Crisis del coronavirus

Vivir la pandemia en la universidad: ¿Cómo afrontan los universitarios la vuelta a las aulas?

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El mes de septiembre se ha convertido en un reto para las universidades españolas con la vuelta de los estudiantes a las aulas. La vida universitaria es distinta desde hace meses a causa del coronavirus. El inicio del nuevo curso refuerza la incertidumbre que dejó el final del anterior curso. Pasearse por los distintos campus madrileños lo corrobora. Ni el ambiente ni el número de estudiantes es el mismo de un año normal. Da igual si el centro es público o privado. Las mascarillas en el rostro y las dudas en la cabeza hacen que las pocas personas que se atreven a ir en persona caminen como autómatas sin expresión en la cara ni ánimo en el cuerpo.

El vicerrector de estudiantes y vida universitaria de la Universidad CEU San Pablo de Madrid, Ángel Bartolomé, cuenta que «nosotros tenemos dos protocolos, el primer protocolo son los estrictamente sanitarios y además, lo que hemos marcado es una doble presencialidad». Esta nueva realidad ha provocado un cambio que Bartolomé explica: «Hemos instalado en todas las aulas del CEU e incluso en los laboratorios unas aulas Hyflex que consiste en tres cámaras: una de forma cenital, otras que apuntan al profesor, y un monitor que es una pizarra digital, para que el profesor pueda ir escribiendo o subiendo los apuntes o cualquier cosa de lo que es la acción docente». Añade que «en esas cámaras el profesor ve a los alumnos que están conectados en casa».

Si hablamos de la Universidad Complutense de Madrid «se ha optado por lo que se llama una enseñanza bimodal, es decir, que los alumnos van a recibir la clase presencial en ese porcentaje del 25% y luego el 75% online», así lo asegura el profesor de la Universidad Complutense de Madrid Juan Enrique Gonzálvez. También se han tomado medidas como la entrada escalonada de los alumnos, códigos QR para saber dónde están las personas dentro de la facultad y así controlar tanto como sea posible si se produce un eventual contagio en personas que estuvieran cerca. Este docente es consciente de que a las personas que tengan clases online no se les puede dejar desasistidos y por eso anticipa que el uso de las tutorías va a ser mucho más intenso que el de otros años.

Ambos docentes están de acuerdo en que esta situación conlleva a un trato mucho más personal con el alumnado porque cada persona tiene unas circunstancias de vida diferentes. Ángel Bartolomé habla sobre la situación de los alumnos internacionales, y reconoce que se han encontrado con escenarios muy diversos. El primer caso es el de los alumnos que no han podido volver a Madrid por distintas circunstancias. Sin embargo, pueden recibir las clases de forma asíncrona o de forma síncrona. También se han establecido unas tutorías y seguimiento personalizado para este tipo de alumno. Los estudiantes que puedan conectarse de forma asíncrona lo harán con el mismo horario a sus horas teóricas y en sus horas prácticas, al no poder asistir, se establecerá un calendario para aquellas prácticas en las que sea imprescindible la presencialidad.

Gonzálvez, por su parte, considera que la docencia bimodal que se va a llevar a cabo en la Universidad Complutense pretende garantizar que los alumnos reciban las capacidades correspondientes en cada asignatura, ya que aunque sea una «normalidad distinta, ya hubo un periodo de adaptación a finales del curso pasado, pero ahora había que crear estructuras, había que crear protocolos para que todo el mundo esté tranquilo tanto los alumnos, como el personal que está dentro de las facultades», asegura.

Incertidumbre universitaria

Hay tantas opiniones como universitarios. Si paseamos por la Universidad Autónoma de Madrid y preguntamos a los estudiantes sobre las medidas ante esta crisis sanitaria nadie se pone de acuerdo. Una estudiante de la facultad de Derecho relata a OKDIARIO: «A clases vamos la mitad de la gente, somos aproximadamente 80 personas, tenemos distancias entre cada alumno, pero si queremos ir a comer algo, pues es al pasillo, no tienes otra… y en los baños no hay ni gel». Esta alumna insiste: «Esta universidad no tiene ventanas que se abran, no hay ventilación y cerramos las puertas para no molestar a otros pabellones, entonces es complicado».

En cambio, un estudiante de psicología del mismo centro precisa: «Las entradas a la facultad están dirigidas, tienes gel para lavarte, los aforos en clase están limitados, ya no puedes estar dentro de la facultad y han cerrado ciertas zonas. Las medidas que ha tomado todo Madrid, pero aplicadas ya a los propios edificios y facultades». Los distintos testimonios de los alumnos de la Universidad Autónoma de Madrid coinciden en algo: hay mucha menos gente por el campus. Una joven explica que «la vida universitaria aquí ya no se ve, o sea antes había mucha más gente, tomando cervezas en el césped y ahora está medio vacío».

Alumnos de la Universidad CEU San Pablo de Madrid explican que realmente hay un gran cambio a causa del covid, pero es irremediable adaptarse a este escenario tan voluble. Una alumna cuenta que al llegar a su universidad tenían unas cámaras que «nos toman la temperatura y también geles hidroalcohólicos para asegurarnos de mantener la higiene correcta. También tenemos unos circuitos de flechas que tenemos que seguir con el camino de entrada y de salida y en las mesas hay etiquetas con la separación mínima entre alumno y alumno».

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