el 25 de junio de 1991, tras celebrar un referéndum con garantías legales, en el que la participación alcanzó el 93% y el sí a la secesión obtuvo el 96% de los votos. Pocas similitudes con el referéndum ilegal del 1-O, en el que se podía votar varias veces, y en el que incluso los observadores internacionales comprados por la Generalitat con dinero público constataron que el resultado carecía de toda credibilidad.
La independencia de Eslovenia se produjo, además, en un momento en el que se estaban desmoronando todos los regímenes comunistas de la Europa del Este. Y muy poco que ver con España: Yugoslavia era un país fabricado artificialmente tras la Primera y la Segunda Guerra Mundial, con fuertes tensiones étnicas y religiosas entre Croacia (de mayoría católica), Bosnia (de mayoría musulmana) y Serbia (con una población mayoritariamente ortodoxa).
Su unidad artificial saltó por los aires a principios de la década de los 90, cuando Yugoslavia abandonó el comunismo tras más de cuatro décadas de dictadura (en la que Tito había ejercido un fuerte liderazgo, como héroe de la Segunda Guerra Mundial).
La guerra de independencia de Eslovia duró tan sólo diez días (del 26 de junio al 6 de julio de 1991) y se saldó con sólo 62 muertos porque era el menor de los problemas del Gobierno yugoslavo de Slobodan Milošević, que pronto tuvo que centrar su atención en Croacia. Pero fue la espoleta que desató las guerras de desintegración de la antigua Yugoslavia que (primero en Eslovenia, luego en Croacia, finalmente en Bosnia y Kosovo) se saldaron con más de 140.000 muertos y cuatro millones de desplazados.
«Sin muertos, tardará más»
Este es el espejo en el que ahora se mira el presidente Quim Torra. Ya hace varias semanas, el ex director de la Fundación CATDem que se dedicaba a cobrar comisiones ilegales del 3%, Agustí Colomines, se encargó de preparar el terreno al avisar en TV3 de que “sin muertos, la independencia tardará más” en llegar.
Tras tomar como modelo a Quebec, Escocia, Kosovo y Nueva Caledonia, el caso de Eslovenia se ha convertido en la auténtica obsesión de los dirigentes del procés. Quim Torra logró ser recibido el viernes con el presidente eslovaco Borut Pahor, con el que se fotografió en un rápido encuentro.
Pero ya en enero de 2017, el actual vicepresidente de la Generalitat Pere Aragonés viajó a Eslovenia para entrevistarse con algunos de los protagonistas de su proceso de independencia. En las notas que luego se incautó la Guardia Civil, el equipo de Junqueras y Aragonés hizo constar que “las autoridades eslovenas e importantes asesores externos estarían absolutamente dispuestos a ofrecer a Cataluña asistencia técnica en la implementación del Banco Central de Cataluña”, una vez salga adelante el proceso de secesión.