Tarjetas de crédito

Soy experto en seguridad y tienes que poner una pegatina a tu tarjeta: adiós a las estafas en los cajeros

tarjeta estafas
Blanca Espada

En plena era digital, donde cada día pagamos más con tarjetas y llevamos cada vez,  menos efectivo, la seguridad bancaria se ha convertido en una auténtica prioridad. Por muy avanzados que sean los sistemas de protección de los bancos y las webs, los delincuentes también se han vuelto expertos en burlar barreras y encontrar nuevas formas de estafar. Por eso, algunos consejos que pueden parecer absurdos a primera vista, en realidad podrían salvarnos de perder el dinero de toda nuestra cuenta en cuestión de minutos.

Una de las prácticas más extendidas sigue siendo el robo de datos a través de cajeros automáticos. Aunque suene anticuado, el método de espiar mientras introduces el PIN o colocar cámaras diminutas sigue funcionando. Lo preocupante no es sólo eso, sino que muchas víctimas ni siquiera se dan cuenta hasta que es demasiado tarde. Frente a esta amenaza, los expertos en ciberseguridad han rescatado un truco tan sencillo como efectivo: colocar una pegatina con un PIN falso en tu tarjeta. Sí, una simple pegatina puede marcar la diferencia. No se trata de una broma ni de una ocurrencia viral en redes sociales. Este consejo, respaldado por expertos en seguridad, se basa en una lógica que puede dejar fuera de juego al ladrón y darnos un valioso margen de tiempo para actuar. Vamos a ver por qué funciona, cómo debes hacerlo y qué otras precauciones puedes tomar para evitar que te roben dinero en los cajeros o incluso en tiendas físicas.

¿Por qué tienes que poner una pegatina a tu tarjeta?

Aunque a simple vista parezca una técnica más de despiste, colocar una pegatina en tu tarjeta con un número PIN falso puede ser un recurso de seguridad muy útil. La idea es simular que has anotado tu número secreto porque eres olvidadizo, algo que a un ladrón le parecerá completamente creíble. De este modo, si alguien roba tu tarjeta, lo primero que intentará será introducir ese PIN anotado en la pegatina, convencido de que tendrá acceso inmediato al dinero.

Pero el truco está en que, al fallar tres veces ese código (porque es falso, claro), la tarjeta queda bloqueada temporalmente. Esto evita que el delincuente pueda realizar compras o sacar dinero, y a ti te da tiempo suficiente para contactar con tu banco, cancelar la tarjeta y evitar que el robo llegue a mayores. Además, muchos sistemas bancarios emiten alertas automáticas cuando se producen intentos de acceso fallidos, lo que puede ponerte sobre aviso incluso antes de que notes la desaparición de tu tarjeta.

La clave está en que esa pegatina parezca real. Es decir, no basta con pegar un papel cualquiera: debe tener escrita una cifra con apariencia de PIN, colocada de forma natural, como si realmente la usases a diario. Solo así el ladrón se verá tentado a usarla sin sospechar nada. Y lo mejor es que no necesitas ningún equipo especial ni conocimientos técnicos, solo una mínima dosis de ingenio y un trozo de papel.

Más de 2,3 millones de tarjetas comprometidas en España

Este consejo no nace de una teoría sin fundamento. La situación actual en España justifica plenamente el uso de estrategias como esta. Según los últimos datos presentados por Kaspersky Digital Footprint Intelligence durante el MWC 2025, en los últimos dos años se han comprometido más de 2,3 millones de tarjetas bancarias en nuestro país. Una cifra que asusta, sobre todo si se tiene en cuenta que el principal objetivo de los ciberataques han sido los datos bancarios de los usuarios.

De los más de 26 millones de dispositivos que han sufrido infecciones por malware, se ha descubierto que uno de cada 14 estaba vinculado directamente con el robo de datos de tarjetas de crédito. Aunque muchas veces estos ataques se producen de forma online, tampoco se pueden subestimar los métodos tradicionales: en cajeros automáticos y terminales de pago también se producen estafas, y muchas veces con una simple cámara o una mano rápida que sustituye una tarjeta.

Esto demuestra que no basta con confiar en la seguridad de nuestro banco o en que nuestro móvil tiene un buen antivirus. Hace falta tomar medidas activas, pequeñas pero eficaces, para ponérselo difícil a quienes viven de robar a los demás. Y una de ellas, por simple que parezca, es la de poner esa pegatina trampa en la tarjeta.

Cómo colocar la pegatina de forma correcta para que funcione

El truco está en hacerlo bien. Lo ideal es que utilices un pequeño trozo de papel o cinta adhesiva donde escribas claramente una combinación de cuatro cifras, que no coincida en absoluto con tu PIN real. Justo al lado, puedes escribir la palabra PIN o clave, como si lo hubieras apuntado porque no lo recuerdas bien. Este detalle refuerza el engaño y hace que parezca totalmente real.

Luego, pega esa notita en la parte trasera de la tarjeta, preferiblemente en un sitio visible pero no muy llamativo. No hace falta que ocupe media tarjeta ni que sea llamativa: cuanto más normal parezca, mejor. El objetivo es que, en caso de robo, el delincuente caiga en la trampa e intente usar ese código antes de pensar en nada más.

Es importante también que no utilices tu PIN verdadero ni una combinación fácil como 1234 o 0000. Eso no solo es un error de seguridad general, sino que puede hacer que el ladrón acierte de casualidad. Lo ideal es elegir una combinación aleatoria, que no tenga relación contigo, ni con fechas de cumpleaños, ni con datos personales. Y recuerda que esta pegatina debe actuar solo como un señuelo. El PIN real no debe estar escrito en ningún sitio.

Otras formas de evitar que te roben en cajeros automáticos

Aunque esta técnica de la pegatina es muy útil, no es la única recomendación que hacen los expertos en seguridad. La base de todo es tener buenos hábitos cada vez que usamos nuestra tarjeta en la calle. Por ejemplo, es fundamental proteger el teclado del cajero al introducir el PIN. Puede parecer exagerado, pero hay cámaras instaladas por delincuentes que graban discretamente cada movimiento.

Además, conviene cambiar el PIN con frecuencia, como mínimo una vez al año, aunque lo ideal sería hacerlo cada pocos meses. Esto reduce mucho el riesgo en caso de que alguien lo haya memorizado sin que te des cuenta o haya quedado registrado de alguna forma. También es muy importante evitar usar claves simples como 1111, 1234 o fechas de cumpleaños. Los ladrones suelen probar esas primero.

Por último, nunca debes compartir tu código PIN con nadie, ni siquiera por confianza. Tampoco lo apuntes en tu teléfono móvil ni en una libreta. Todo esto puede parecer obvio, pero muchos robos empiezan por pequeños descuidos. La suma de todas estas medidas, incluida la pegatina trampa, puede marcar la diferencia entre un susto sin consecuencias y una pérdida económica importante.

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