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La banca quiere que Mango se ‘ponga guapa’ para mover su venta antes de cuatro años

Mango no tiene aún un cartel de venta, pero el sector financiero cuenta con que se buscará un inversor en cuanto los números acompañen.

La banca quiere que Mango se ‘ponga guapa’ para mover su venta antes de cuatro años
Tienda de Mango.

Desde hace meses, la posible venta de Mango es un tema recurrente en los mentideros financieros. La compañía lo niega con rotundidad. Pero fuentes financieras dan por hecho que el grupo moverá su cuaderno de venta antes de que expire el acuerdo de refinanciación que cerró con la banca en 2018. Antes, la compañía debe ponerse a punto para ser atractiva para potenciales inversores y en eso está. Desde que su consejero Toni Ruiz fue nombrado director general en 2018, Mango ha reforzado el camino de la profesionalización de su gestión con el objetivo de recuperar la rentabilidad perdida en 2016, cuando entró en pérdidas por primera vez en su historia tras una inversión mal calculada para crecer.

A sus 66 años, el dueño de la compañía, Isak Andic, sigue al frente del negocio. Sin embargo, las etapas que ha pasado algo desligado del día a día del grupo textil y su avanzada edad despertaron las primeras suspicacias entre sus acreedores. Su posible retirada estuvo sobre la mesa en la última refinanciación de deuda. De hecho, por primera vez, el acuerdo incorporó una cláusula de cambio de control que abría la puerta a cerrar una venta antes de 2023, fecha en la que vence el préstamo sindicado que firmó con CaixaBank, Banco Sabadell, Santander, BBVA, Bankia, Ibercaja y Erste Bank y anunció en diciembre de 2018. Esa cláusula es habitual en este tipo de operaciones. Pero en este caso sorprendió a algunas entidades presentes en la financiación por ser la primera vez que se incorporaba para el caso de Mango, según reconocen fuentes financieras.

Mango tenía a finales de 2018 una deuda de 500 millones de euros, cifra que representa 4,3 veces su último Ebitda oficial. Sus pasivos financieros llegaron a superar los 937 millones en 2016, cifra que se redujo en 2017 a algo más de 783 millones de euros, en un ejercicio en el que la deuda neta cerró en 415 millones, según su última Memoria de Sostenibilidad.

Ahora, para seguir adelante con su plan de expansión, la compañía prepara una emisión de deuda en el MARF, según adelantó ayer El Confidencial. Esa operación para intentar captar unos 100 millones de euros se enmarcaría en el camino que está marcando Ruiz de profesionalizar la empresa y mejorar su transparencia financiera, conforme a lo que exigen los reguladores de los mercados. Un punto importante para plantear un futuro cambio de control, bien con la venta a un inversor o mediante una colocación en Bolsa.

Negocio digital para recuperar la rentabilidad

Antes de plantear ese salto, el grupo textil tiene que recuperar la rentabilidad perdida hace ya cuatro años. Para ello, su plan estratégico contempla la apertura de nuevas tiendas con más metros cuadrados para exhibir sus colecciones y el cierre de otros puntos de venta más pequeños, que ya está ejecutando. Pero sobre todo, el objetivo de Ruiz es mejorar la facturación de Mango en el mundo digital. La meta es que las ventas online representen el 20% de los ingresos de la firma de moda ya este año. Para ello, el grupo ultima la apertura de un centro de innovación digital en Barcelona, una apuesta a dos años para la que contratará perfiles digitales y estrenará una nueva oficina.

Mientras se recorre ese camino hacia la rentabilidad, Andic insiste en lanzar el mensaje de que Mango no está en venta. Pero fuentes financieras dan por hecho que cuando las cifras acompañen, el fundador de Mango entregará a un banco de inversión el mandato para que mueva el cuaderno de venta de la multinacional. Hasta entonces, cuenta con un balón de oxígeno importante, puesto que sus acreedores le garantizaron ya cuatro años de calma con el sindicado de 2018 y las ventas van en aumento.

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