La voladura de la térmica Velilla, un paso más de Iberdrola hacia una economía verde y sostenible
A las 16,05 horas de este jueves, la torre de refrigeración de la térmica palentina de Velilla del Río Carrión quedaba demolida como parte del proceso de desmantelamiento de la central, 56 años después de su puesta en marcha y 15 meses después de su clausura, solicitada a finales de 2017. Su voladura representa un paso simbólico, pero de gigante, en la transformación energética de nuestro país hacia una economía verde, competitiva y sostenible.
Desde 2001, Iberdrola ha clausurado 17 centrales térmicas de carbón y fueloil en el mundo; las dos últimas, Velilla y Lada, en España. Posicionada como líder en la lucha contra el cambio climático a las puertas de la COP26, la compañía es la mayor eléctrica del mundo sin producción de carbón y mantiene el firme compromiso de ser una compañía neutra en emisiones a 2030 en Europa.
La voladura de Velilla se ha llevado a cabo con las máximas garantías de seguridad y un mínimo impacto ambiental. Para el derribo de la torre -que supera los cien metros de altura y tiene un peso de más de 7.000 toneladas- se han utilizado detonadores electrónicos con 82 kg de explosivo. La técnica de demolición empleada es una de las más eficientes para el desmantelamiento de centrales, al minimizar riesgos para los trabajadores, favorecer la economía circular y contribuir a reducir el impacto ambiental. De hecho, los residuos de hormigón y de la estructura metálica serán reciclados.
Desplome en cinco segundos
Tras detonarse la voladura, la torre de refrigeración ha descendido sobre su vertical con un ligero vuelco hacia el norte, sin tratarse de un basculamiento, con el objetivo de agrupar los escombros hacia el lado opuesto del río. Tras los cálculos de estabilidad, se practicaron trabajos de debilitamiento y, tras el disparo, las cargas explosivas han fragmentado los pilares de apoyo, provocando la pérdida de equilibrio de la construcción y el colapso por su propio peso. El tiempo transcurrido desde el momento del disparo hasta el desplome de la estructura en el suelo ha sido de unos cinco segundos.
La situación aislada de la central y la ubicación de la torre de refrigeración en el recinto han evitado riesgos para otras construcciones, aunque para la operación se han maximizado las medidas de seguridad y se han realizado avisos al Ayuntamiento de Velilla del Río Carrión y resto de autoridades competentes. Asimismo, se ha comprobado la ausencia de nidos de aves y otras especies y se ha realizado la evacuación temporal de manera preventiva de la zona delimitada en un perímetro de seguridad de 250 metros.
Personal cualificado
La voladura de la torre de refrigeración forma parte del desmantelamiento de todas las instalaciones de la central; un proceso del que ya se ha ejecutado cerca del 35% y se prolongará durante 48 meses.
Estos trabajos están involucrando a un gran número de proveedores -muchos de ellos locales con un volumen de trabajo superior al que mantenían durante el funcionamiento de la central- y alrededor de 50 profesionales. Cerca de la mitad proceden de empresas contratistas de la central y locales; profesionales altamente cualificados y con amplia experiencia en la ejecución de este tipo de proyectos de gran complejidad técnica.
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