ENTREVISTA a Pedro Farré

El único ex directivo de la SGAE condenado: «A prisión van la Pantoja, Cachuli y gente como yo»

Farré
El ex directivo de SGAE, Pedro Farré. (Foto: OKD)

Pedro Farré es el único directivo de la SGAE a día de hoy que ha pasado por prisión por lo que hizo. Fue condenado a cumplir dos años y medio de cárcel por haber pagado con la tarjeta corporativa más de 35.000 euros en ‘reuniones de trabajo ‘ con prostitutas y se arrepiente de ello a la vez que se extraña de haber sido el único en ser condenado en esta causa. Aunque sigue sin delatar a sus compañeros de farra: «Si no lo hice cuando podía para defenderme no lo voy a hacer ahora», responde.

Farre sostiene que a prisión solo van «la Pantoja, Cachuli y gente como yo. Los soldados de la casta, curritos de a pie», señala en conversación con OKDIARIO por su nuevo libro: ‘Cazado. El hombre de la SGAE que sabía demasiado’. Admite que la cárcel le ha cambiado la vida: «Tiene sus partes buenas porque te humaniza, pero también pasas mucho frío, hambre y huele todo bastante mal. La cárcel es muy dura para cualquiera, pero más para los que hemos llevado una vida acomodada». Señala que escribir este libro le ha servido de catarsis, tras haberle sido concedido hace pocos días el permiso penitenciario para salir por las mañanas y regresar a prisión por las noches.

P.- ¿De qué se arrepiente?

R.- De no haber dicho ‘no’ más veces y a determinadas cosas. De haberme dejado llevar. Hay atmósferas que condicionan a las personas.

P.- Comenta que es normal que las empresas paguen prostitutas y le respondo que al menos en la mía no. Pero me gustaría que contase si esas fiestas eran todos los días y si todo el mundo en la SGAE normalizaba esa situación.

R.- No, era algo esporádico y que no solo sucede en la SGAE. Este país vivió una época en la que se nos fue un poco la olla.

«Acepté y me arrepiento»

P.- ¿Quién organizaba esas fiestas o cómo terminaban allí?

R.- Las cenas de las empresas terminan en esos lugares. Ahora supongo que no por el tema de la crisis y que la gente está entrando más en razón, pero en los años en los que nos creíamos ricos estas cosas sucedían y mirar para otro lado o negarlo es una hipocresía. El problema es que acepté y me arrepiento. Es un hecho que eso sucedía y no solo en la SGAE y sino mira los de las tarjetas ‘black’…

P.- Bueno, no sé si los ‘black’ terminaron en prostíbulos pero me refiero a que en su juicio no manchó a ningún compañero y me gustaría preguntarle quién le acompañaba a esos sitios…

R.- No creo que uno tenga que defenderse atacando ni poniendo ventiladores. Lo acepto es mi responsabilidad y me ha llevado a prisión una larga temporada. Mi libro no es un ataque contra nadie. Lo que intento narrar es cómo a este país se le ha ido la olla y, lamentablemente, parece que solo vamos a prisión los soldados de la casta. Fui parte de esa casta en los rangos inferiores y se nos fue todo un poco de las manos.

P.- ¿Estaba Teddy Bautista al tanto de esos pagos?

R.- Sí (Silencio)

P.- ¿Ha cambiado su concepto de Bautista desde que entró hasta ahora?

R.- No, cambió mi concepción sobre la SGAE. Llegó un momento en el que no me sentí a gusto ahí y veía que algunas de las cosas que hacía la entidad no estaba de acuerdo.

«El canon fue la china en el zapato del Gobierno»

P.- ¿Cuáles?

R.- La compra de teatros y de inmuebles. Aquella espiral de compra de ladrillos en la que se embarcaron fue la puntilla y generó muchos enemigos. Me marché de la SGAE en 2009, pero me tendría que haber ido en el 2007. No lo hice por cobardía y por esas sinergias que tanto daño nos hacen a todos.

P.- También asegura para el PSOE de Rubalcaba y Zapatero, Bautista era un peligro y querían sacarle de ahí. ¿Por qué? 

R.- La SGAE fue el gran aliado de la cultura para el PSOE en los años de Felipe González. Después llegó el Gobierno de José María Aznar y las relaciones fueron cordiales. Luego llegó Zapatero con toda esa nueva generación de políticos y se notaba que ya no veían a Teddy con el cariño que lo miraba González.

R.- ¿Por qué?

R.- Para ellos era el pasado y también porque era indomable. No supo marcharse y al final lo echaron con una intervención de la Guardia Civil el mismo día que volvió a ganar (Bautista) las elecciones de SGAE.

P.- ¿El tema del canon fue ‘la china en el zapato’ del Gobierno?

Esa fue una de las chinas, la otra fueron los teatros.

«Fue un error quedar con Diego Torres»

P.- Semanas antes de su detención recibió una llamada de Diego Torres. ¿Qué le dijo?

R.- Fue una llamada extrañísima. La primera vez me llama para comentarme un proyecto cultural. Al cabo de unos días, me volvió a llamar para vernos. Quedamos y en lugar de hablarme del proyecto cultural que me anunció estuvo contándome lo mal que lo estaba pasando. Fue en septiembre de 2011 y cometí el error quedar con Diego Torres. Debí de haber colgado la llamada y no haberlo atendido. Me expuse porque ese hombre tenía muchas miradas encima en aquellos meses.

P.- ¿Falta algo por salir que no se sepa de la SGAE y Urdangarín?

R.- No, hay son dos cosas: La SGAE contrató al Instituto Noos durante 4-5 años con una tarifa de 15.000 euros al mes y que el Instituto Nóos fue invitado por la SGAE para que su sede en Madrid estuviera en el Palacio del Infante don Luis en Boadilla que era la sede que la SGAE estaba restaurando para albergar la fundación.

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