Crisis del coronavirus

Casado reprocha a Sánchez que le pida lealtad mientras «suelta al dóberman clásico del PSOE»

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Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

El líder del PP, Pablo Casado, ha acusado este miércoles a Pedro Sánchez de «imponer lealtad» a su partido «mientras suelta al dóberman clásico del PSOE», en alusión a los insultos proferidos por la portavoz parlamentaria socialista, Adriana Lastra.

«Inútil, indigno, indecente, desleal… Son los piropos que me dedicaron por apoyar el estado de alarma y cuatro los minutos que nos ha dedicado en 24 días», ha espetado Casado, en su intervención en el pleno de control en el Congreso, el primero desde el pasado 26 de febrero.

«¿Ésta es la lealtad que nos impone con una mano mientras con la otra suelta al dóberman clásico del PSOE?», se ha preguntado el líder de la oposición.

Casado ha reprochado a Sánchez que «no es el Rey por mucho que nos invoque a una ronda de consultas o no defienda a don Felipe de los insultos del vicepresidente Iglesias».

«Los acuerdos se basan en la confianza, y de usted no se fía nadie, no le creen ni sus compañeros. Usted no es el Rey. Si quiere pactar algo, cosa que dudo, hagámoslo con luz y taquígrafos. No nos venda su teatro de guiñoles, solo le importa el poder, y a nosotros, los españoles», ha concluido Casado, en una intervención rotunda.

Sánchez, por su parte, ha afirmado que siente los fallecidos «como propios» y  «tendrán su merecido reconocimiento una vez sea la victoria total sobre el Covid-19».

«Las medidas de confinamiento están funcionando», ha defendido, pese a que las cifras de contagios superan ya los 170.000 en nuestro país. 18.056 personas han muerto, según el registro de Sanidad.

El Congreso acoge este miércoles la primera sesión de control al Gobierno desde el pasado 26 de febrero. La apertura de la actividad parlamentaria ha sido posible gracias a la presión de la oposición. Es una sesión atípica, ya que el hemiciclo está prácticamente vacío por el cumplimiento de las normas sanitarias, que obligan a los diputados mantener una separación de escaños para evitar contagios.

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