Economía
Análisis

¡LA BANCA SIEMPRE GANA!

“Si alguna vez, ve saltar por la ventana a un banquero suizo, salte detrás. Seguro que hay algo que ganar.” Voltaire

Una vida que no ha sido examinada no merece ser vivida, ¿no creen? El conocimiento empieza en el asombro, y a veces el único conocimiento verdadero es saber que no sabes nada. Durante este 2021, mis queridas bolsas mundiales se han convertido en un mercado digamos socrático, no por su capacidad de encandilar ilusamente a sus participantes, sino más bien diría por hacer suya aquella reflexión de “sólo sé, que no sé nada”.

Y por supuesto, no parto de la cándida creencia que inunda a Mr. Market sobre que saber algo de bolsa parte de la predicción… puesto que a estas alturas creo que ya se presupone, al menos para ustedes mis lectores, que no. Mi planteamiento, repito, socrático de los mercados de este primer semestre y pico, parte más bien de un complot provocado, buscado o encontrado (vaya usted a saber) en el que la conjunción de casualidades, o causalidades, se han unido para llevar a la economía y por ende a las bolsas, a un ¡pernicioso punto de no retorno! Al fin y al cabo, debemos dejar que quien vaya a mover el mundo primero se mueva él mismo.

Créanme cuando les digo que no es habitual ver un proceso de sobrecalentamiento económico con tanta complacencia monetaria. Como tampoco lo es presenciar una economía tan endeudada, y a la vez permisiva con la expansión presupuestaria. Todo es tan inverosímil, que juntar deflación, deuda pública, inyección fiscal e impresión monetaria en máximos históricos, me resulta increíble como técnica en la materia.

Pues bien, este es el escenario económico actual señores, digamos más socrático que platónico, puesto que si como liberales pudiéramos tener la legítima opción de elegir, tal vez nos quedaríamos con aquello que nos enseñó el bueno de Platón, y es que la libertad consiste en ser dueños de la propia vida, algo que dista y mucho, de la democracia que nos han impuesto unos pocos y que nos ha llevado a un punto de no retorno, que como les he explicado este año se completará con una perturbación económica o bursátil, ¡esto no da más de sí!

Pero bueno, no seamos agoreros ya que entre Sócrates y Platón también existe Immanuel Khan y sus “archiconocidas” reglas de la felicidad; “algo que hacer, algo que amar y algo que esperar”. Y claro, podemos pensar que es difícil amar a alguien del que esperas algo y constantemente te defrauda, pero también es cierto que a veces, lo mejor es decidir lo que esperar, mientras amas aquello que haces, por qué no esperar nada de nadie también es una regla que me ha enseñado la felicidad, aunque si lo haces debe ser bajo una libertad digamos platónica. ¿Acaso no le habría venido bien a Khan reflexionar de esta manera? ¡who knows!

Francamente, no sé si a Khan le habría venido bien tal conducta, pero apuesto que a Trichet, a Draghi, a Lagarde, a Bernanke, Yellen y a Powell, ¡sí! Ellos son los banqueros centrales que han matado moscas a cañonazos durante una década para traernos un mundo lleno de desfalco, especulación y crispación. Un mundo irracional en el que prima lo absurdo a lo responsable, y en el que la falta de determinación ante la toma de decisiones dolorosas, nos ha llevado a una brutal encrucijada en la que un pequeño virus ha demostrado sobradamente lo vulnerables que somos, no sólo en lo esencial humano que es la vida y la salud, sino más bien en lo que compete a nuestras decisiones, las que emanan de nuestra organización social y que no son otras que la economía y la política.

Esta profunda crisis, que es mucho peor que la sanitaria y la económica, repercute curiosamente hacia unos mercados que como les decía, lo único que saben, ¡es que no saben nada! y el descontrol, en cualquier ámbito de la vida, suele acarrear problemas. Aún y siendo amante del caos, sé que sin disciplina y orden, nunca llega nada nuevo, más bien nos transformamos en un simple huir hacia adelante y así, ¡no se soluciona nada! Y es que los problemas deben atajarse con determinación, sin miedo a enfrentarse a las consecuencias de los errores que como seres humanos cometemos con nuestras decisiones y con la humildad de presuponer que por mejor que sea la voluntad, a veces nos equivocamos.

Así que este primer round del mercado en 2021, se enmarca dentro de un amplio proceso de volatilidad, marcado por la yuxtaposición en la cobarde decisión de los bancos centrales de continuar su proceso de inflación especulativa y la ambiciosa expansión presupuestaria de los gobiernos, que volatilidad aparte deberían permitir a las bolsas amansar a los bajistas y dar un nuevo chance a la tendencia alcista. Así es señores, en tiempos actuales, si por casualidad vieran a un banquero central saltar por la ventana, quizás debamos saltar detrás, seguro que hay algo que ganar. ¡Feliz verano!

Gisela Turazzini, founder CEO, Blackbird Bank.