Un alto cargo de Armengol confirma la noticia de OKDIARIO: hubo mascarillas ‘fake’ en los hospitales
El subdirector de Compras de Salud, Antonio Mascaró, no aclara si se utilizaron ni por qué estaban en el hospital
Tampoco aclara por qué no se reclamó el dinero estafado a la comunidad autónoma por la empresa de la 'trama Koldo'
Un alto cargo del Govern que presidía Francina Armengol ha admitido que las mascarillas fraudulentas llegaron al hospital de referencia de Baleares, el de Son Espases, y que no fueron retiradas y almacenadas en una nave como hasta ahora habían defendido los responsables de la anterior Conselleria de Salud que presidía la socialista Patricia Gómez.
En la sesión de este lunes de la comisión de investigación creada en el Parlament balear, el ex subdirector de Compras y Logística del Servicio de Salud de Baleares (Ib-Salud) Antonio Mascaró, lejos de aclarar interrogantes, ha sembrado más confusión y no ha podido explicar por qué las mascarillas falsas se trasladaron al hospital cuando estaban destinadas a la población civil ni si las mismas fueron utilizadas. Tampoco ha aclarado por qué no se reclamó el dinero estafado a la comunidad autónoma ni por qué se hizo el certificado de conformidad sabiendo que las mascarillas eran falsas.
Como ha desvelado este lunes OKDIARIO, las mascarillas que compró Armengol a la empresa de la trama Koldo llegaron a los hospitales de Baleares, al menos al Hospital Universitario de Son Espases. Así lo evidencia un correo electrónico remitido el 22 de mayo de 2020 por el jefe de logística del Hospital de Son Espases a una empresa de paquetería para que remitiera un lote de ellas para su análisis al Centro Nacional de Medios de Protección (CNMP).
Por tanto, las mascarillas fraudulentas no fueron apiladas en un almacén hasta el resultado de ese chequeo sobre su calidad, como ha venido defendiendo el anterior Ejecutivo socialista, sino que al menos una parte del lote adquirido a la empresa de la trama del caso Koldo estaba en el hospital de referencia de Baleares, el de Son Espases. El resultado de los análisis confirmando que el material era defectuoso, y que no cumplía con los requisitos de una mascarilla FFP2 no llegó de los citados laboratorios al IB-Salud hasta el mes de junio.
En definitiva, que las mascarillas falsas estuvieron en el hospital al menos durante un mes antes de ser retiradas y almacenadas.
Mascarillas fraudulentas y sin CE
Durante la declaración del ex subdirector de Compras Antonio Mascaró en la comisión de investigación, han surgido nuevos interrogantes. Las mascarillas fraudulentas del caso Koldo no tenían el certificado CE de Unión Europea. En virtud de un resolución del 23 de abril del Gobierno de Pedro Sánchez, durante la situación de emergencia, el material sin certificado CE podía ser destinado al personal sanitario pero nunca a la población civil.
Por este motivo, las mascarillas fraudulentas y sin certificado CE fueron a los hospitales, al menos al de Son Espases, cuando el Govern de Armengol ha manifestado que las mascarillas eran para tener un stock disponible para la población civil. Así lo dijo el anterior director general de Salud, Juli Fuster – a su vez, marido de entonces consellera Patricia Gómez- y así lo ha repetido este lunes Antonio Mascaró.
Todo ello indica que el Govern decidió entregar las mascarillas al hospital cuando supo que no tenían el certificado CE e independientemente de si eran falsas o no.
Mascaró ha insistido en que el tipo de mascarillas ofrecidas por Soluciones de Gestión eran KN95/FFP2, que «desde el primer momento» se compraron pensando en un uso civil y profesiones no esenciales y para «un stock de seguridad».
En este sentido, ha hecho referencia a que las mascarillas KN95 «eran utilizables» para la población civil «como hicieron otras CCAA». Según ha señalado, se compraron mascarillas KN95 para uso civil y se analizaron porque «se hacía así con todo». Es cierto que las KN95 son aptas para el uso civil pero en ningún caso son aptas si no tienen el certificado CE.
El antiguo subdirector ha argumentado que también se analizó para «contemplar todos los escenarios» para ver si eran factible un uso dual de las mascarillas, tanto para población civil como para personal sanitario. «Si hubiesen sido válidas, se hubiesen enviado al stock de FFP2», ha afirmado.
«La decisión inicial era destinarlas a la población civil, esto nos ayudaría en la desescalada», ha apuntado, remarcando que las mascarillas adquiridas a Soluciones de Gestión «absolutamente no se distribuyeron en los centros de salud». En consecuencia, ha enfatizado, se sacaron del Hospital Son Espases y se codificaron de forma diferente.
La reclamación a la empresa
El antiguo subdirector de Compras y Logística del Ib-Salud ha señalado que se reclamó el importe de las mascarillas compradas a la empresa Soluciones de Gestión «a tiempo» y «cuando se pudo». Así lo ha señalado Mascaró cuando ha sido preguntado por la propuesta que firmó de inicio de resolución parcial del contrato para reclamar 2,6 millones a la empresa, el 6 de julio de 2023.
«La principal prioridad era tener material, después, para la desescalada y luego, desde la central de compras fuimos los coordinadores de la vacunación de la Comunidad Autónoma. Después de todo esto, se hizo la propuesta de inicio de la reclamación», ha declarado.
Por otro lado, en relación con la firma del certificado avalando como satisfactorio el contrato de las mascarillas en agosto de 2020, cuando el Ib-Salud ya disponía de los análisis sobre la calidad del material que confirmaba que no cumplía con los requisitos de una FFP2, Mascaró ha apuntado que dicho certificado «no tuvo trascendencia».
Según el antiguo director de Compras, la emisión de este tipo de certificados «está fuera de lo que es el expediente administrativo» y es un documento que certifica la entrada del material a un importe determinado. «Es un documento estándar», ha reiterado en diversas ocasiones.
Asimismo, ha asegurado que se trata de un certificado de solvencia y que «por sí solo» no forma parte del expediente. «En ningún caso quedan dentro de los expedientes de adquisición de este material», ha dicho.
Esta certificación se hizo a solicitud de Soluciones de Gestión, un trámite habitual que hacen las empresas para poder presentarlos al concurrir a otras contrataciones públicas. Sin embargo, según Mascaró, el certificado emitido «no le sirve de nada» a la empresa para presentarse a otros concursos públicos porque «se necesitan varios certificados».
Sobre si se informó al nuevo equipo directivo del Ib-Salud, cuando se hizo el cambio de Govern, de que la Fiscalía Anticorrupción estaba investigando el contrato con la empresa, Mascaró ha dicho que se hicieron informes de traspaso y que él «estaba a disposición para que el nuevo equipo directivo preguntara cualquier cosa al respecto».
En cuanto a la reclamación, ha considerado que la propuesta de inicio de resolución estaba «bastante bien documentada». «Interpreto que sigue su funcionamiento normal -tras el cambio de Govern-, no le doy importancia a si me preguntan esto o no», ha declarado Mascaró.
Por otra parte, el antiguo subdirector ha coincidido con el ex director general del Servicio de Salud balear Manuel Palomino al señalar que este último recibió una llamada del Ministerio que le puso en contacto con Koldo García para proceder a la compra de las mascarillas. «No se comentó quién era», ha indicado.
Durante la comisión, Mascaró ha hecho referencia a un segundo ofrecimiento por parte de Soluciones de Gestión, el 18 de mayo, que fue denegado porque de la población civil «estaba cubierta» y en ese momento «no hacían falta».