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Berkeley ya triplica su valor en Bolsa al postularse como alternativa al uranio ruso

Las acciones de la minera Berkeley se disparan un 209% en Bolsa desde que se inició el ejercicio. En menos de dos semanas la compañía ha visto como su valor en el mercado se ha incrementado algo más de un 177% al postularse como alternativa en el suministro de uranio procedente de Rusia pese a que su planta de Retortillo, en Salamanca, recibió la negativa del Ministerio de Transición Ecológica y del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN).

Este jueves, la subida supera el 7% y los títulos de la minera y se acercan ya a los 0,5 euros. La racha alcista de Berkeley en Bolsa comenzó tras la invasión rusa de Ucrania y, tras unos días de subidas y bajadas, se ha intensificado en las últimas dos semanas. Dos de las últimas diez sesiones se han saldado con subidas superiores al 25%  y otras dos, por encima del 10%.

Berkeley ya aseguró que no tiene conocimiento de ninguna información que pudiera explicar la reciente evolución de la negociación de sus acciones, según informó el pasado 16 de marzo en la respuesta remitida por la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) a petición de la Bolsa de Australia (ASX). «La compañía no tiene conocimiento de ninguna información no anunciada que, de conocerse, pudiera ser una explicación de la negociación reciente de los valores de la compañía», aclaró.

Alternativa al uranio ruso

Con el inicio de la invasión rusa de Ucrania, Berkeley considera que el Gobierno debería revisar su postura de no autorizar el proyecto de mina de uranio de Retortillo, con la que asegura que se podría cubrir la demanda de este combustible de las centrales nucleares españoles y no tener que depender del mineral que en casi un 40% procede de Rusia.

Así, Berkeley asegura que España no sólo tiene reservas de uranio para cubrir la demanda nacional sino que estas son de las más importantes de toda la Unión Europea. Según datos de la ENUSA, en la actualidad España importa el 38,7% de uranio de Rusia, un 19,5% de Níger; un 11% de Kazajistán; un 3,7% de Namibia y un 2,5% de Uzbekistán.

La empresa está pendiente de la contestación a su recurso administrativo presentado tras la decisión del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico el pasado mes de noviembre de denegar la autorización de construcción de la planta, y del informe, también contrario, del Consejo de Seguridad Nuclear