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Los empleados de Renfe señalan a Adif por el caos ferroviario: «Es culpa suya por no mantener las vías»

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, señaló a Ouigo como responsable del caos ferroviario

  • Benjamín Santamaría
  • Economista, analista, conferenciante y máster de educación. Redactor de economía en OKDIARIO y autor de "La economía a través del tiempo" en el Instituto Juan de Mariana

Los trabajadores de Renfe señalan a Adif como única responsable del caos ferroviario que ha vivido España en los últimos días, según aseguran a OKDIARIO fuentes sindicales. El lunes, una avería en la catenaria entre Los Yeles y Mora provocó el colapso total de la circulación entre Madrid y Sevilla. Por otro lado, el miércoles, un incendio interrumpió los trenes entre Madrid y Barcelona. En ese contexto, la operadora ha tenido que reaccionar de emergencia y de forma improvisada al problema, incluso en zonas no afectadas.

En Madrid, los trabajadores no han tenido «problemas de tensión», es decir, no han notado los efectos directos de las averías. Sin embargo, han tenido que cambiar «los cuadrantes y gráficos de los trenes constantemente tras lo que ha pasado». Esto es «inevitable» cuando suceden cosas similares.

«Hay que reubicar a todas las personas que no viajan y esto genera un refuerzo improvisto», aseguran las mismas fuentes. El objetivo es evitar más problemas y que «viajen los que ya estaban programados y los que se quedaron colgados», por lo que la actividad de las operadoras ferroviarias «no es la normal».

Los empleados de Renfe señalan a Adif

Así, estas medidas no las tiene que tomar sólo Renfe, sino «todos los operadores», incluidos Ouigo e Iryo. Es decir, estas empresas deben de arreglar algo que, según señalan las fuentes sindicales, no ha sido causado por ellas: «Es como si en un aeropuerto la pista de aterrizaje no funciona. No es responsabilidad de las compañías aéreas, pero son las más afectadas».

«La responsabilidad es de ADIF por no mantener las vías en condiciones», sentencian las fuentes de Renfe.

Es decir, los empleados de Renfe señalan a Adif por todo lo que ha sucedido y exoneran a los operadores, que son precisamente los señalados por el Gobierno: «La responsabilidad es de Adif por no mantener las vías en condiciones».

Sin embargo, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, señaló a Ouigo como responsable del caos ferroviario: «Las máquinas de Ouigo tienen dificultades, se paran fácilmente y te provoca un retraso en toda la cadena. Tiene unos servicios de mantenimiento que nosotros desde Renfe se los aportamos. No retiran los trenes de las vías o tardan en retirar un tren de las vías y afecta a toda la cadena».

Un tren de Renfe.

Ante esto, el operador francés respondió asegurando que sus trenes no han estado en el origen de ninguna de las incidencias registradas el pasado lunes, al mismo tiempo que ha afirmado que es la propia compañía la que realiza el mantenimiento de sus trenes y no Renfe.

«El mantenimiento de la infraestructura ferroviaria y la gestión del tráfico en situación normal, y en el caso de avería de la infraestructura, es una competencia exclusiva de Adif. El gestor de la infraestructura repercute íntegramente todo el coste del mismo a las operadoras ferroviarias a través de los cánones», argumentó Ouigo.

Caos ferroviario

Tras los problemas del lunes para circular entre Andalucía y Madrid, el miércoles el sistema ferroviario español volvió a tener problemas por un incendio en la circunvalación de Lérida.

El cuerpo de Bomberos de la Generalitat informó que el incendio se originó en unos matojos junto a las vías del tren y en su extinción trabajaron al menos seis dotaciones de bomberos. La incidencia afectó al menos a 21 trenes.

Este suceso ha provocado que Adif haya tenido que interrumpir la circulación entre Madrid y Barcelona. La situación se prolongó durante varias horas, hasta que, finalmente, a las 22:20 horas se logró restablecer parcialmente la tensión en la catenaria.

Sin embargo, la circulación únicamente pudo reanudarse por una sola vía y en régimen alternativo, lo que dificultó la evacuación inmediata de todos los trenes afectados y prolongó los tiempos de espera para muchos pasajeros.