Relevo en el mayor banco español

El cambio de consejero delegado del Santander se atasca en el BCE, que pide una persona ajena al banco

consejero delegado Santander
Ana Botín, presidenta de Santander, junto al CEO José Antonio Álvarez
Eduardo Segovia
  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

El relevo de José Antonio Álvarez como consejero delegado del Banco Santander, adelantado por OKDIARIO, se ha retrasado porque el Banco Central Europeo ha puesto pegas a los candidatos de la casa que ha propuesto la presidenta, Ana Botín, para sustituirle, según confirman varias fuentes conocedoras de la situación.

El Mecanismo Único de Supervisión (MUS) del BCE debe conceder  el llamado ‘fit and proper’, es decir, su visto bueno al perfil de los candidatos a ocupar asientos en el consejo de los bancos que supervisa, que es más estricto cuando se trata de presidentes y consejeros delegados. En ese proceso es donde se ha atascado el Santander, ya que el supervisor pide un perfil independiente y con una buena reputación como gestor, según las fuentes. Por el contrario, el banco ha propuesto como candidatos a algunos directivos de la entidad.

Este ‘no’ del BCE puede prolongar varios meses más la permanencia de Álvarez en el cargo. Cuando OKDIARIO adelantó el próximo relevo del consejero delegado, el banco respondió que no va a cesar «ni ahora ni en los próximos tres años». Las fuentes citadas aseguran que ni mucho menos va a tardar tanto, pero sí admiten que el revés sufrido en Frankfurt sí puede retrasar varios meses la sustitución.

Como también informó este periódico, el principal candidato interno para ocupar el cargo de CEO era el portugués Antonio Simoes, consejero delegado de Santander España y responsable de Europa. Según una de las fuentes, el problema no es tanto de nombres sino de fondo: «El BCE quiere consejeros delegados con poderes reales para acabar con ‘el problema español’ (Spanish issue) de tener presidentes ejecutivos que acumulan todos los poderes. Por eso, quiere aprovechar el relevo en el Santander para cambiar la gobernanza del banco».

El precedente de Orcel complica un fichaje

«En Frankfurt quieren alguien externo que no esté ya en el organigrama del Santander, porque entienden que ascender a un directivo prolongará la situación actual», añade otra de las fuentes. Pero traer alguien externo choca con el precedente del fichaje fallido de Andrea Orcel, uno de los episodios más negativos de la historia reciente de la entidad.

Como es sabido, Botín intentó que UBS -el banco del que procedía Orcel- se hiciera cargo de parte del bonus que tenía acumulado el italiano, cosa a la que se negó el banco suizo. Por ello, el Santander se echó atrás entendiendo que no se habían cumplido las condiciones para la contratación. Pero Orcel le llevó a los tribunales y ganó, por lo que cobrará una indemnización que inicialmente era de 68 millones y se ha rebajado a 51 (de los que el Santander ya ha abonado 41,6).

‘Prima de riesgo’ y reparto de poderes

Ese negativo precedente dificulta mucho que el Santander ‘pesque’ en otros grandes bancos internacionales y, sobre todo, encarece cualquier posible fichaje ante el riesgo de que se repita lo ocurrido (es decir, los candidatos exigirán una especie de ‘prima de riesgo’).

Pero no se trata sólo de eso, sino también de la necesidad de que la presidenta renuncie de forma efectiva a la mayoría de sus poderes. Numerosas fuentes explicaron en su día que la marcha atrás en la contratación de Orcel no fue sólo cuestión de dinero, sino de que el banquero estrella «quería mandar» y eso chocaba con el control absoluto del banco por parte de Botín. Es decir, con el ‘problema español’.

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