El Gobierno renuncia al ‘impuestazo’ a las energéticas, mantiene el de la banca y sube diésel e IRPF
Además, el Gobierno cuela en las enmiendas. a la ley subidas de impuestos al diésel, al tabaco y en el IRPF
El Gobierno ha dado marcha atrás y ha renunciado a hacer permanente el impuestazo a las energéticas por falta de apoyo de sus socios de investidura, mientras sí ha conseguido sacar adelante el de la banca. Así lo ha anunciado el PNV en un comunicado, donde destaca que el impuestazo a las energéticas no va a salir adelante en el Congreso por cuestiones «ajenas» a su formación. Mientras, el impuestazo a la banca sí va a ser aprobado pero será gestionado por el Ejecutivo autonómico en su territorio, lo que le da derecho a hacer modificaciones y que no sea común en todo el país.
Además, el PSOE ha incluido enmiendas a una ley que se está tramitando en el Congreso -para imponer un impuesto mínimo a las multinacionales- que incluyen subidas en el IRPF, en el diésel, el tabaco y los vapeadores. Es la reforma fiscal que el Gobierno prometió a Bruselas para optar a los fondos europeos.
Las presiones por parte del sector energético han surtido efecto. Repsol y Cepsa amenazaron con llevarse inversiones fuera del país, entre ellas una de 1.100 millones en Tarragona. Esto llevó a Junts a plantarse ante este impuesto, lo que ha obligado al Gobierno a dar marcha atrás ante la necesidad de contar con sus siete votos en el Congreso para sacar la ley adelante.
En el caso del impuestazo a la banca, el PSOE va a transformar el gravamen extraordinario en un impuesto sobre los intereses y comisiones de las entidades financieras que estará vigente en los tres próximos años, hasta 2028.
A través de una enmienda al proyecto de ley para crear un impuesto mínimo global del 15% a grandes multinacionales, el Grupo Socialista transforma lo que era una prestación patrimonial de carácter no tributario en un impuesto, lo que a su vez permitirá que las haciendas forales de Euskadi y Navarra gestionen el tributo, tal y como había pactado con el PNV.
El impuesto gravará el margen de intereses y comisiones obtenidos por entidades de crédito y las sucursales en España de entidades de crédito extranjeras, en las actividades que desarrollen en España. Asimismo, el tipo del impuesto tendrá un carácter progresivo, del 1% al 6% en función de la base liquidable.
Los gravámenes sobre la banca y las energéticas son actualmente temporales y el Gobierno planeaba convertirlos en impuestos permanentes mediante enmiendas introducidas en la ley que regula el tipo mínimo efectivo que pagan las multinacionales, pero el energético se ha encontrado con la oposición de Junts.
El Gobierno comunicó a Bruselas que haría permanentes los dos impuestos, aunque en el texto del Plan Fiscal que envió a la Comisión no citaba expresamente estos dos impuestos por miedo a que no pudieran salir adelante, como ha sucedido en el caso de las eléctricas. Ignacio Galán, presidente de Iberdrola, calificó hace unos días de «rumores» y «ruido» la extensión del impuestazo en su sector.
Más impuestos
Además, según las enmiendas incluidas por el PSOE a esta ley, que es una transposición de una norma europea, el Gobierno ha aprovechado que es más fácil sacar adelante esta norma que los Presupuestos Generales para proponer la reforma fiscal que prometió a Bruselas para optar a los fondos europeos.
Entre las medidas propuestas se encuentra un incremento del impuesto al diésel, al tabaco y del IRPF. El PSOE propone equiparar la fiscalidad del diésel y la gasolina con la subida del impuesto de hidrocarburos para el gasóleo (excepto el profesional), que pasará de 0,379 euros el litro a 0,47269 euros el litro, salvo en casos excepcionales en que durante dos meses consecutivos el precio de venta supere los dos euros el litro (cuando será de 0,422).
El PSOE también propone aumentar la tributación del ahorro para rentas altas, de manera que las rentas que superen los 300.000 euros pagarán por este tramo un IRPF del 29%, un punto más que ahora (0,5 puntos de la escala estatal y 0,5 puntos de la autonómica).
El tabaco es otro de los sectores que van a ver aumentar los impuestos, en concreto desde el 1 de enero de 2025 y con el objetivo de reducir su consumo. Suben también los impuestos a los vapeadores. La enmienda establece que el líquido para cigarrillos electrónicos que contenga menos de 15 miligramos de nicotina por mililitro de producto pagará 0,15 euros por mililitro y 0,20 euros si la cantidad de nicotina es mayor. Las bolsas de nicotina y otros productos de nicotina pagarán 0,10 euros por gramo.
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