Diplomatiae oeconomicae interruptio

José Luis Moreno

La diplomacia económica bien utilizada es un poderoso instrumento de la acción exterior española encaminada a la defensa de los intereses económicos de España y de las numerosas empresas españolas con actividad exterior.

Se trata de una estrategia integral de acción gubernamental que apoya tanto la internacionalización de las empresas españolas como la atracción de inversión extranjera que contribuye a la generación de actividad y de empleo.

Para que tenga éxito la acción del gobierno deber ser coordinada y liderada por el Ministerio de Economía con el apoyo del Ministerio de Exteriores que cuenta con un importante presupuesto y grandes expertos en la materia y con la capacidad de poder actuar prudentemente en la dirección adecuada: dar tranquilidad, resultar fiables, previsibles y atractivos. Es clave para competir con otros países de nuestro entorno dispuestos a ser receptores de la inversión que no sepamos canalizar.

Esta es la teoría que conocemos, pero en España la teoría parece que cada vez tiene menos valor. Los cuentos ganan a las cuentas y los relatos quieren acabar con los datos.

Metidos en una casi permanente actividad electoral existe la tentación de esconder los principios y normas señaladas en un cajón y activar los sentimientos de las pasiones del electorado propio para dar más fuerza al relato táctico-político a corto plazo. Si gano unos votos me da igual ofender a  los dirigentes de países con una cultura empresarial similar a la nuestra, donde desarrollamos nuestra actividad desde hace años y con los que tenemos lazos basados en la confianza del trabajo bien hecho.

La realidad es que ministros de nuestro Gobierno y de otras áreas sin competencia en materia internacional o económica, utilizando las redes sociales, las conferencias con militantes o declaraciones esporádicas embisten contra dirigentes políticos elegidos democráticamente en otros países, normalmente amigos, como lo son Argentina o Israel, para incorporar un polémico y sonoro titular a su trayectoria política.

Hablar de algo de lo que no entiendes o no es tu competencia es como presentarse a un examen sin prepararlo, siempre tienes la sensación de que te ha salido bien. Sin embargo, cuando eres un experto y te preparas muy bien un tema crees siempre que te has dejado algo clave en el tintero.

Después del titular sonoro ofensivo, que siempre permanece, pasamos al siguiente evento y todos se olvidan. O no todos se olvidan. Los analistas económicos y financieros no olvidan.

Los cuatro años que fui Director General de Política Financiera de la Comunidad de Madrid presentando los fundamentales de nuestra economía regional, durante la crisis económica 2011-2015, a más de 250 interlocutores, agencias de calificación, fondos soberanos, fondos de inversión, entidades financieras e inversores de los que obtuvimos una financiación directa de casi 30.000 millones de euros, pude comprobar de primera mano el detalle del análisis sesudo de grandes profesionales y de la petición de explicaciones detalladas que requieren los gestores de portfolio y los analistas financieros, que son los que al final van a recomendar o no una inversión en tu ciudad, región o país.

Estas semanas muchos de ellos se habrán sorprendido de la radical y grosera animadversión de algunos ministros del Gobierno de España con las decisiones tomadas por presidentes electos de Gobiernos democráticos amigos en los que hay una gran actividad económica cruzada con empresas españolas tanto en inversión en obra pública como en servicios tecnológicos.

El daño reputacional de estas sonoras declaraciones para nuestro país, señaladas de forma crítica sin ambigüedades por los embajadores de Argentina e Israel en menos de una semana, parecen señalar un camino tormentoso y radicalmente en contra de la filosofía de la profesional diplomacia económica española que con lluvia fina y durante muchos años ha dado frutos muy positivos para la cooperación y crecimiento empresarial.

Nunca antes, ni tan siquiera en periodo electoral, los representantes del Gobierno habían lanzado esos mensajes tan agresivos a países amigos.

Espero y deseo que tras las elecciones todo vuelva al respeto, la coordinación y la previsibilidad si queremos recuperar la senda de la inversión exterior que tan mermada vemos desde hace unos años en España y que tan necesaria es para compensar la decreciente formación bruta de capital solo maquillada gracias al impacto temporal de los fondos europeos que estamos recibiendo.

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