‘Planchazo’ de Bosch a Sánchez: supedita su inversión en España a que el Gobierno cumpla con la Constitución

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La compañía Bosch ha señalado este miércoles que sus inversiones en España dependerán en gran medida a que el Gobierno socialcomunista no se salga de la Constitución. Además, la dirección de la compañía en España ha trasladado su deseo de que el nuevo Gobierno consiga retomar la estabilidad política y económica necesaria para seguir acometiendo inversiones en el país, al considerar que la situación política de inestabilidad vivida en los últimos meses «no ayuda» a la toma de decisiones corporativas.

Así la ha declarado el presidente de la compañía en España y Portugal, Javier González, en un encuentro con la prensa, en el que ha detallado todos los nuevos productos que la empresa ha presentado en la última Feria de Electrónica de Consumo de Las Vegas.

El presidente de la filial de la firma alemana en España y Portugal se ha referido a la actual situación política en España, destacando que tendrá que haber «amplios acuerdos» en el Congreso, aunque siempre «dentro del ámbito legal, en este caso la Constitución», sobre todo «con tanto grupo parlamentario».

La empresa cuenta actualmente con alrededor de 800 trabajadores en Cataluña de los cerca de 9.000 que tiene en el conjunto del país, por lo que insta «al mayor diálogo posible para intentar solucionar el problema en Cataluña».

No obstante, y pese a que la compañía no ha querido anticipar ninguna previsión económica respecto a las cifras de cierre de año ni las expectativas para el próximo ejercicio, González ha señalado que la actividad en la región se ha mantenido e, incluso, vivió la apertura de un centro de desarrollo en Barcelona.

Diésel

Donde si ha notado una merma del negocio es en la fabricación de recambios destinados a los coches de motor diésel, la actividad que «peor se ha comportado» como consecuencia de la incertidumbre y la poca claridad en lo que concierne al futuro de este tipo de combustión interna.

A pesar de lo que considera una «demonización» del diésel en el país, la compañía continúa invirtiendo a un ritmo de entre el 10% y el 15% de las inversiones en la optimización de los motores de combustión, sobre todo del diésel.

La decisión de la compañía se basa en la previsión de que, aún en 2025, el 75% del parque de vehículos seguirá siendo de combustión, con tan solo el 25% restante electrificados, por lo que considera que todavía «hay que seguir optimizando» la eficiencia de estos motores.

Baterías

En esta línea, la compañía ha desechado la opción de convertirse en un fabricante de baterías, dado el volumen de inversión necesario y la incertidumbre que todavía rodea al futuro de los vehículos eléctricos.

En concreto, la compañía ha estudiado que serían necesarios hasta 20.000 millones de euros de inversión para convertirse en uno de los tres primeros comercializadores de baterías del mundo, con al menos un 15% de cuota de mercado.

Asimismo, respecto al futuro de los vehículos eléctricos, Bosch estima que serían necesarias entre 250.000 y 300.000 estaciones de recarga eléctrica en España, lo que se une a la concentración de vehículos en periodos de alta demanda coincidentes con las vacaciones y con grandes flujos de tráfico en las carreteras.

Otro de los negocios que la compañía ha decidido paralizar es el de motos compartidas, que comercializaba bajo la marca Coup, para centrarse en continuar proveyendo de tecnología a los servicios de movilidad a largo plazo.

En relación a la implementación de las redes 5G, Bosch contempla la posibilidad que permite la legislación alemana de que las compañías privadas cuenten con su propio ancho de banda en sus fábricas para que los datos no tengan que pasar por los operadores, aunque es una alternativa que todavía no se ha contemplado en España.

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