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Siemens Gamesa, ante el desafío eterno de sobreponerse a su enésima rebaja de previsiones de beneficios

Siemens Gamesa Bolsa
Parque de Siemens Gamesa.

Los inversores cada vez están más acostumbrados a vivir una suerte de déjà vu con Siemens Gamesa cada vez que anuncia un profit warning (revisión a la baja de las previsiones de beneficios)  y siguen una pauta clara: castigo bursátil inicial para después encontrar un motivo que de nuevo revaloriza a la acción. Tiene, pues, bien ganada la fama de ave fénix.

Ha sido así siempre en los últimos años y, pese a los altibajos, a largo plazo la trayectoria de los títulos siempre ha sido ascendente a pesar de que los varapalos que han sufrido han sido sobresalientes. El más reciente fue el que registró como consecuencia del su tercer recorte de proyecciones en menos de un año, anunciado el pasado 20 de enero. El fabricante de aerogeneradores dijo ese día que espera una caída en sus ingresos de hasta el 9% en 2022 por las perturbaciones en la cadena de suministro, culpable del retraso en los proyectos, lo que ha llevado al grupo a destituir a su consejero delegado, Andreas Nauen. El mercado penalizó a Siemens Gamesa con un desplome de la acción del 14% en la siguiente sesión.

Pero hay muchos más ejemplos. El 18 de junio de 2020, la acción se hundió un 7,57%, esta vez tras el cese de su anterior consejero delegado, Markus Tacke, después de otros tres profit warnings seguidos. El 16 de octubre de 2017, los títulos se dejaron un 6,3% tras otra rebaja en las previsiones de negocio por la revisión del valor contable de activos en inventario, especialmente en Estados Unidos y Sudáfrica, donde había una fuerte presión sobre los precios.

Apenas, dos meses antes, el 27 de julio de 2017, la caída fue del 17,3% tras la publicación de sus resultados, con lo que los títulos perdieron todo lo que habían ganado ese año. Eran las primeras cuentas después de la fusión entre la antigua Gamesa y la división eólica de Siemens y generaron gran decepción entre los analistas porque los ingresos bajaron un 7% como resultado de la parada temporal del mercado en India, clave para la compañía, a la espera de que se transitara hacia un nuevo sistema de subastas. En 2017, el grupo acabaría perdiendo en Bolsa un 40%.

Ha sido una travesía, por tanto, llena de baches, en los que los precios de la acción han oscilado en una amplia horquilla entre los 9 y los 38 euros, lo que denota que siempre el mercado ha encontrado un motivo para seguir creyendo en la empresa con sede en Zamudio. De hecho, tras las querellas internas relacionadas con la gestión que mantuvieron Iberdrola con Siemens, los dos accionistas mayoritarios del grupo fusionado, la eléctrica española consiguió salir del capital de Siemens Gamesa sin perder dinero, a un precio de 20 euros por título, el que tenía la antigua Gamesa en el momento de la integración efectiva a finales del primer trimestre de 2017. Eso valoraba el 8% de Iberdrola en 1.100 millones de euros.

Razones para seguir creyendo en Siemens Gamesa

Y a partir de ahora, ¿qué? Pues hay varios catalizadores que podrían combinarse para que la acción se recupere. La compañía ha anunciado que estudia la venta de sus parques eólicos en promoción del sur de Europa, lo que podría suponer cerca de 300 millones para sus cuentas, lastradas por la actual situación de embotellamiento en el abastecimiento de componentes y el aumento de los costes de las materias primas como el acero, fundamental en la fabricación de sus turbinas. Además, en las últimas fechas han sido constantes los rumores sobre una posible opa de exclusión por parte de Siemens Energy, dueño del 67% de la empresa.

Asimismo, la entrada de savia nueva en la cúpula con la llegada de Jochen Eickholt, actual vicepresidente de la compañía, al puesto de consejero delegado podría ser bien recibido por los inversores. «Tiene experiencia en darle la vuelta a negocios en situaciones complicadas y parece que el mercado podría darle un voto de confianza», señala Ángel Pérez, analista de Renta 4, pese a que reconoce que mantiene la prudencia con este valor.
Pérez también cree que podría influir el crecimiento esperado a partir de 2025, en plena fase de descarbonización de la economía a escala mundial, pero advierte que habrá que esperar a ver si Siemens Gamesa es capaz de generar rentabilidad.

En este sentido, Siemens Gamesa no descarta nuevos ajustes de plantilla con el objetivo de «mantener la rentabilidad» del grupo, que el jueves presentó unas pérdidas de 403 millones de euros en su primer trimestre del ejercicio fiscal 2022 (octubre-diciembre).

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