Economía
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Los organizadores del Mobile World Congress ya miran a Lisboa por si tienen que huir de Barcelona

En Lisboa quieren pescar en río revuelto, y las dudas que los organizadores tienen sobre la celebración del Mobile World Congress (MWC) en Barcelona han hecho que desde Portugal se pongan a trabajar para la posible llegada de uno de los principales eventos tecnológicos del panorama internacional. Además, fuentes conocedoras aseguran a OKDIARIO que la cercanía que la capital lusa tiene de Barcelona hacen de Lisboa una alternativa «muy interesante».

Aunque desde GSMA, organizadora del Mobile World Congress, dicen estar muy contentos con su sede en la Ciudad Condal, lo cierto es que, como avanzó OKDIARIO, en los próximos días se evaluarán los potenciales riesgos de celebrar el evento en Barcelona en 2020.

Las constantes amenazas de quienes gobiernan en Cataluña, los movimientos violentos por parte de algunos ciudadanos independentistas y, sobre todo, el hecho de que los CDR tengan el MWC como diana de sus críticas -con el objetivo de tener una mayor visibilidad- han propiciado que los organizadores del MWC quieran tener un plan B en caso de que se decida salir de Barcelona.

Las mismas fuentes apuntan a Dubai y París como ciudades que han estado sobre la mesa, pero recuerdan que, en caso de tener que tomar una decisión precipitada, el mejor destino sería Lisboa por la cercanía con Barcelona. De hecho, según ha podido saber OKDIARIO, los contactos entre el Ayuntamiento de Lisboa, el Gobierno de Portugal y el GSMA se llevan dando desde que comenzó toda la deriva independentista, cuyo punto de inflexión fue el 1 de octubre de 2017, cuando se celebró el referéndum ilegal.

De este modo, los organizadores del MWC miran con lupa cómo se van sucediendo los acontecimientos en Cataluña, y no gusta nada la postura de un Gobierno que sigue amenazando al Ejecutivo con desobedecer y con perseguir la independencia de la región a toda costa, algo que ya hizo al GSMA replantearse su permanencia en Barcelona el año pasado.

Como punto a favor para Lisboa, además de su proximidad con Barcelona, se encuentra que ya acoge uno de los principales eventos tecnológicos del mundo: el Web Summit, que se celebra en la capital lusa desde hace ya una década. De hecho, desde Lisboa se lleva tiempo preparando un proyecto para acoger el MWC, ya que la intención inicial pasaba por recoger el testigo de Barcelona en 2023, año hasta el que el GSMA y Barcelona tienen firmado el acuerdo para que el gran evento se celebre en la capital catalana.

MWC en el aire

El independentismo está machacando la economía catalana, y pronto se podrían quedar sin 450 millones de euros y unos 13.000 puestos de trabajo. De momento, los organizadores del MWC harán en los próximos días una evaluación de riesgos que podría acabar con un cambio de sede para la celebración del evento en 2020.

El contrato firmado entre los organizadores del MWC y Barcelona se extiende hasta 2023, pero fuentes de la organización GSMA, quienes deciden la sede del evento, aseguran a OKDIARIO que el acuerdo está sujeto a que el entorno sea «estable y seguro». Algo que en estos momentos, desde luego, no existe.

Por ello, desde el GSMA harán una evaluación de riesgos. Según explican a OKDIARIO fuentes conocedoras, este proceso consiste en definir un plan de mitigación en el que se plantean qué acciones tomar antes de que el riesgo de convierta en un problema real.

Cada acción tiene un coste asociado que reduciría o eliminaría un riesgo, el de que se produjera un coste mayor. En este caso, si por ejemplo GSMA estima que la situación de Cataluña puede costarle una reducción de visitas del 20% (valorado en 10 millones de euros) y el contrato tiene una cláusula que le permite cancelar de forma unilateral el evento pagando una multa de 5 millones, lo más seguro es que optara por el pago de la multa.

Si el riesgo de que eso pase es del 10%, lo más seguro es que no cancelarían el contrato y que se gastarían dinero en promocionar un poco más el evento, e incluso la imagen de Cataluña. A fin de cuentas, es más barato y podría reducir el riesgo al 5% en este hipotético caso. Sin embargo, si el riesgo de que eso pase es del 80%, buscarían un buen abogado y cancelarían el contrato para cambiar la sede del evento, tal y como han señalado fuentes próximas a los organizadores.