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Cinco trucos para conservar alimentos frescos que pocos conocen

Los trucos caseros más efectivos para que tus alimentos se conserven frescos más tiempo

Guardar estos alimentos en la nevera te va a salir caro. No lo hagas

Los alimentos frescos son una parte esencial de una dieta saludable y equilibrada, pero a veces se nos echan a perder antes de que podamos consumirlos. Esto supone un desperdicio de dinero y de recursos, además de un riesgo para nuestra salud si los ingerimos en mal estado. Por eso, te vamos a enseñar cinco trucos sencillos y efectivos para que tus alimentos frescos duren más tiempo y mantengan su sabor y sus propiedades.

Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), alrededor de un tercio de los alimentos producidos en el mundo se pierden o se desperdician cada año. Esto supone un grave problema ambiental, económico y social, que afecta tanto a los productores como a los consumidores. Una de las principales causas del desperdicio de alimentos es la falta de una adecuada conservación. Los alimentos frescos, como las frutas, las verduras, los lácteos o las carnes, tienen una vida útil limitada, que depende de factores como la temperatura, la humedad, la luz, el oxígeno o los microorganismos. Si no se almacenan correctamente, estos alimentos pueden perder su calidad, su sabor, su valor nutricional y su seguridad, y convertirse en un riesgo para nuestra salud.

Trucos para conservar alimentos frescos que pocos conocen

Por eso, es importante conocer algunos trucos y consejos para conservar nuestros alimentos frescos durante más tiempo y evitar el desperdicio. Estos trucos no solo nos ayudarán a ahorrar dinero, sino también a aprovechar al máximo los beneficios de los alimentos frescos, que son una fuente de vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra, que contribuyen a nuestro bienestar y a nuestra prevención de enfermedades.

Conservar fruta fresca como las cerezas

Las cerezas son una fruta deliciosa y muy nutritiva, pero también muy delicada y perecedera. Si quieres que te duren más tiempo, puedes usar este truco: lava las cerezas y sécalas bien, luego colócalas en una bolsa de plástico. Cierra la bolsa con las manos, pero dejando un pequeño hueco en la parte superior. Introduce una pajita de plástico por el hueco y sopla hacia dentro para quitar todo el aire de la bolsa. Después, cierra la bolsa con una pinza y guárdala en el frigorífico. De esta forma, evitarás que las cerezas se oxiden y se estropeen.

Conservar un aguacate recién cortado

El aguacate es una fruta muy versátil y saludable, que se puede usar tanto en ensaladas como en guacamole o en tostadas. Sin embargo, una vez que lo cortamos, se empieza a poner negro y a perder su textura y su sabor. Para evitarlo, puedes hacer lo siguiente: si solo vas a usar una mitad del aguacate, coge la otra mitad que te sobra y cúbrela con papel de cocina humedecido. Luego, envuélvela con papel film y métela en el frigorífico. El papel de cocina humedecido evitará que el aguacate se seque y el papel film impedirá que se oxide. Así, podrás conservar tu aguacate fresco durante más tiempo.

Conservar el sobrante de una lechuga 

La lechuga es uno de los ingredientes básicos de cualquier ensalada, pero también uno de los que más rápido se marchitan y se ponen blandos. Si te ha sobrado lechuga después de preparar tu ensalada, no la tires, puedes conservarla con este truco: corta la base de la lechuga y úntala con sal. Luego, envuelve la lechuga con papel film y ponla en el frigorífico. La sal actuará como un conservante natural y evitará que la lechuga se pudra y se llene de bacterias. Además, la mantendrá crujiente y fresca.

Conservar una cabeza de ajo

El ajo es un condimento imprescindible en muchas recetas, ya que le da un toque de sabor y de aroma a nuestros platos. Pero a veces, compramos una cabeza de ajo y no la usamos toda, y se nos empieza a poner pocha y a brotar. Para que esto no te pase, puedes hacer lo siguiente: pela la cabeza de ajo y tritura los dientes de ajo. Luego, colócalos en un recipiente y cúbrelos hasta arriba con aceite de oliva. Cierra el recipiente y ponlo en el frigorífico. El aceite de oliva protegerá el ajo de la humedad y de la luz, y evitará que se seque y que pierda su sabor. Además, podrás usar el aceite aromatizado para tus recetas.

Conservar los ajos sin triturar

Si prefieres conservar los ajos enteros y sin triturar, también hay un truco para ello: quema la base de la cabeza de ajo con un mechero o una vela, hasta que se ponga negra. Luego, coloca la cabeza de ajo en una caja o un recipiente con tapa, para que quede a oscuras, y recúbrela con sal. Cierra el recipiente y guárdalo en un lugar fresco y seco. Al quemar la base, cortarás el suministro de nutrientes a los dientes de ajo, y evitarás que broten. La sal, por su parte, absorberá la humedad y evitará que se pudran.

Estos son solo algunos de los trucos que puedes usar para conservar tus alimentos frescos durante más tiempo. Así, podrás ahorrar dinero, evitar el desperdicio y disfrutar de una alimentación más sana y variada. ¿Conoces algún otro truco que quieras compartir con nosotros? Déjanos tu comentario y cuéntanos tu experiencia.