Regando al independentismo

Sánchez financió la ruina de Cataluña con 60.000 millones de euros a cambio del apoyo independentista

Aragonés Sánchez
Pedro Sánchez y Pere Aragonés.
Roberto Pérez
  • Roberto Pérez
  • Periodista y licenciado en Ciencias Políticas. Especialista en sector público, economía política y presupuestaria, e instituciones político-administrativas. Trabajó para Agencia Efe y Cope, ejerció durante más de 20 años en ABC -etapa que incluyó el ejercicio temporal de la corresponsalía de Nueva York- y actualmente es subdirector de OKDIARIO.

Pedro Sánchez ha financiado la ruina de la Generalitat catalana con 60.000 millones de euros desde que está en La Moncloa. Han sido 60.000 millones de euros prestados con cargo a todos los españoles a través del conocido popularmente como FLA, el Fondo de Liquidez Autonómica. Lo que nació como salvavidas durante la crisis de deuda que arrancó en 2008 y se agravó en 2012 se ha tornado para el secesionismo en un privilegiado banco estatal al que recurre sin freno, cada vez con préstamos más abultados que nunca acaba de devolver, porque cuando le toca amortizarlos lo hace con más dinero prestado a cuenta de todos los españoles.

Esos 60.000 millones se los ha ido inyectando Pedro Sánchez a la Generalitat independentista desde que se instaló en La Moncloa, el 1 de junio de 2018, cuando derrocó al Gobierno de Mariano Rajoy con la moción de censura que le apoyaron quienes a la postre han sido sus socios esenciales: comunistas, independentistas y proetarras de Bildu.

Ha sido una financiación encubierta y privilegiada para la Generalitat, que es incapaz de financiarse por sí misma en los mercados, donde tiene cerrado o muy restringido el grifo del crédito y, si lo tiene, lo es a unos tipos de interés indigestos por la insalubridad de sus arcas y el riesgo de impago que conllevan.

La mecánica del FLA y Cataluña es sencilla: cada vez que tiene que amortizar un crédito concedido por el Estado años atrás lo hace con un nuevo préstamo de mayor importe. Así, con una parte salda la amortización y con la otra cubre el déficit recurrente que genera el derroche del independentismo instalado en la Generalitat. Por eso, cada vez la deuda neta de Cataluña con el Estado, con todos los españoles, es cada vez más elevada.

Cuando Pedro Sánchez se instaló en La Moncloa, Cataluña acumulaba una deuda financiera de 54.382 millones de euros; ahora, según los últimos datos certificados por el Banco de España al cierre del primer trimestre de 2023, asciende a 71.852 millones. Es decir, 17.470 millones más en solo cinco años. Con Pedro Sánchez, el contador de la deuda de Cataluña con el conjunto de España galopa a un ritmo de casi 3.500 millones de euros al año. O, lo que es lo mismo, prácticamente 10 millones de euros más cada día que pasa.

Sin ese soporte que le da el Gobierno de España, Cataluña sería incapaz de sostenerse. Baste un dato: lo que le debe al Estado es casi el doble de su presupuesto anual de ingresos ordinarios.

Año a año, la Generalitat ha conseguido endosar al conjunto de los españoles lo que antes le debía a los mercados ordinarios de deuda. Comunidades solventes como la de Madrid no necesitan recurrir al FLA. Por eso, este mecanismo constituye también un grueso agravio comparativo: la Comunidad de Madrid no debe ni un euro al Estado por el FLA. Sin embargo, prácticamente toda la deuda financiera que acumula la Generalitat catalana, que asciende a 85.456 millones de euros, 71.852 millones se los tiene endosados al Estado. Es decir, al conjunto de los españoles.

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