Ábalos quiere recurrir en la Justicia su expulsión del PSOE por «motivos nuevos» que no le dejaron rebatir
El ex ministro de Transportes estudiará llevar el caso a los tribunales pero aún no sabe qué le imputan

José Luis Ábalos quiere recurrir su expulsión del PSOE. No ha recibido notificación alguna por ahora y cree que el partido ha podido añadir motivos nuevos que él no ha podido rebatir con alegaciones. No sabe si le echan por responsabilidad in vigilando –lo que también se podría aplicar al propio Pedro Sánchez–, por las investigaciones judiciales, por sus amigas o por qué.
La suspensión inicial, ante la cual pudo presentar sus argumentos de defensa, únicamente contemplaba «responsabilidad política» por no vigilar a Koldo García. El ex ministro de Transportes cree que estos nuevos cargos requerirían expediente nuevo y no descarta llevar el caso a los tribunales si fuera necesario.
La expulsión definitiva se ha materializado 16 meses después de que el PSOE abriera el expediente disciplinario en febrero de 2024, justo tras el estallido del caso Koldo. Ábalos, que fue durante años el número dos de Pedro Sánchez en el partido y ministro de Transportes –el que maneja más presupuesto–, está imputado por delitos de pertenencia a organización criminal, tráfico de influencias, cohecho y malversación.
El PSOE ha cerrado el expediente sancionador este lunes con la expulsión del militante, coincidiendo con uno de los momentos más delicados para la formación tras la dimisión de Santos Cerdán como secretario de Organización. La decisión se produce después de que la Unidad Central Operativa publicara un informe de casi 500 páginas sobre las actividades del ya ex dirigente socialista.
Ábalos está dispuesto a llevar el caso a los juzgados si fuera necesario. Pero antes hay que ver cuáles son los motivos del expediente. El político valenciano cree en que si son motivos nuevos, es decir, por lo que ha salido en los últimos meses, se tendría que haber abierto un expediente nuevo.
Estrategia legal
El ex ministro todavía no ha recibido la notificación oficial de su expulsión, pero ya tiene trazada su estrategia de defensa. Ábalos establece una distinción clara entre su suspensión inicial y la expulsión definitiva. Subraya que a él le suspendieron por responsabilidad política, no por nada más, y ahora no se pueden añadir nuevos supuestos hechos.
La defensa de Ábalos incluye una comparación con el presidente del Gobierno que podría resultar controvertida para el PSOE: «La pregunta es: ¿con ese motivo, a Pedro Sánchez lo tendría que suspender de militancia por no haber vigilado a su equipo?».
El ex ministro considera que Koldo García era el hombre de Santos Cerdán, no su mano derecha. Cree que Cerdán le coloca como asesor a ese aizcolari navarro para tenerle controlado. Es Cerdán el que trae a Koldo García a Madrid ya que Ábalos es valenciano y no le conocía de nada hasta que entra en escena de la mano del recién dimitido.
Sánchez ahora marca distancias con Cerdán y, para Ábalos, ese secretario de Organización sí es la mano derecha del presidente del Gobierno en Ferraz. Sin embargo, Koldo García era el asesor para temas personales pero como ministro tenía más poder el jefe de gabinete, los secretarios de Estado, los directores generales u otros muchos asesores que tenía para el día a día. Koldo García era el chico de los recados a quien, por ejemplo, mandaba a comprar tabaco.
La vía judicial está entre los planes en la estrategia del ex ministro. Agotará todas las opciones legales disponibles. Podrá seguir el camino de Joaquín Legina, Nicolás Redondo y otros históricos del partido que también fueron expulsados y acudieron a un juzgado de Primera Instancia para tratar de revertir lo que consideran una situación injusta. Leguina en primera instancia perdió el pleito pero ha recurrido.
El futuro recurso judicial de Ábalos contra el PSOE podría crear una situación incómoda para la dirección socialista. La expulsión busca deslindar responsabilidades, pero un proceso judicial podría mantener el caso en los titulares durante meses.
El timing resulta especialmente delicado para Ábalos, que debe declarar el próximo día 23 en el marco de la investigación judicial del caso Koldo. Hasta que no pase el día 23 no se meterá en este asunto pero después analizará todas las opciones.
Antecedentes del expediente
No es la primera vez que Ábalos plantea batalla legal contra su expulsión. En octubre de 2024, el ex ministro ya presentó alegaciones solicitando ser readmitido como afiliado, argumentando que el expediente había caducado y que se había producido «indefensión». Defendía entonces que no existían las faltas de las que le acusaban.
Posteriormente, en noviembre, recusó al instructor de su expediente disciplinario, Alberto Cachinero, denunciando su «parcialidad absoluta» tras conocer por los medios que su expulsión estaba confirmada cuando aún tenía plazo para presentar alegaciones. «Dicha manifestación no puede surgir de otro lugar que del instructor», señaló en ese momento Ábalos.
Argumentos múltiples
El ex ministro ha mantenido una estrategia de resistencia legal sistemática, alegando vicios de procedimiento y falta de garantías procesales. Sus escritos de defensa han incluido argumentos sobre la caducidad del expediente, la falta de notificación adecuada y la ausencia de pruebas objetivas.
Por un lado ahora Ábalos se siente liberado y podría decir y hacer cosas con más libertad si no está atado al PSOE. No obstante, su historia personal no la entiende sin la militancia. Lo mismo le ocurre a Koldo García que en el Senado declaró que «no sabe» si seguía en las filas de la formación pero que, en todo caso, «volverá».
Ábalos cree que es víctima de una estratagema en la que otros se aprovecharon de su posición. Cree que es el tonto de la película. Insiste en que no es el corrupto normal que se ha hecho de oro y que ha quedado probado que se llevó miles de euros. Ábalos ha dicho en otras ocasiones: «No soy yo el que me he aprovechado del cargo. Se han aprovechado de mi cargo».