Peloton: la empresa estrella durante el Covid-19 que se ha hundido tras la pandemia
El confinamiento de 2020 a causa del Covid-19 trasladó las actividades que se suelen hacer fuera de casa al hogar. Entre ellas, el deporte. Los estudios preliminares sobre el virus señalaban que el estado de salud era un factor clave para, en caso de infectarse, pasarlo con levedad. Peloton se colocó como una empresa clave en ambos casos al ser fabricante y vendedor de bicicletas estáticas y cintas de correr junto a suscripciones a clases de deporte desde una pantalla incorporada en las máquinas.
Los principales productos de Peloton, de un coste medio de 2.000 dólares, se agotaban y los resultados mejoraban como nunca. La eclosión del Covid-19 pilló a la empresa estadounidense con menos de un año de vida en Wall Street. Los analistas comenzaron a alabar a la empresa, los brókeres no dejaban de llamar a sus clientes para que la incorporasen a sus carteras y los gestores la introducían en sus fondos. “No es sólo que ahora esté triunfando, sino que el recorrido será continuo, porque la vida sana ha venido para quedarse y sus ventas seguirán tanto para los gimnasios cuando vuelvan a abrir, como para la gente que prefería seguir haciendo ejercicio en casa”.
Los títulos cerraron 2020 con un ascenso del 447% con una capitalización de hasta 50.000 millones de dólares en el mejor momento. La empresa vale ahora en Bolsa menos de 4.000 millones, el consejo de administración es un polvorín y los problemas financieros se acrecientan. “La vuelta a la normalidad tras los momentos más críticos del Covid-19 y el mal desarrollo empresarial al no saber gestionar un crecimiento tan grande son los responsables de la situación actual”, comentan los expertos que antes alababan a la compañía.
John Foley, cofundador de la empresa, presentó esta semana su dimisión como presidente ejecutivo, la cual fue aceptada por todo el consejo de administración tras liderar la empresa desde su fundación hace una década. La salida de Foley se produce después de haber dejado en febrero el cargo de consejero delegado a raíz de la primera de las dos oleadas de despidos que ha llevado a cabo la empresa. A Foley le ha acompañado en su Hisao Kushi, jefe jurídico de la compañía y también cofundador, y Kevin Cornils, el responsable comercial.
Peloton cerró su último ejercicio fiscal (30 de junio de este año) multiplicando por 16 las pérdidas del anterior, hasta los 2.822 millones de dólares. La facturación se redujo un 11%, hasta los 3.582 millones, y solo mejoraron un 60%, las suscripciones a las clases, hasta los 1.394 millones, pero esta pata de negocio no es la fundamental.
Una parte crítica de las cuentas y el estado actual de la compañía, señalan los expertos, fue el imponente aumento del gasto destinando 1.000 millones al equipo de ventas y marketing y casi el mismo importe a empleados y administrativos. El resultado ha sido una reestructuración de plantilla con 2.800 trabajadores despedidos. Las previsiones de la compañía apuntan a una reducción de la facturación del 20% a nivel interanual para su primer trimestre y el crecimiento de las suscripciones se quedaría en el 19%.
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